miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los padres del Nuevo Periodismo

   El Nuevo Periodismo nació en Estados Unidos durante la convulsionada década de los 60 y revolucionó la manera de hacer periodismo y de encarar la profesión de cronista. Se inició una forma de hacer periodismo en la que, al utilizar recursos literarios, la crónica o reportaje puede considerarse en sí misma como literatura. La publicación de la novela de no ficción de Truman Capote, A sangre fría, le dio el puntapié inicial. Para los pioneros de esta tendencia, el periodismo tradicional no podía dar cuenta de la magnitud del momento histórico. Por eso, dan un paso más allá y combinan lo periodístico con recursos literarios, lo cual implica un cambio en la forma de narrar una crónica, un reportaje o una nota.

Harper Lee, la escritora
  

Nació en Alabama en 1926. Escritora estadounidense, principalmente conocida por su novela Matar un ruiseñor, ganadora de un Premio Pulitzer en 1961, que fue llevada al cine por Robert Mulligan en una memorable película galardonada con tres Premios Oscar en 1962 y protagonizada por Gregory Peck en el papel de Atticus Finch y Mary Badham como Scout. La novela tiene rasgos autobiográficos; el personaje de Scout estaría inspirado en la propia Harper Lee y el de Atticus Finch en su padre. Finch, por cierto, es el apellido de soltera de la madre de Lee. El tercer niño, un visitante, está inspirado en las historias que Truman Capote le contaba a Lee sobre sí mismo en su infancia.
   Fue una amiga de la infancia de Truman Capote, y aceptó de inmediato el ofrecimiento de Truman de investigar el asesinato que dio lugar a la novela A sangre fría. Una vez en Kansas, Nelle fue para Capote la más valiosa presencia durante aquellos difíciles primeros días, dado que estuvo tentado de renunciar a la investigación por todos los obstáculos que encontraban y ella lo alentó para que siguieran adelante.

Tom Wolf y el periodismo de la non-ficción

   Wolf será recordado como el padre del Nuevo Periodismo y uno de los cultores más importantes de la non-fiction.  
   Periodista y escritor estadounidense nacido en Richmond, Virginia en 1931, publicó en 1972, en colaboración con E.W. Johnson The New Journalism, un compendio de trabajos de reputados periodistas, tales como Truman Capote o Norman Mailer, que ejemplificaban el Nuevo Periodismo.
   Aparte de su labor como periodista, Tom Wolfe ha sido el autor de algunos best-seller, algunos de ellos llevados al cine, tales como La hoguera de las vanidades (1987) que vio la luz en 1990 de manos del cineasta Brian de Palma.Wolf creo una breve taxonomía para que tengan en cuenta quienes quieran «hacer más vivido un relato periodístico»:

1- construir el texto escena a escena, como en una novela;
2- usar la mayor cantidad de diálogo posible;
3- concentrarse en los detalles para definir a los personajes y
4- adoptar un punto de vista para relatar la historia

«Lo primero que tendría que hacer un novelista para ser mejor escritor es salir a la calle. Siempre es más interesante lo que pasa por fuera de la vida del novelista que sus propios traumas internos». 

   Tom Wolfe sigue fiel a los postulados del nuevo periodismo y de la novela clásica. Del material de la realidad se construyen las mejores historias.Y una verdad inapelable: «No hay una técnica para la crónica, es una actitud».

In cold blood

En milímetros

   Sobre el proceso de creación de A sangre fría y la vida de Capote existen películas desiguales pero muy interesantes. Destacan la versión de Richard Brooks, en 1967, A sangre fría (In Cold Blood), la película Capote, en 2005, dirigida por Bennett Miller, interpretada por el actor Philip Seymour Hoffman, que recibió el Óscar al mejor actor principal y el film Infamous (Historia de un crimen), en 2007, que cuenta las peripecias de Capote y Harper Lee para escribir la novela.


A sangre fría. In Cold Blood
1967
Director: Richard Brooks
Música: Quincy Jones
Fotografía: Conrad Hall
Reparto: Robert Blake, Scott Wilson, John Forsythe, Paul Stewart, Jeff Corey







Truman Capote. (Capote)
2005
Dirección: Bennett Miller.
Guión: Dan Futterman; basado en el libro «Truman Capote. La biografía definitiva», de Gerald Clarke.
Producción: Caroline Baron, William Vince y Michael Ohoven.

Música: Mychael Danna.
Fotografía: Adam Kimmel.
Reparto: Philip Seymour Hoffman (Truman Capote), Catherine Keener (Nelle Harper Lee), Clifton Collins Jr. (Perry Smith), Chris Cooper (Alvin Dewey), Mark Pellegrino (Dick Hickock)
 

Historia de un crimen. Infamous
2006
Dirección: Douglas McGrath.
Guión: Douglas McGrath; basado en un libro de George Plimpton.
Música: Rachel Portman.
Reparto: Toby Jones (Truman Capote), Sandra Bullock (Nelle Harper Lee), Gwyneth Paltrow (Kitty Dean), Sigourney Weaver (Babe Paley), Daniel Craig (Perry Smith), Jeff Daniels (Alvin Dewey)

lunes, 25 de noviembre de 2013

A sangre fría

Sangre, sudor y lágrimas   
   
   Cuando ese genio llamado Truman Capote terminó A sangre fría, su novela cumbre, no dudó en afirmar con la vanidad que le caracterizaba que acababa de inventar una nueva forma de literatura. El caso es que el escritor estadounidense estaba en lo cierto. Al menos ese libro publicado en 1966 cambió el concepto que hasta ese momento se tenía de lo que debía ser un libro de no-ficción o periodístico. Capote escribió un libro impresionante sobre un terrible suceso que conmocionó a la América, sobre todo, profunda. Pero lo hizo sumergiendo al lector de lleno tanto en el lugar de los hechos como en el perfil psicológico de los implicados. A sangre fría es una obra imprescindible a la que la polémica ha perseguido hasta nuestros días.
   Los trágicos hechos tuvieron lugar en Holcomb, un tranquilo pueblo de Kansas, el 15 de noviembre de 1959, cuando el matrimonio
Herbert y Bonnie Clutter y dos de sus hijos, Kenyon y Nancy fueron hallados asesinados de manera violenta. 
   Los crímenes eran, aparentemente, inmotivados, y no se encontraron claves que permitieran identificar a los asesinos. Cinco años después, Dick Hickcock y Perry Smith fueron ahorcados como culpables de las muertes.   


   Capote sigue paso a paso la vida del pequeño pueblecito, esboza retratos de los que serían víctimas de una muerte tan espantosa como insospechada, acompaña a la policía en las pesquisas que condujeron al descubrimiento y detención de Hickcock y Smith y, sobre todo, se concentra en los dos criminales psicópatas hasta construir dos personajes perfectamente perfilados, a los que el lector llegará a conocer íntimamente.
   Truman Capote leyó el caso e inmediatamente decidió indagar sobre lo sucedido animado por su gran amiga la escritora Harper Lee, siendo ayudado por ella durante toda la investigación, y se traslado en persona a aquella localidad en la que, pese a lo que cabría esperar ante alguien tan extravagante para la época y el lugar, fue acogido de manera excelente. Para realizar la investigación, tuvo poco apoyo de la policía, buscó por su cuenta y halló. Obtuvo una gran cantidad de información cuando compró las transcripciones de las grabaciones de todo el proceso judicial, pues si se tiene eso, se tiene toda la historia. 
   Dicen que jamás pudo recuperarse tras el desgaste emocional que supuso la investigación y escritura de A sangre fría, el largo tiempo que pasó en Kansas redundó pronto en un tenso conflicto con su amante, el escritor Jack Dunphy y cayó en una profunda depresión por el subsiguiente periodo de espera durante el que Smith y Hickock apelaron ante la Corte Suprema repetidamente y hasta el final contra sus respectivas sentencias de muerte, sólo para que se revocaran definitivamente. Aquellos hombres fueron ahorcados, y tras seis años de dura labor, por fin se ultimó el libro.

   También hay quien afirma que el escritor fingió la amistad con Perry Smith, que rayaba la obsesión, para obtener entrevistas exclusivas, que pisó Holcomb el tiempo justo posible y que sobornó con suculentos contratos en Hollywood a la esposa de Alvin Dewey, el agente encargado del caso al que también prometió dejar en el privilegiado papel de héroe en la novela si le proporcionaba información confidencial. Se acusa a Capote de inventar ciertos pasajes de la historia, algo que él mismo no dudó en confesar que hizo con el fin de realzar aún más la parte literaria.Tras la publicación del libro, muchos de sus colegas del elitista círculo literario en el que se movía pusieron en tela de juicio sus motivos así como la manera en que llevó sus pesquisas y entrevistas, y se centraron innecesariamente en la moral y los métodos.
   Hace casi un año los cuerpos de dos hombres ejecutados por los asesinatos fueron exhumados en el marco de una investigación por un cuadruple homicidio ese mismo año en Florida. Los detectives de Florida quieren comprobar si el ADN de Richard Hickok y Perry Smith se corresponde con alguna prueba en el asesinato de Cliff y Christine Walker y su familia en Osprey, Florida, en 1959.
    Resulta llamativo que conociendo el resultado final y hasta ciertos detalles de la historia real, la narración no pierda interés e incluso la intriga. Además del estilo narrativo fácil y sin adornos superfluos, refleja perfectamente la brecha entre dos Norteaméricas: el país seguro y protegido que los Clutter conocían y el país amoral y desarraigado en el que vivían los asesinos.

Truman Capote

Un personaje de novela

   Al terminar el baile que Truman Capote dio en el hotel Plaza de Nueva York para celebrar el éxito de A sangre fría, el escritor norteamericano se dirigió a su apartamento y no volvió a escribir. Era la madrugada del 29 de noviembre de 1966 y el autor había prometido a sus editores un libro que no entregó ese año ni el siguiente y que sólo se sentó a escribir seis años después. Capote se dedicó a ingerir enormes cantidades de alcohol y fármacos y a alternar con sus nuevas amistades, las personas más famosas de su época, para las que se convirtió en una pequeña y maliciosa mascota.   
Claro que no era una mascota sino un escritor y Capote decidió contar todo lo que había visto. El resultado fue Plegarias atendidas, que le granjeó el odio y el rechazo de aquellos que alguna vez lo habían celebrado.
   Truman Capote nació en Nueva Orleans en 1924. Definido por sus biógrafos como el típico hijo de un hogar de padres separados, Truman Streckfus Persons –ése era su verdadero nombre- adoptó el apellido de un segundo marido de su madre. 
   Según confesión propia, comenzó a escribir para paliar el aislamiento en el que transcurrió su infancia. Hecha virtud la necesidad, el joven Truman se emplea como redactor del New Yorker con tan sólo 18 años. A los 21 abandona la redacción y publica un relato, Miriam en la revista Mademoiselle que es distinguido con el Premio O’Henry. La crítica le aplaude sin reservas.
   Su primera novela, Otras voces, otros ámbitos, de tintes claramente autobiográficos cuenta en sus páginas la experiencia de un niño –Joel- que busca a su padre en el profundo Sur para acabar adoptando como tal a un travestido. Fue un éxito literario de alcance internacional cuando se publicó por primera vez en 1948, situando al autor en un lugar destacado entre los escritores, artistas, y la élite de la Jet Set neoyorquina perteneciente a aquella generación de posguerra norteamericana.
   Tras pasar el resto de los años 40 viajando por los países ribereños del Mediterráneo, en la década de los 50 Capote reanuda su actividad periodística como entrevistador de la revista Playboy.
Se mantuvo en aquel lugar de privilegio con obras como A Tree of Night, The Grass Harp, The Muses are Heard, cuando comenzó a decirse que hacía de la charla un arte y del chismorreo literatura.

   Desayuno en Tiffany’s aparece en 1958. El relato gira en torno a Holly Golightly, una joven sofisticada a quien el supuesto autor del relato (está escrito en primera persona) tuvo por vecina antes de convertirse en escritor famoso. Llevada al cine por Blake Edwards en 1961, el éxito de la cinta, pese a que al autor no le gustó la adaptación es un título clásico, no consigue que el escritor vuelva a Hollywood, que había abandonado algunos años antes indignado, tras haber escrito los diálogos de Estación Termini (Vittorio De Sica, 1952) y el guión de La burla del diablo (John Huston, 1953).
   El cine, pese a que casi todas sus novelas inspiraron grandes películas, no era su medio. Éste, a decir verdad, era el periodismo.


Junto a la escritora Harper Lee
   Un encargo del New Yorker dió lugar a su obra maestra, A sangre fría, creadora del género de la non-fiction novel, que relata el caso real del asesinato de la familia Clutters, basándose en documentos policiales y el testimonio de los implicados. Por esta novela, junto a Norman Mailer y Tom Wolfe, Capote es considerado uno de los padres del nuevo periodismo. La escritura de esta novela le llevó siete largos años y la crítica no tardó en saludarla como la novela más dura y significativa de la década de los sesenta.
   En 1975, Capote da una última colección de relatos, Música para camaleones, en los que corren paralelos el horror y la belleza.
   Capote logró en dos ocasiones el Premio de narración corta Henry Memorial, y fue miembro del National Institute of Arts and Letters.
   Murió en agosto de 1984
en Los Angeles. Sus últimas palabras fueron "Soy yo, soy Buddy... tengo frío". Buddy era como llamaban al autor de A sangre fría en su niñez.

viernes, 15 de noviembre de 2013

15 de noviembre de 1959

   "En el día de hoy un violento crimen ha sacudido la tranquila vida de Holcomb, Kansas. La sociedad norteamericana encara con desesperación, angustia, miedo y, sobre todo, desconfianza, un crimen que sugiere que cualquiera puede morir asesinado en cualquier momento.
   La familia asesinada eran los Clutter, compuesta por Herbert Clutter, su esposa Bonnie y sus hijos Kenyon de 15 y Nancy de 16 años. 
   Eran gente próspera, que vivía de la agricultura, habitantes de un pequeño poblado de mayoría metodista. Tenían buena reputación; eran religiosos y asistían sin fallar a los servicios dominicales. Generosos, empáticos, trabajadores, sanos, no tenían aparentes enemigos.
   Se baraja la posibilidad de que sean más de uno los asesinos y que el móvil ha sido el robo de una gran suma de dinero. Seguiremos informando"

lunes, 4 de noviembre de 2013

AVESCO

Teatro "como la vida misma"
   
   Avesco es un taller de teatro que nació al amparo de la Asociación de Vecinos del barrio del Sagrado Corazón, de Molina de Segura. Lleva once años funcionando.
   Representan obras para el propio barrio, y posteriormente, llevan sus representaciones a otros muchos lugares. 
  Avesco, en palabras de su director Santa Cruz García Piqueras, es "un cúmulo de experiencias unidas por un hilo, que es el azar, que teje maravillas, prodigios y miserias. La vida la subimos al escenario y luego la devolvemos al público, añadiéndole más vida todavía".
   Esta formación es bastante atípica, no solo por la forma de cómo surgió, también por sus componentes intergeneracionales. Participan desde adolescentes de 14 años hasta actores aficionados que superan los 80 años. 
   Su creación se debe a un taller de iniciación a la lectura y a partir de ahí se empezaron a interpretar obras de Santa Cruz García que recogía la problemática del barrio.
   Son muy críticos con el momento actual: mentiras, engaños, recortes que están llevando a la sociedad a una situación límite, a veces en tono de humor, otras en tragedia.
   García Piqueras les escribe los papeles según los personajes y las actrices que hay. Los actores luchan por cambiar, por mejorar la situación social a través de las representaciones.
   El lema del grupo es «el teatro es como la vida misma».

   
   Santa Cruz García Piqueras nació en Molina de Segura, donde vive con su familia. A este ingeniero técnico químico jubilado le gusta escribir cuentos y textos dramáticos. Lo hace desde niño, y ha promovido varias agrupaciones en su municipio, entre ellas es fundador de la Asociación Literaria La Molineta. Su gran pasión es el teatro, fue socio de Pandora y dirigió al grupo Epidauro. En la actualidad es director de Avesco Teatro, para el que escribe todas las obras que llevan al escenario. 
   Desde 1996, como director del grupo de teatro “Epidauro Teatro”, escribe obras como: “Historia de Navidad” (1996); adaptación de “Historia que no acaba”, sobre un texto corto de Max Aub (1997); “Las palabras en la arena”, basado en otro de Buero Vallejo; “Sobre pobres y ricos” (1999); “Dos me como” (2000), “Judit y la guerra” (2002), “La razón de lo oscuro”, “La luna se ha puesto”, basado en una novela de John Steinbeck.
   Además, pertenece a la Coral Polifónica Municipal Hims Mola, de Molina de Segura, en cuya revista ha publicado artículos de contenido musical y algún relato. Han aparecido cuentos suyos en dos antologías publicadas por Editorial Jamais, “100 relatos originales” y “100 cuentos geniales. Y en Lunas de Papel, se ha publicado un texto teatral, estrenado en 2006 por el Grupo Avesco.
   Como miembro fundador de La Molineta Literaria, participa en todos los proyectos literarios que esta activa asociación plantea: revista del mismo título, la antología “Cuentos de La Molineta”, “Dibújame un cuento” y “Cuentos en 10 minutos”, publicados por el Ayuntamiento de Molina. Suele encargarse también de la corrección de textos para el cuadernillo cuatrimestral de esta asociación. 
   Es autor de los libros Las voces del Setenil (2008), El libro de los tiempos (2008) y del relato Andrag’ul el proscrito contenido en el libro Acerca de la virtud en la época trágica de los griegos (2012).

Entrevista a Santa Cruz García Piqueras. Diario La Verdad 08/08/13

Historia de una escalera

La maldita hija de Buero
 
   Ni tan siquiera a la hora de celebrar un acontecimiento se quedó en silencio la conocida ácida ironía de Antonio Buero Vallejo. El autor, que festejó en el Teatro Español de Madrid que hacía 50 años que en ese mismo lugar se había estrenado con inusitado éxito su primera obra, Historia de una escalera, afirmó que tenía manía a ese texto, porque para algunos era su más importante obra de teatro, algo con lo que él no está de acuerdo. Buero, que estuvo rodeado por algunos de los actores que estrenaron su función en 1949, como María Jesús Valdés, Asunción Sancho, Adriano Domínguez o Manuel Gamas, y otros que protagonizaron la reposición de 1969, como Francisco Valladares o Victoria Rodríguez, con quien llevaba casado 40 años, agradeció a Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero, equipo directivo del Teatro Español, que hubieran celebrado en 1999 este acontecimiento estrenando su última función, Misión al pueblo imposible. Sobre su primera obra puesta en pie dijo: "Parece la historia de una maldita escalera, esa obra me obliga a volver al pasado y no me gusta..., a veces es más difícil superar un éxito que un fracaso, pero aquí estoy, a pesar de ser opuesto a que se celebre nada sobre esta obra... Para compensar estoy contento con la reacción que mi último estreno está provocando entre el público y la crítica", afirmó Buero Vallejo, con sus 83 años y con esa retranca de viejo castellano que nunca abandonó.
   Historia de una escalera es un obra de teatro escrita entre 1947 y 1948 por la que recibió el Premio Lope de Vega, y que se estrenó en el Teatro Español de Madrid el 14 de octubre de 1949 con la dirección de Cayetano Luca de Tena. En ella se analiza a la sociedad española con todas sus mentiras y engaños. Con esta obra con la que obtuvo el éxito de crítica y público, el dramaturgo manifiesta su pasión por estos valores.
   Es un drama comprometido con la realidad inmediata que reaparece en escena tras haber sido escamoteada durante diez años. Tiene aspectos tomados del sainete, como el ambiente, el lenguaje, las discusiones de patio de vecinos… Pero a pesar de ello y de la identidad de clase social de los protagonistas, no hay relación entre ellos, porque Buero no se propone una descripción costumbrista, desgarrada, de tipos y ambientes, sino algo que trasciende a ellos mismos.   
   La obra plantea la imposibilidad de las clases humildes de realizar sus ideales, unas veces por falta de voluntad, otras por las circunstancias que los rodean y a menudo por todo a la vez. El signo dramático de esa imposibilidad es la escalera de una casa de vecinos, por la que suben a lo largo de treinta años, sin poder escapar de ella. La escalera simboliza la inmovilidad social. 
   El libro está estructurado en tres actos bien diferenciados en los que van apareciendo y desapareciendo personajes que dialogan y discuten a lo largo de la novela con la intromisión del narrador que aparece entre paréntesis y en cursiva.
   Van directamente relacionados con una separación de diez años entre el primero y el segundo y de veinte el tercero, en los que la permanencia y desarrollo de algunos personajes da unidad al relato.
   Así, personajes como Fernando, Carmina, Urbano, Trini o Rosa, dan forma a esta creación teatral del periodo de posguerra, un fiel retrato de los intentos fallidos de superación que suponen la crisis de un país tras las barreras dictatoriales. Los enredos amorosos de Fernando, Carmina, Urbano y Elvira van a ser el sustento principal de la obra, más que sus relaciones, las decisiones equivocadas, que marcarán sus vidas.
    Dicha situación no tiene un pronto y feliz desenlace, todo lo contrario, el autor nos muestra tres generaciones perdidas, sin esperanza de salir adelante, condenadas a esta escalera y a una suerte trágica. 
   La técnica teatral utilizada por Buero Vallejo y que fue interpretada en pleno franquismo en 1949 y premiada, logró llegar a la audiencia y lo sigue haciendo, gracias al simbolismo de la puesta en escena y de los personajes que reflejan una categoría social.
   La narración objetiva pero profunda, con aspectos realistas y simbólicos, y la utilización acertada de saltos en el tiempo con los cambios en los personajes, y en el espacio con los pocos cambios en la escalera, para dar toda la fuerza a la obra, hacen que sea un hito en la literatura española.

Antonio Buero Vallejo

Pinceladas literarias   

   Versos de Miguel Hernández, aquellos de su Elegía a la muerte de Ramón Sijé -"tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler me duele hasta el aliento"-, se escucharon en el entierro de Antonio Buero Vallejo en el cementerio de La Paz de Tres Cantos. Por la tarde, su viuda, Victoria Rodríguez, reapareció en el teatro María Guerrero para interpretar La visita de la vieja dama, de Friedrich Dürrenmatt , tras la suspensión de la función del sábado. El público acogió calurosamente a la actriz en su primera aparición y le dedicó al final un largo aplauso.   

   Mariano de Paco, catedrático de la Universidad de Murcia, amigo y especialista en la obra de Buero Vallejo, leyó ante su tumba los versos de Miguel Hernández, compañero de celda y condena en los días posteriores a la guerra civil española. Prueba de esa amistad entre poeta y dramaturgo es el retrato de Miguel Hernández -la imagen más conocida del poeta- que Buero Vallejo dibujó a carboncillo y que durante décadas ha presidido el salón de su domicilio madrileño.
    Desde su infancia se interesa por la literatura, sobre todo por el teatro. Estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y, acusado de "adhesión a la rebelión", permanece en prisión desde 1939 hasta 1946. Al ser puesto en libertad comienza a colaborar en diversas revistas como dibujante y escritor de pequeñas piezas de teatro. 
      Antonio Buero Vallejo nació el 29 de septiembre de 1916 en Guadalajara donde pasa parcticamente su infancia. Pronto se aficionó a la lectura gracias a la completa biblioteca que poseía su padre, lo que le permitió el acceso a textos literarios y dramáticos. Aficionado a la música y a la pintura y el dibujo, desde los cuatro años dibuja incansablemente, porque quería ser pintor. De la mano paterna acude al teatro y, hacia los nueve años, en su teatrito de juguete dirige «ingenuas representaciones» en las que es también un entusiasmado actor. 
   En 1937 se incorpora a un batallón de infantería. Con sus escritos y dibujos colabora en murales, en La Voz de la Sanidad, así como en otras actividades culturales. Al finalizar la guerra Buero se encuentra en la Jefatura de Sanidad de Valencia, donde es recluido unos días en la plaza de toros y durante un mes en el campo de concentración de Soneja (Castellón).
   Comienza a trabajar en la reorganización del Partido Comunista, al cual se había afiliado durante la contienda y de cuya militancia se va alejando años después. Es detenido en el 39 y condenado a muerte en un juicio sumarísimo, junto a otros compañeros. La condena a la pena capital se mantiene durante ocho meses y, finalmente, la sentencia fue conmutada por una pena de treinta años. Pasa por diversas cárceles, en donde escribe «notas y especulaciones, sobre todo acerca de la pintura», pero no literarias; hace retratos a muchos compañeros y sigue en su empeño de aprender el oficio pictórico.
   Del penal de Ocaña sale en libertad condicional, pero desterrado de Madrid, a comienzos de marzo de 1946, por lo que fija su residencia en Carabanchel Bajo, aunque pasa la mayor parte del día en la capital. El tema de la ceguera se convierte en el centro argumental de su primer drama, En la ardiente oscuridad, redactado en 1946.
    Entre 1947 y 1948 compuso Historia de una escalera, inicialmente llamada La escalera, que se modificó por coincidir con el título de una obra de Eusebio García Luengo. El estreno de la obra tuvo una excelente acogida de la crítica y un inesperado éxito de público, hasta el punto que llegó a suspenderse la acostumbrada puesta en escena de Don Juan Tenorio en noviembre.
   Llegan las primeras representaciones en el extranjero, como las de Historia de una escalera, en marzo de 1950 en la Ciudad de México y la de En la ardiente oscuridad en diciembre de 1952 en Santa Bárbara, California. Se inicia una considerable y muy frecuente presencia posterior en numerosos escenarios de todo el mundo.
  La Dirección General de Cinematografía y Teatro prohíbe el estreno de Aventura en lo gris en 1954. También se prohíbe la representación de El puente, de Carlos Gorostiza, cuya versión había realizado Buero. Escribe Una extraña armonía, que no llega a estrenarse ni se publicó hasta su Obra Completa. 
   En 1959, se casa con la actriz Victoria Rodríguez, con la que tuvo dos hijos.
   Durante la decada de los cincuenta escribe y estrena, en España y en el extranjero, obras tan significativas en su trayectoria literaria como La tejedora de sueños, La señal que se espera, Casi un cuento de hadas, Madrugada, Hoy es fiesta o Un soñador para un pueblo. A pesar de varios problemas con la censura vigente, en la década siguiente estrena títulos como El concierto de San Ovidio, Aventura en lo gris, El tragaluz, así como las versiones que realiza de Hamlet, príncipe de Dinamarca, de Shakespeare y Madre Coraje y sus hijos, de Bertolt Brecht.
   Con el estreno de Las Meninas, el 9 de diciembre de 1960, con dirección de José Tamayo, obtiene el mayor éxito de público logrado hasta entonces.
   En 1971 ingresa en la Real Academia Española, y más tarde es nombrado socio de honor del Círculo de Bellas Artes y del Ateneo de Madrid. Asimismo, pertenece a diversas academias, comités y sociedades de América, Portugal, Alemania y Francia. Durante los primeros años de democracia en España no cesa de estrenar obras: Jueces en la noche, Caimán y Diálogo secreto o su versión de El pato silvestre, de Henrik Ibsen, en 1982.
   En 1986 recibe del Premio Miguel de Cervantes por toda su trayectoria literaria. Compagina su éxito en el campo de la literatura con su otra gran pasión, la pintura. En 1993 publica Libro de estampas, donde se recogen pinturas acompañadas de textos inéditos del autor. En 1997 ve la luz su última obra, Misión al pueblo desierto, estrenada en Madrid dos años después. 

   El escritor firmó junto con otros cien intelectuales, encabezados por José Bergamín, una carta dirigida al ministro de Información y Turismo solicitando explicaciones sobre el trato dado por la policía a algunos mineros asturianos, lo que le acarreó el distanciamiento de editores y empresas. En 1964 la censura prohibió La doble historia del doctor Valmy, un alegato contra la tortura, que permaneció sin representarse en España hasta 1976, pasada la dictadura. 
   No volvió a estrenar hasta 1967, en el teatro Bellas Artes y bajo la dirección de José Tamayo, El tragaluz, la primera obra de teatro bajo el franquismo en la que se hacía una referencia directa a la Guerra Civil, y que obtuvo un enorme éxito. En 1974 estrena el teatro Fígaro de Madrid La fundación con gran éxito de crítica y público,  tanto por su dramatismo en el argumento como por la novedad en las técnicas utilizadas.
   Antonio Buero Vallejo falleció en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, a causa de una parada cardiorrespiratoria, el 29 de abril de 2000, a los 83 años de edad.

Próxima reunión 5 de Noviembre de 2013 (18:00 horas)

Historia de una escalera 
de Antonio Buero Vallejo
  
   Historia de una escalera refleja una pequeña parcela de la sociedad posterior a la Guerra Civil, en el que las vicisitudes económicas, los enredos amorosos, las verdades aparentes y las decisiones equivocadas que marcarán sus vidas, suponen el eje central de un edificio en el que apenas se reflejará el paso del tiempo, salvo en el deterioro de sus vecinos. Así, personajes como Fernando, Carmina, Urbano, Trini o Rosa, dan forma a esta creación teatral del periodo de posguerra, un fiel retrato de los intentos fallidos de superación que suponen la crisis de un país tras las barreras dictatoriales.
   Antonio Buero Vallejo, de su lucidez y de su ejemplaridad, de su trabajo, ha surgido el teatro de más altura, tensión y trascendencia de la posguerra española. Con Historia de una escalera, hito en la recuperación teatral de España, ganó en 1949 el premio Lope de Vega.