lunes, 25 de enero de 2021

Ginés Sánchez

Personajes que sufren

"Realmente tengo esa necesidad de decir, ¿cómo podemos hacer que esto sea más interesante? ¿Cómo podemos hacer que esto también sea un reto para el lector? Que todas las frases tengan potencia, sentido y sean imprescindibles. Luego, además, está la historia, por supuesto. Todo eso tiene que estar al servicio de ella"
Ginés Sánchez (Murcia, 1967) ejerció de abogado durante diez años, pero desde 2003 ha vivido en diversos lugares de Europa y América, donde ha desempeñado los más diversos trabajos: recepcionista de hoteles en las islas Eolias, camarero en Dublín, guía turístico en La Habana o responsable de un proyecto de protección de tortugas marinas en Costa Rica. 

Con su primera novela, Lobisón (2012), en la que narra la historia de Adrián, un niño autista no diagnosticado y la relación con su padre,​ fue elegido Nuevo Talento FNAC. Su segunda obra, Los gatos pardos (2013), no se queda atrás al recibir el IX Premio Tusquets Editores de Novela, cuyo jurado destacó «el vigor narrativo de tres historias contundentes que se entrecruzan en una misma noche de verano, contadas con vértigo creciente».
​Sánchez también cuenta incluso en su haber con una auténtica novela social sobre la última crisis económica, Entre los vivos (2015) en donde un joven, César Cálvez «Gusanito», siente que la vida le queda lejos, que lo dejó de lado, y más ahora que lo han echado del trabajo. Los días, en el calor asfixiante de la ciudad en verano, se le van sin saber cómo.
En su cuarta novela, Dos mil noventa y seis (2017), Sánchez se nos presenta con una distopía postapocalíptica. En el año 2056 los servicios sociales han colapsado y los estados se han retirado de amplias zonas del mundo. La población huye hacia el norte escapando de las epidemias. Allí viven Enis y Andera, un muchacho y una niña de ojos transparentes que juntos abandonarán la ciudad en 2096 y marcharán a través de un mundo de soledad y desiertos interminables.



En su última novela, Las alegres (2020), Ginés Sánchez retoma la temática de la violencia contra las mujeres, si bien en esta ocasión da un giro a la novela para mostrar la respuesta vengativa de un colectivo organizado contra los feminicidios que asolan una ciudad marcada por todo tipo de violencia. El escritor ya abordó este mismo tema en su anterior novela, Mujeres en la oscuridad (2018), que trata de las desventuras de tres mujeres muy diferentes, desconocidas entre sí, que se ven obligadas a huir juntas con un misterioso paquete. Tres historias de amor y oscuridad con las que el autor trata de ajustar sus propias cuentas. Las alegres supone una “continuación hasta cierto punto” de esta novela.
 “El entorno coincide bastante y es la misma ciudad, pero es un material que se quedó apartado: tenía la sensación de que todo el tema político y los movimientos feministas me cortaban la historia”

Lo que está claro es que Ginés Sánchez nos trae en sus seis novelas, personajes que sufren en los distintos mundos que les ha tocado vivir. Personajes en los que el autor murciano busca la más intensa expresividad a través de formas modernas de escritura, todo fruto de su carácter exigente a la hora de elaborar la trama porque la historia está ahí pero hay que encontrar la forma más interesante de contarla.

lunes, 11 de enero de 2021

Próxima reunión martes 12 de enero de 2021 a las 6 en punto

   Es una de las grandes novelas sudamericanas de este siglo, cuyos ecos recogieron pronto en Europa Graham Greene y Camus.
   El relato, montado en los recursos de la novela policial, desarrolla un personaje que revela su psicología introspectiva e impone al lector un análisis de la desesperanza.
   El protagonista, Juan Pablo Castel, persigue inútilmente lo inalcanzable, que no es sino el regreso a la infancia, simbolizada en la ventana de un cuadro, motivo reiterado largamente en la narración.
   Juan Pablo Castel es un pintor recluido en prisión por el asesinato de María Iribarne. Durante su encierro rememora la cadena de acontecimientos que le llevaron a perder el control, a convertirse en un hombre con el interior oscuro, un hombre poseído por una insalvable soledad, la de la ausencia de la mujer amada hasta el límite, la del engaño que ha convertido su corazón en un pedazo duro y frío de hielo y ha colocado entre sus manos el cuchillo que pone fin al sufrimiento.


Fuente: Lecturalia

El túnel

Soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne

Túnel de La Ribera de Molina

Amor, odio, maltrato y muerte. Misterio y psicología introspectiva. Un narrador busca que sus lectores comprendan los motivos que lo llevaron a matar a la mujer que amaba y única persona que podía entenderlo. Treinta y nueve capítulos en los que un famoso pintor de Buenos Aires cuenta desde prisión esa importante etapa de su vida y los acontecimientos que lo hicieron perder el control. Esto es El túnel de Ernesto Sabato.

   Clásico de la literatura argentina y latinoamericana, se publicó en 1948 en un contexto político específico: hacía dos años que Juan Domingo Perón había llegado al poder. El túnel es la historia de una obsesión. Juan Pablo Castel, personaje principal y narrador, es un hombre tímido y conservador cuya vida cambia drásticamente tras conocer a María Iribarne convirtiéndose en un hombre agresivo e impulsivo. María, además de ser una mujer casada con un hombre ciego, mantiene relaciones con Hunter, primo de su marido. A pesar de eso la obsesión de Juan Pablo Castel por esta mujer aumenta cada día terminando en tragedia.
   
Fotograma de la película El túnel (Antonio Drove, 1987)

   Aplaudida por unos y rechazada por otros, la novela se convirtió en un referente de la literatura latinoamericana del siglo XX. Sin embargo fue censurada en España durante el Franquismo ya que se la consideró inmoral e incluso pornográfica y aunque la obra ganó reconocimiento internacional cuando Albert Camus consiguió que la editorial Galliimard la tradujera al francés, algunos han puesto en duda su trascendencia.

   En El túnel, Sabato comparte con el lector el proceso psicológico del personaje, devenido en neurótico, esquizofrénico o asesino. Muestra el camino por el cual Castel pasa del dominio de sí mismo a un estado absolutamente irracional. María es una mujer enigmática, que no puede ser poseída; su lealtad no es total y se mueve en arenas movedizas.

   Desde el inicio, hay signos de una perturbación en el carácter de Castel, que se percibe a sí mismo como incomprendido y que manifiesta reiteradamente un desprecio por sus semejantes. Sus primeros encuentros con María son bastantes claros: la observa, la persigue, la interroga, se vuelve agresivo. El surrealismo está presente a través de los sueños del personaje donde el subconsciente es fundamental. 

   La vanidad, la memoria, el olvido, la soledad, la fidelidad, la verdad y la mentira, la culpa y el castigo, el suicidio, el existencialismo, todo se repasa en el pensamiento de Castel. Cada argumento o especulación sobre María, lo lanzan a un túnel oscuro sin fin.



Película argentina El túnel ( León Klimovsky1952)

viernes, 8 de enero de 2021

Ernesto Sabato

Fascinación por el inconsciente 

Décimo de los once hijos que tuvieron sus padres, inmigrantes italianos, Ernesto Sabato (Rojas, Buenos Aires, 1911) hizo su doctorado en física y cursos de filosofía en la Universidad de La Plata. Gracias a su brillante carrera académica logró una beca en el laboratorio Joliot-Curie en París en 1938 y en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1939.
Fue en esa etapa parisina, cuando Sabato cambió su concepción de la realidad y del mundo. Allí conoció a los escritores y pintores del movimiento surrealista, en especial a André Breton, surgiendo así su vocación literaria. En 1945 abandonó su brillante porvenir en la ciencia para dedicarse exclusivamente a la literatura, al entender que la condición trágica del hombre del siglo XX no pasaba por lo científico. Esto fue la base para cimentar su carrera literaria destacando en ella tres novelas:
El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abaddón el exterminador (1974)

   Sabato tenía la manía de quemar todos sus manuscritos. De hecho, casi quema su segunda novela, Sobre heróes y tumbas, aunque finalmente su mujer Matilde le convenció para no hacerlo. “Puede ser porque pensé que todo mi trabajo era imperfecto, impuro, y descubrí que el fuego era purificador”, justificaba Sabato su destructiva costumbre.
Lo que sí se conservan son sus ensayos políticos y morales, muchos de ellos publicados en periódicos, y que al igual que le valieron tener que dejar en 1945 la enseñanza por sus críticas a Juan Domingo Perón, lo convirtieron en “la voz de la conciencia de Argentina” una vez que fue adquiriendo reconocimiento internacional. En esos años, dejó un poco de lado la literatura para centrarse en la investigación sobre la represión del gobierno militar de Jorge Rafael Videla y en la presidencia de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) en Argentina. A petición del presidente Raúl Alfonsín, realizó junto a otros investigadores, Nunca más, libro plagado de testimonios que abrió las puertas del juicio a las juntas militares en 1985.
 
   Sus ensayos tratan sobre el hombre en la crisis de nuestro tiempo o el sentido de la actividad literaria. Destacan así Uno y el Universo (1945) Hombres y engranajes (1951), El escritor y sus fantasmas (1963), Apologías y rechazos (1979), La resistencia (2000) y España en los diarios de mi vejez (2004). Capítulo aparte merece Antes del fin (1998), un ensayo que también es un libro de memorias. Son sus reflexiones en torno a grandes episodios de su vida. Él lo llamó “un testamento espiritual”. Dividido en tres partes: Primeros tiempos y grandes decisiones, Quizá sea el fin y El dolor rompe el tiempo contiene  palabras preliminares y un epílogo titulado Pacto entre derrotados. Es un mensaje final, lleno de dolor y de esperanza, dirigido a los más jóvenes.

   En 1948, su vida dio un giro con la publicación de su primera novela, El túnel, publicada en primera instancia en la revista Sur, ya que sus manuscritos fueron rechazados por todas las editoriales. El túnel es una novela psicológica narrada en primera persona y enmarcada en el existencialismo. Fue alabada por Albert Camus, quien la hizo traducir al francés. En 1952 fue llevada al cine por el director argentino León Klimovsky sobre su propio guion escrito en colaboración con Ernesto Sabato, y que tuvo como protagonistas a Laura Hidalgo, Carlos Thompson, Santiago Gómez Cou y Bernardo Perrone. Sabato comenzaba a ser un autor prolífico al haber encontrado a lo que quería dedicarse.

   En 1955 fue nombrado por el gobierno interventor de la revista Mundo Argentino, aunque renunció al cargo al año siguiente por haber denunciado la aplicación de torturas a militantes y los fusilamientos de junio de 1956. Sus nombramientos y renuncias también se convirtieron en algo habitual por no traicionarse a sí mismo ni a sus principios. En 1958 Sabato fue designado director de Relaciones Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores, puesto al que también renunció al año siguiente por discrepancias con el gobierno.

   En 1961 publicó Sobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX. La novela narra la historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del general Juan Lavalle, héroe de la guerra de la Independencia Argentina, y con los desgarramientos de la historia argentina, como las guerras civiles del siglo XIX hasta 1955. Está centrada en el personaje de Martín, un muchacho en busca de sí mismo; lo que este libro expone es una mirada profunda sobre la soledad. 

   Con un éxito impresionante, Sobre héroes y tumbas colocó a Sabato dentro del ‘Boom de la literatura hispanoamericana’, fenómeno editorial que, en la década de 1960, supuso el descubrimiento internacional de los narradores del continente: sus compatriotas Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Mario Vargas Llosa creando una narrativa de excelente nivel y aplaudida por los lectores y la crítica a la vez.

   La tercera novela de Sabato fue Abaddón el exterminador (1974), que se centra en torno a consideraciones sobre la sociedad contemporánea y sobre el pueblo argentino. El propio autor es uno de los personajes, que vive y habla con sus criaturas, procedentes algunas de ellas de Sobre héroes y tumbas.
 

Imagen del discurso de Ernesto Sabato en
la entrega del Premio Cervantes 1984

   El reconocimiento internacional acabó por convertir a Ernesto Sabato en una autoridad dentro de la sociedad argentina, un formador de opinión y una especie de conciencia moral que, precisamente por su nuevo papel, se fue alejando progresivamente de la actividad literaria. El narrador y ensayista argentino se dedicó además a la pintura, otra de sus pasiones; si bien sus últimos años se vio aquejado de un grave problema de visión. 

   En junio de 1997 recibió el Premio Internacional Menéndez Pelayo, galardón con el que la Universidad de este mismo nombre distingue a personalidades destacadas en el ámbito de la creación literaria, artística o científica.

   Ernesto Sabato falleció en su casa en Santos Lugares en abril de 2011, días antes de cumplir 100 años. Su funeral fue multitudinario como reconocimiento a su brillante figura y sus contribuciones a la literatura hispanoamericana y al desarrollo de Argentina. Escritores tan dispares como Albert Camus, Graham Greene y Thomas Mann han escrito con admiración sobre su obra, que ha obtenido el Premio Cervantes en 1984, el Premio Internacional Menéndez Pelayo en 1997, el Premio Jerusalén y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.