viernes, 30 de mayo de 2014

Prohibido suicidarse en primavera


Sanatorio de suicidas   

    Esta obra nace durante el exilio de la Guerra Civil Española del escritor español Alejandro Casona en México en 1937. Bajo el tratamiento de un tópico literario que no es muy común de ver: lo entendible y atractivo que resulta ser el deseo de dejar de vivir, el querer acercarse a la muerte por manos propias: el suicidio. Nos dice que hay muchas maneras de recuperar las ganas de vivir, y que en muchas ocasiones lo que nos hace seguir viviendo es un inconsciente destello de esperanza que se encuentra de diversas maneras.
    En este trabajo se puede observar como la variedad de personajes utilizados por Casona demuestran lo débil del ser humano frente a las dificultades de la vida y el deseo de muerte que suele presentarse como única salida.
   Acerca al lector/público a la idea de que el deseo de muerte puede presentarse en cualquiera de nosotros y que nuestras acciones por más simples que resulten tienen diversos efectos en las demás personas.   

   Esta obra de teatro de tres actos sin narrador retrata el "Hogar del suicida", una clínica creada por el Doctor Ariel y dirigida por el Doctor Roda que cuenta con dos ayudantes: Hans y Alicia. A la clínica llegan por error dos reporteros - Chole y Fernando - que con su alegría y pasión por la vida transforman por completo a los diferentes estados anímicos de los enfermos, El Amante Imaginario, que tiene el corazón roto y es exempleado de banca, El Profesor de Filosofía, que nunca aparece en realidad, y La Dama Triste, que está desilusionada de la vida superficial.
   Más adelante, conoceremos a Juan, quien es el hermano del reportero Fernando, tiene problemas de autoestima y está enamorado secretamente de Chole; y a El Padre de la Otra Alicia (la cual no es la enfermera) que tiene una historia muy triste al respecto de su hija.
    En el tercer acto, vemos que el escenario comienza a cambiar. El sanatorio será remodelado.
Luego de una serie de encuentros y desencuentros entre los personajes que resultan entre cómicos y dramáticos, se cumple el principal y quizás único objetivo de la clínica: lograr que los enfermos se desentiendan de ese deseo de morir.

    Existen grandes cantidades de estudios científicos, psicológicos y hasta éticos sobre este tema que exponen diversos motivos para suicidarse. En esta obra se enfoca como principal y única causa para el suicidio el dolor. Un dolor que proviene de los sentimientos de soledad, de amor desmedido, de arrepentimiento, de envidia; o por cosas como el contraste de la felicidad propia con la tristeza de los demás, los traumas del pasado.     
"En las paredes, bien visibles, óleos de suicidas famosos reproduciendo las escenas de su muerte: Sócrates, Cleopatra, Séneca, Larra."       
   Si nos extendemos un poco más sobre el título podremos ver que Prohibido suicidarse en primavera, sin lugar a dudas, es un título altamente significativo. En una conversación entre los personajes del Doctor Roda y Chole, esta última - tras haber leído ciertos libros con estadísticas sobre el suicidio - expresa:

"¿Y por qué se matan […] en la primavera más que en el invierno?"

   Con estas palabras, el título de esta obra de teatro se ve lleno de significado: es el ir en contra de lo natural, de lo predispuesto. Es esforzarse por no suicidarse en la estación de la felicidad, del amor, de la alegría. El título sin lugar a dudas nos está introduciendo el tema de la obra: la cancelación del deseo de suicidio.
     El libro tiene un gran contenido poético ya que es una gran historia que hace que el lector sienta como cambia el sentido de la misma, a medida que transcurren los actos y las escenas, por medio de sus sentimientos. Se ocupó de escribir sobre algo que muy poca gente trata en libros de literatura, el alma. Los pacientes entran al sanatorio de almas destrozados, y buscando una solución para acabar con sus vidas, y luego salen del lugar con esperanzas y ganas de vivir.

   Hay que destacar, a falta de narrador, la aparición de las didascalias, palabras directas del autor, son las ambientaciones, las divisiones en escenas y actos, el aviso de la entrada y salida de escena de los personajes, y son también los nombres de los personajes antes de hablar, para que podamos distinguir entre unos y otros. 
   Antonio Buero Vallejo comentó que Casona es, “Una original personalidad sin la cual la historia de nuestro teatro no podría escribirse”.

jueves, 29 de mayo de 2014

Alejandro Casona

O el teatro poético del ensueño


“El teatro empezó a tentarme como actor. Entonces no pensé en escribir para el teatro, aunque escribía algunas cosas; pero cosas muy pequeñas, cosas que actualmente he olvidado y he roto.”
   Alejandro Rodríguez Álvarez, nació en 1903 en una vieja casa solariega de Besullo (Cangas de Narcea, Asturias), que por ser la más grande de la aldea, es llamada por todos “la casona”. Es frecuente en las aldeas (donde por ser casi todos parientes, los apellidos se repiten mucho) distinguir a las familias por el lugar que habitan: así se dice “los de la Fuente”, “los del Valle”, y en su caso, “los de la Casona”. 
   Heredó de sus padres la profesión de maestro de aldea, y llegó a ser Inspector de escuelas. Pero su verdadera vocación era el teatro por el que se sintió atraído desde muy joven. En 1933 su comedia La sirena varada, logra el premio Lope de Vega y es aclamada por la critica de su país, siendo estrenada en teatro por la compañía de Margarita Xirgu. En la ciudad de Murcia, debido al traslado profesional de sus padres, ambos maestros, estudió arte escénico en el Conservatorio. A partir de allí inicia una exitosa carrera como dramaturgo.
   En el sureste es donde empieza a relacionarse con gente de teatro y a escribir sus primeras fantasías literarias, al tiempo que ingresa en la Facultad de Filosofía y Letras.     

   Tres años dura la estancia en Murcia, hasta que en 1922 entra en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. En la capital española cursa sus estudios durante cuatro años. En 1928 es destinado por el Ministerio de Instrucción Pública a Lés, un pueblecito del Valle de Arán (Lérida), como inspector de Enseñanza Primaria. Casona encontrará allí la piedra angular de la pedagogía aplicada al teatro, sobre todo al infantil:
"Allí fundé, con los chicos de la escuela, el teatro infantil “El Pájaro Pinto”, realizado a base de repertorio primitivo, comedia de arte y escenificaciones de tradiciones en dialecto aranés. Tuvimos éxito. Se entretuvieron los más chicos y quedó prendida en la mente de los mayores una lección, una enseñanza, un aletazo a la imaginación"
   Algo constante en su carácter va a ser su inagotable altruismo, fuente de energía para dedicar su atención y su poder moral, oficial y económico a trabajar por acciones de solidaridad.
   En 1928 también tiene lugar, en San Sebastián, su boda con Rosalía Martín Bravo, compañera de estudios de Madrid, y su nombramiento como finalista en un concurso de ABC por la pieza Otra vez el diablo.    
   La situación profesional en el valle pirenaico le proporciona una excelente oportunidad para ir escribiendo otras obras como El crimen de Lord Arturo -adaptación del relato original de Oscar Wilde, estrenada en Zaragoza en 1929- , traducir piezas breves de August Strindberg y publicar su segundo libro de poemas, La flauta del sapo (1930).
   Corre el año 1931 oposita con éxito por una plaza en la Inspección Provincial de Madrid. Se proclama la II República Española, y el recién creado Patronato de Misiones Pedagógicas le asigna el cargo de director del «Teatro del Pueblo».    

   Esta temporada de nomadismo teatral comprende una gran actividad artística y pedagógica que se ve premiada, por fin, en los años siguientes. Se le concede en 1932 el Premio Nacional de Literatura por Flor de Leyendas.    
   Era un autor poco afamado en los medios literarios, sin embargo, de la noche a la mañana va a convertirse en la última de las tres promesas -junto a García Lorca y Jardiel Poncela- que encabezarán el espíritu de renovación del teatro anquilosado anterior a la guerra civil.
   Hasta el estallido de la guerra, Casona conoce una etapa de éxito y reconocimiento de todo el esfuerzo anterior: en 1935 estrena en Valencia El misterio de María Celeste, en Madrid Otra vez el diablo, y en Barcelona Nuestra Natacha, una obra cuyos protagonistas son estudiantes universitarios, guiados por la fuerza utópica de su compañera, Natacha, hacia la realización de un proyecto para reeducar a un buen número de jóvenes, a quien la vida les ha maltratado.
   España entra en guerra, y con este acontecimiento llega el exilio de muchos autores, incluyendo a Casona; fue algo evidente, pues él, como tantos otros, era un artista abanderado de la República.
   Ya en 1936, el improvisado itinerario de huida le lleva a Francia, donde contacta con la compañía de comedias de Josefina Díaz de Artigas y Manuel Collado, una de las más célebres de la España de preguerra.
   Con esta compañía, en la que trabaja como director artístico, inicia una gira por América que durará desde 1937 hasta 1939. Recorren México, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Perú, Chile y Argentina. Se dedica a dar numerosas conferencias en multitud de congresos e instituciones; es galardonado por distintas entidades; pronuncia lecturas y realiza toda clase de actividades dramáticas, hasta que se instala definitivamente en Buenos Aires, donde continúa divulgando su pasión por la literatura y el teatro en diversos artículos y estudios, donde colabora a menudo con revistas y periódicos europeos y americanos, donde se atreve a producir películas, donde adapta muchos guiones -propios y ajenos- para la industria cinematográfica y teatral hispanoamericana. Casona tiene tiempo para viajar, con cierta frecuencia, por los países americanos vecinos, incluyendo grandes escapadas a la vieja Europa, donde es recibido con expectación por el estreno de sus comedias.   

   Pero lo más importante para su carrera como dramaturgo es que va a ser aquí, en América, tras años de incansable trabajo, donde comience a publicar el grueso de sus mejores obras y, por supuesto, a estrenarse con un éxito arrollador: Las tres perfectas casadas se estrena en Buenos Aires (1941), al igual que La barca sin pescador (1945), La molinera de Arcos (1947), Los árboles mueren de pie (1949), La llave en el desván (1951), Siete gritos en el mar (1952), La tercera palabra (1953), Corona de amor y muerte (1955) , La casa de los siete balcones (1957) y Tres diamantes y una mujer (1961); en México se estrena Prohibido suicidarse en primavera (1937); Romance en tres noches (1938) en Caracas; Sinfonía inacabada (1940) en Montevideo, La dama del alba (1944) y Carta de una desconocida (1957) -adaptación teatral de una novela del austríaco Stefan Zweig- en Porto Alegre.
   Casona va a ser motivo de un proceso de mitificación por parte de un sector del público joven, de ideas republicanas, que crece durante la dictadura franquista, y que necesita identificar, por encima de todo, a un escritor con el tesoro de la moral izquierdista. 

   Regresa oficialmente a España en 1962. Presenciará el estreno en Madrid de La dama del alba, y a partir de este éxito comenzará lo que se conoce como el Festival Casona, un arma de doble filo para el asturiano. Todas las obras escritas en América van a estrenarse en España, extendiéndose, triunfales, a todas las provincias, gozando del aplauso mayoritario. 
   Aquí se inicia el pequeño calvario que hubo de sufrir el autor con los jóvenes críticos procedentes de la revista de tema teatral Primer Acto.
    El éxito en las salas importantes hizo que sus representaciones fuesen identificadas con ese otro teatro aburguesado que imperaba en estos escenarios oficiales. Casona fue incluido en el mismo grupo de dramaturgos que habían consolidado su carrera bajo las pautas del período más duro del régimen franquista: Joaquín Calvo Sotelo, Víctor Ruiz Iriarte, López Rubio, Álvaro de La Iglesia, más tarde Alfonso Paso.
   La única pieza que escribe el autor establecido ya en España es El caballero de las espuelas de oro, un drama histórico estrenado en el teatro Bellas Artes, de Madrid, la noche del 1 de octubre de 1964, por la compañía de José Tamayo.
   Un año más tarde, el 17 de septiembre de 1965, muere en Madrid, cumplido su sueño de volver a España y habiendo alcanzado el reconocimiento universal que le coloca entre los primeros autores de teatro de nuestras letras contemporáneas

lunes, 5 de mayo de 2014

Próxima reunión martes 6 de mayo de 2014 (18:00 horas)

El vagón de las mujeres
de Anita Nair

   Akhila, una mujer de cuarenta y tantos años, soltera, y de quien ha dependido siempre su familia, siente un repentino impulso de huir de todo. En el furgón de un tren que atraviesa la India en dirección al sur, se encuentra con otras cinco viajeras con las que comparte confidencias.
Janaki, una madre confundida; Margaret, una profesora de química con un marido tiránico; Prabha, una sumisa esposa que busca su verdadera identidad; Sheela, una muchacha de catorce años que comprende los últimos deseos de su abuela mejor que nadie; Marikolanthu, que ha vivido más experiencias que todas ellas juntas; y Akhila, que espera que sus historias cambien su vida. Seis personajes que se encuentran en esta cálida novela para descubrir el amor, el matrimonio, la familia, la amistad y el trabajo en la India y en el mundo.

viernes, 2 de mayo de 2014

El vagón de las mujeres

   ¿Puede una mujer vivir sola?
      


   Nos adentramos en un largo viaje hacia la modernidad emprendido por la  India, ese país-universo que Anita Nair define como "un mundo atrapado entre dos mundos: Oriente y Occidente". 
   La escritora de Bangalore utiliza la imagen del tren como símbolo de vida y de muerte, y retrata a la sociedad del sur del país a través de los diálogos entre seis mujeres de clase media.
   Akhila tiene más de 40 años, está soltera, vive en un pueblo y trata de huir de su familia, que la mantiene. Para ella, la aventura máxima es el tren, así que se sube a uno de esos míticos trenes indios, atestado de gente, lento y familiar, y allí encuentra a otras cinco mujeres; Janaki, una madre desubicada; Margaret, una química con un marido dictador; Prabha, esposa sumisa en busca de identidad e independencia; Sheela, una espabilada adolescente, y Marikolanthu, la más sofisticada y experta de todas.
   Seis mujeres, seis, que cuentan sus historias, sus secretos y sus anhelos, en una novela que habla de cambios, de tradiciones, de amores y sufrimientos, desde el más absoluto realismo. "Me gusta mucho el realismo, sí, me parece que todos vivimos en la fantasía" dice Anita Nair, una mujer urbana que fue ex creativa de publicidad antes de escritora de éxito. "Y adoro los trenes también", explica. "Son un microcosmos de la sociedad india, una mezcla de gente de todo tipo, estrellas de cine, políticos, ciudadanos... En los trenes hay mucha vida y mucha muerte. Todos hablan, narran historias con mucha libertad, amparándose en el anonimato, en saber que es probable, o seguro, que no te vuelvas a encontrar a ninguno de los que te oye".

   


   Anita Nair escribe "a mano y en inglés". Sus mujeres hablan también en inglés. "Desde la independencia hemos tenido una educación muy británica: pensamos en inglés, y es la lengua que unifica a los diferentes Estados". Son mujeres de clase media, que según ella es "el gran núcleo de la sociedad india': 'Está la India pobre, hambrienta y anticuada, de padres que pueden llegar a suicidarse si no tienen dote para casar a su hija", explica. "Pero también es real esta otra India de gente que tiene televisión y ordenadores, que trabaja y tiene una cultura urbana y libre, que se deprime y toma antidepresivos".
    Esa mezcla de modernidad y tradición, de espiritualidad y consumo, de tecnología y oralidad, marca las historias de El vagón de las mujeres, que toma el título de un compartimento especial que, hasta 1998, había en los trenes nocturnos indios. Pero Anita Nair no considera que su novela sea feminista: "Creo que las feministas me pegarían si la leyeran, en eso soy muy personal. Hablo de mujeres iguales a hombres, no superiores. Mujeres que quieren ocupar su lugar en la sociedad. Eso, más que feminismo, es una cosa muy humana".
   


   Nos lleva a su país, la India, tan diferente al de cualquier lector occidental, pero con una prosa fresca, sencilla, amena, hace que este viaje merezca mucho la pena. Nos permite conocer cómo es la vida en distintos lugares de la India actual, sus costumbres, su gastronomía, la dura vida de la mujer en ese país...  Durante ese viaje en tren, estas van relatando sus vidas con el único propósito de ayudar a Akhila, sin esposo y sin hijos, a tomar una decisión que le permita reorientar su vida. Una vida que no avanza, que no va por los cauces que ella esperaba. Y el subirse a ese tren responde a un momento de valor, a un momento de rebeldía contra esa sociedad que le ha impuesto un papel que no quiere interpretar.
   ¿Qué hará Akhila tras escuchar la historia de todas estas valerosas mujeres? ¿Será capaz de tomar las riendas de su vida?
   Como curiosidad decir que al final del libro hay un anexo con las recetas de las distintas comidas que van apareciendo a lo largo del libro.

Fuente:

Blog Mis lecturas y más cositas
www.compartelibros.com

Anita Nair

La nueva mujer india


    
   Anita Nair es una autora de relatos cortos y novelas, más bien dedicadas a la mujer, que se caracteriza por su lenguaje sencillo, apreciándose en sus escritos una mezcla de tradición y modernidad. 
   Muy apreciada en la India, es una de las primeras escritoras que ha roto las barreras internacionales con una nueva forma de escribir y sobre todo de ensayar 
maneras distintas de ser mujer en la India. Con una literatura de ruptura donde el faro conductor son mujeres de la familia, viejas pioneras y transgresoras en la lucha contra los prejuicios, la servidumbre y la marginación.
   Lo primero que publicó fue un poema, Happenings in the London underground, en una antología de la Sociedad de Poesía de India, en 1992. Después escribió historias para la radio, y comenzó a escribir de manera regular para el periódico Times de la India. 
   En 1997, a los 27 años, publicó su primer libro, la recopilación de relatos El satiro del metro. Y en 1998 llegó su primera novela, El  mejor hombre, que fue inmediatamente distribuida en los Estados Unidos. 
   Con El vagón de las mujeres (2001), la autora conquistó un gran éxito, batiendo records de ventas en la India y Gran Bretaña.
   Luego le siguieron Las nueve caras del corazón (2006) y Mitos mágicos de la India (2009).
    En Lecciones de olvido (2010), vuelve a trabajar con los materiales recurrentes de sus libros: la tradición y la denuncia, el retrato emocional y la reivindicación. Sus novelas dan una visión de la India alejada de los estereotipos y muy centrada en las personas y en sus vidas, impregnadas por las tradiciones y la religión, pero también por los cambios a los que se enfrenta su país.
   En 2012 aparece Cortar como herida. Inmersa en las calles y la atmósfera de la ciudad de Bangalore, esta novela introduce al lector una serie de personajes inolvidables siendo un thriller psicológico brutal.   

    Nair nos acerca a la India del siglo XXI en El corazón es un lugar feroz (2012), una trepidante historia en la que se atisba un halo de esperanza tras las intrigas y los secretos de la infancia.
    Anita Nair (Kerala, India, 1966) se licenció en Lengua y Literatura inglesa por la Universidad de Ottapalam (Kerala). Desde el principio se sintió atraída por el mundo de las letras, recuerda que ya con ocho o nueve años escribía. 
"Escribo desde siempre, aunque nunca pensé en mí como una escritora que publicara, pero escribir siempre fue para mí una actividad que me daba mucha satisfacción y placer", confiesa.
   Se casó a los veinte años, y realizó todo tipo de trabajos hasta llegar a dedicarse profesionalmente al mundo de las letras. Antes desarrolló una carrera en la publicidad, la cual dejó tras 12 años de profesión cuando decidió dedicarle todo su tiempo a escribir.

"El camino ha sido algo difícil, sobre todo en lo referente a encontrar tiempo, trabajar y ocuparme de la familia. Además siempre he escrito lo que yo quería, no cualquier cosa, pero para ello necesitaba mantener mi trabajo en publicidad porque necesitaba dinero, por lo tanto sí, ha habido momentos difíciles. Lo que me resultó más complicado era mantenerme sana mentalmente al tiempo que vivía a un tiempo tantas cosas y desempeñaba tantos papeles diferentes". 
   Su último libro es Idris, Guardián de la luz. Ambientada en el siglo XVII, es una novela extensa sobre las andanzas sin rumbo de un viajero somalí. No ha sido publicada todavía en España
   En la actualidad vive en Bangalore y Mundakotukurussi, estado de Kerala.