lunes, 7 de noviembre de 2016

Próxima reunión 8 de Noviembre a las 6 en punto

La isla de los amores infinitos de Daína Chaviano
  

   Tres familias de orígenes y culturas dispares protagonizan esta apasionante saga de emigrantes que recalan en Cuba y cuyos destinos a lo largo de más de 150 años correrán parejos con los de la bella isla.    Desde el Miami actual, la historia retrocede hasta 1856, cuando entran en contacto los personajes, procedentes de China, España y África, y surge el amor, que hallará una mágica continuidad un siglo más tarde. 
   Una hermosa historia de esperanzas y sueños rotos, de nostalgia, exilio y amores unidos por el destino.
Fuente: Lecturalia

Y a partir de las 8....

El Martinico

El duende castellano
  Parece ser que el origen del término castellano “duende” proviene de la expresión "duen de casa" o "dueño de casa", por el carácter entrometido de los duendes al "apoderarse" de los hogares y encantarlos. Pertenecían al género de demonios «caseros, familiares y tratables», ocupados en hacer toda serie de burlas ridículas a las personas.
   Martín es nombre de diablo o demonio en la Edad Media; en el cuento XLV de El conde Lucanor de Don Juan Manuel se llama al demonio que sirve a un hombre "Martín". Pedro Calderón de la Barca, en su comedia La dama duende describe al supuesto duende que dice haber visto el miedoso Cosme como "fraile tamañito" o "duende capuchino". En efecto, Goya los representa como enanos cabezones, con manos grandes y con hábito franciscano; lo corrobora que en Extremadura sean conocidos como frailecillos. Su fisonomía tal vez se asocie con los muñecos cabezudos que aparecen en las fiestas populares de Castilla.
   El padre Benito Jerónimo Feijoo combatió esta superstición en sus ensayos y Fernán Caballero recogió en el XIX algunos cuentos populares en que son protagonistas Martinicos famosos.
   Este género de espíritus parece sentir una gran predilección por Castilla-La Mancha, sobre todo, en el siglo XVI y así fueron famosos los manchegos de La Guardia, Mondéjar, Villaluenga de la Sagra.   
   Son muy bromistas, especialmente con los avaros, a los que suelen chasquear cruelmente convirtiendo su oro en carbón, y con las doncellas, haciendo ruidos en las alacenas, apagando súbitamente candiles o candilejas, tirando pucheros o engañando a los humanos de varias maneras. Les gusta mucho morar desvanes, sótanos y bodegas en donde jugar y hacer ruidos por las noches.
   Se le representa como una figura de viejo o de niño en las narraciones antigüas, de unos 60 cm de altura, con la capacidad de hacerse invisibles o de mutarse en pequeños animales.
   Bastante inestable emocionalmente, son legendarios sus enfados cuando es importunado; generoso, solidario con los hombres y mujeres, a los que no duda en dar mano en caso de necesidad, como de gastarle las peores jugarretas.

La isla de los amores infinitos

Cubafusión
  
   La combinación de historia familiar, amor y aspectos históricos, con un estilo cuidado incluso poético, hace que la lectura de La isla de los amores infinitos resulte muy agradable tanto por la narración ágil de Daína Chaviano como por su lograda ambientación.
   La isla de los amores infinitos (Grijalbo, 2006) está encuadrada dentro de una serie que la autora ha denominado “La Habana oculta”, compuesta por cuatro obras que aunque se complementan se pueden leer de forma independiente sin problema.

   El comienzo nos traslada a un bar de Miami donde conocemos a Cecilia, una cubana que abandonó su tierra hace cuatro años para instalarse en esta ciudad, en la que a pesar del tiempo transcurrido, aún se siente una forastera a la deriva. Cecilia es una joven que lleva residiendo en Miami varios años, ciudad a la que llegó desde La Habana, aunque aún no ha encontrado su lugar ni ha encauzado su vida completamente. 
   Cecilia investiga para escribir un artículo sobre una casa fantasma que tras ser vista en Cuba, ahora ha vuelto a aparecer en Miami, para lo cual se entrevista con las personas que han tenido las visiones intentando buscar pistas que le permitan averiguar tanto la procedencia de la casa como los motivos de estas apariciones. 
Por otro lado, en un bar conoce a Amalia, una anciana que dice acudir al local todos los días a esperar a alguien y que, tras este primer encuentro, cada noche le irá relatando una parte de tres historias que siguen los pasos de una familia china, otra española y una joven africana arrancada de su tierra para ser vendida como esclava. De esta manera seguiremos el curso de la vida de estos personajes, cuyos destinos se irán entrecruzando en la isla de Cuba desde los tiempos del dominio español hasta la época actual.
    La novela se presenta dividida en seis grandes partes que se corresponden con periodos diferenciados en las vidas de los protagonistas, estando a su vez cada una dividida en capítulos no demasiado extensos, lo que da agilidad a la lectura. En las primeras partes la trama del pasado se subdivide en varias líneas argumentales, aunque progresivamente irán centrándose, quedando reducidas a una.   
Rita Montaner
   Una visión que nos aproxima a los emigrantes, en este caso cubanos aunque sus sentimientos y experiencias se pueden aplicar a los de todo el mundo, plasmando el dolor de la separación, la ruptura familiar que provoca, la perdida, la soledad o la dificultad de comenzar una nueva vida. Y por otra parte, las personas que se ven obligadas a abandonar la isla siendo interesante el fenómeno de la inmigración china en Cuba. 
   Un elemento que también juega un papel determinante en esta obra, estrechamente vinculado a la isla, es la música. Nos movemos por la historia a ritmo de bolero y observamos la importancia que tanto esta como otras melodías tienen para los cubanos. Reflejo de este aspecto son los títulos de los capítulos pues cada uno se corresponde con el de un bolero y la integración de figuras reales en la historia como Rita Montaner, Freddy, Ernesto Lecuona o Joaquín Nin.    
   Teniendo en cuenta la localización en la que transcurre la obra, encontramos a lo largo de la narración cubanismos que ayudan a la recreación del ambiente y sobre todo en la caracterización de los personajes.
   Hay que destacar l
os elementos sobrenaturales muy presentes en esta obra. Un toque original a la historia, haciendo desfilar a lo largo de las páginas seres como el duende Martinico, espíritus, la casa fantasma o personas con capacidad para interactuar con los muertos o predecir el futuro.

Fuente: El universo de los libros

viernes, 4 de noviembre de 2016

Daína Chaviano



La muchacha que revitalizó la literatura fantástica en Cuba

   Daína Chaviano (La Habana, 1957) se da conocer por sus obras fantásticas y de ciencia-ficción convirtiéndose en la autora más vendida y aclamada de estos géneros en la historia de su país   En 1979 fue galardonada con el Premio David de Ciencia Ficción por su libro Los mundos que amo, una colección de cuentos escritos
entre los 15 y los 19 años. El libro fue adaptado a la radio, inspiró un cortometraje de cine independiente y tuvo una versión en fotonovela que vendió 200.000 ejemplares en menos de dos meses.
   La escritora comenzó a trabajar como asesora cultural y literaria. En 1982 fundó el primer taller literario de ciencia ficción en Cuba, y posiblemente en América Latina, al que llamó “Oscar
Hurtado” en honor al padre de ese género en la isla. En esa época publicó la primera antología sobre la obra de Hurtado que tituló Los papeles de Valencia el Mudo.
   Poco antes había aparecido su segundo libro, Amoroso planeta, una colección de relatos donde la autora iniciaba la exploración de lo que se convertiría en uno de sus leitmotivs posteriores: la fusión mitología/ciencia-ficción.
   En 1985, Chaviano comenzó a escribir guiones de televisión, adaptando cuentos de hadas para el programa «Había una vez». Y ese verano, durante dos meses, presentó por televisión un programa dedicado al cine de ciencia-ficción.
  

En 1986 se publicó su libro Historias de hadas para adultos. Esta obra marcó la pauta de lo que sería su estilo definitivo: una ciencia-ficción donde los elementos parapsicológicos, sobrenaturales y mágicos van unidos a la complejidad de las relaciones humanas. Ese mismo año, Chaviano dejó su trabajo como asesora literaria para dedicarse exclusivamente a escribir libros y guiones de TV.
En 1988, cuando publicó su novela Fábulas de una abuela extraterrestre, obra fundamental de la literatura hispanoamericana del género. Esta vez, la base filosófica de la historia era la interacción entre magia, ciencia y religión: otro de los pilares fundamentales de su literatura.

   En 1989 se publicó su antología Joyas de la ciencia-ficción, con selección, prólogo, notas y traducciones suyas, donde se incluían cuentos de autores de diversas latitudes.
   En 1990, Chaviano obtuvo el premio nacional “13 de marzo” otorgado por la Universidad de La Habana al Mejor Guión Literario. El guión, co-escrito con el director de cine independiente Tomás Piard, estaba basado en su cuento “La anunciación”, del libro Amoroso planeta
   Ese mismo año apareció El abrevadero de los dinosaurios, compuesto por setenta relatos de estructura y enfoque tan heterodoxos que todavía hoy continúa siendo un libro sin clasificación precisa. Meses después se publicaba la edición alemana de Fábulas de una abuela extraterrestre, que le valió a Chaviano el Premio Anna Seghers que otorgaba la Academia de Artes de Berlín.
   También en 1990, recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil «La Edad de Oro» por la colección de relatos fantásticos País de dragones.
   A principios de 1991, aprovechando una invitación de la Universidad de Quito (Ecuador) para impartir unas conferencias sobre literatura y guiones de cine y TV, la autora decidió permanecer fuera de la isla. En mayo de 1991, se estableció en Miami, Florida (Estados Unidos). Hasta 1993 fue traductora, reportera y columnista en El Nuevo Herald  pero decidió renunciar a su empleo y encerrarse a escribir durante casi dos años.
   Así pudo terminar Gata encerrada y Casa de juegos, las dos primeras novelas de la serie «La Habana oculta», cuyo eje central es una Habana enrarecida, a ratos real y a ratos fantasmagórica, donde todo puede ocurrir.
   

    Chaviano siguió escribiendo y concluyó la tercera novela del ciclo, El hombre, la hembra y el hambre, con la que obtendría el Premio Azorín de Novela (España) en 1998. Al año siguiente, en 1999, se publicó Casa de juegos, obra de carácter erótico y surrealista.
   En 2001 apareció Gata encerrada. Las tres novelas se publicaron bajo el sello Planeta. 

   En 2006, Grijalbo  publicó en España La isla de los amores infinitos, la cuarta entrega de la serie «La Habana Oculta». Esta novela recibió la Medalla de Oro en el certamen Florida Book Awards 2006 al Mejor Libro en Lengua Española. Con ediciones en 25 idiomas, La isla de los amores infinitos se ha convertido en la novela cubana más traducida de todos los tiempos.  
   En marzo del 2003, se relanzó Fábulas de una abuela extraterrestre. A raíz de eso, su autora recibió el Premio Internacional de Fantasía Goliardos que otorga una sociedad de investigadores y autores mexicanos especializados en el género fantástico. En 2004, Chaviano fue la Invitada de Honor en la 25ta Convención Anual del Arte Fantástico (Fort Lauderdale, Florida). Considerado el evento académico de ciencia ficción y fantasía más importante del mundo, cada año recibe decenas de investigadores, editores y escritores que debaten y analizan los diversos rostros de la fantasía. Era la primera vez que se otorgaba semejante distinción a un autor de habla hispana.