viernes, 31 de marzo de 2017

Mircea Cărtărescu



"No creo en las literaturas nacionales”
  

   Sostiene Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956) que “está orgulloso” de ser hombre porque es también bestia; de ser varón porque es también mujer; de ser griego porque el bárbaro que hay en él está rebosante de vida. También de ser europeo, que no significa ser mejor, sino ser complejo, lleno de contradicciones pero capaz de reconocerlas. El poeta, narrador y crítico literario rumano está considerado por la crítica literaria el más importante narrador rumano de la actualidad.
   De hecho, Cărtărescu, un escritor que goza de gran predicamento tanto dentro como fuera de las fronteras de Rumanía, siendo uno de los más importantes teóricos del posmodernismo rumano, con una literatura del yo que destila poesía. De su obra poética, que cultivó a lo largo de toda la década de los ochenta, destaca El Levante (1990; Premio de la Unión de Escritores Rumanos). 

   Cărtărescu dio el salto a la narrativa con el volumen de cuentos Nostalgia (1993; Premio de la Academia Rumana), que se abre con su célebre relato «El Ruletista». Siguió Lulu (1994), novela tortuosa y genial que indaga en el misterio del doble, y que le valió el Premio ASPRO. Su proyecto Cegador (1996-2007), una críptica trilogía que adopta la forma de una mariposa, será recuperada próximamente por la editorial Impedimenta en traducción directa del rumano.
  


   Ha publicado también el volumen de cuentos Las bellas extranjeras (2010; Premio Euskadi de Plata de Narrativa), una sátira rayana en lo grotesco que narra secuencias de la vida literaria genuinamente rumanas pero también cosmopolitas, y que se ha convertido en un auténtico éxito de ventas en su país, así como El ojo castaño de nuestro amor (2012), una selección de textos íntimos y reflexiones sobre el oficio de escribir en los que resuena el eco de la dictadura de Ceauçescu
  En 2015 publicó la novela Solenoide, considerada su obra más madura hasta la fecha.
   Es el autor rumano más apreciado en el extranjero, y algunos consideran que podría ser el primer escritor en lengua rumana en obtener el Premio Nobel de Literatura.

martes, 14 de marzo de 2017

La dieta de la memoria


Nueva entrega de la dieta de la memoria. Esta vez el amor correspondido, el amor doloroso y el amor perdido.

Soneto XXIX de William Shakespeare por Carmen Rubio

Cuando caído en desgracia ante la Fortuna y los hombres
y en soledad lloro mi condición de proscrito,
y perturbo los indiferentes cielos con mis lamentos;
cuando me contemplo a mí mismo y maldigo mi destino,
deseando parecerme a otros más ricos en esperanza;
ser tan hermoso como ellos, y como ellos disfrutar de muchos amigos;
cuando envidio el arte de aquél, y el poder de este otro,
descontento de lo que más placer me da.
Y cuando hundido en estos pensamiento casi me desprecio,
de pronto, felizmente pienso en ti, y toda mi alma,
como la alondra que asciende al surgir del día,
se eleva desde la sombría tierra y canta ante las puertas del cielo.
Porque el recuerdo de tu dulce amor me llena de riquezas,
y en esos momentos no cambiaría mi destino por el de un rey.


 Qué doloroso es amar... de Leonor de Aquitanía por Matías


¡Qué doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Si es doloroso saber
que va marchando la vida
como una mujer querida
que jamás ha de volver.
Si es doloroso ignorar
dónde vamos a morir,
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!

Triste es ver que la mirada
hacia el sol levanta el ciego;
y el sol la envuelve en su fuego
y el ciego no siente nada.
Ver su mirada tranquila,
a la luz indiferente
y saber que eternamente
la noche va en su pupila
bajo el dosel de su frente.

Pero si es triste mirar
y la luz no percibir,
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!

Conocer que caminamos,
bajo la fuerza del sino;
recorrer nuestro camino
y no saber donde vamos.
Ser un triste peregrino
de la vida en los senderos,
no podernos detener
por ir siempre prisioneros
del amor o del deber.
Mas si es triste caminar
y no poder descansar
más que al tiempo de morir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!

Vivir como yo soñando
con cosas que nunca vi
y seguir, seguir andando
sin saber por qué motivo
ni hasta cuándo.
Tener fantasía y vuelo
que pongan al cielo escalas
y ver que nos faltan alas
que nos remonten al cielo.
Pero si es triste no gozar,
lo que podemos soñar,
no hay más amargo dolor
que ver el alma morir
prisionera de un amor
y no poderlo decir.
       Se cree que Leonor de Aquitania es la autora de este poema. Una mujer única en el siglo XII. Nace un 19 de noviembre de 1122, fruto de la unión entre Guillermo X, duque de Aquitania, y Leonor de Chatellerault. Su padre la instruye como a un niño, no como a una niña, enseñándole a leer y escribir, a dominar el latín, la práctica militar e incluso la caza.   De este modo, Leonor crece como una niña singular, para convertirse en una mujer que quedará en la historia para siempre.

    Reina de Francia y de Inglaterra. Luis VII de Francia, su primer marido, llegando a su separación. Leonor de Aquitania es una mujer, libre con un extraordinario patrimonio, pero en la sociedad en la que vive es mucho mejor tener un hombre al lado. En la primavera del año 1152 se casa con Enrique II de Plantagenet. En una época donde la esperanza de vida es de alrededor de 40 años, Leonor vive 82 años sobreviviendo a todos sus hijos. Ya cansada se retira a la abadia de Fontevraud, donde fallece el 2 de abril de 1204. Allí es enterrada, acompañando a Enrique II y a su querido hijo Ricardo Corazón de León.


Se desconoce la autoría del poema que nos trae Joaquina.



Fue una gota de lluvia
Y menos que un gemido,
Fue el botón que se corta
sin llegar a ser flor,
y esa hoja que cae
Y al caer no hace ruido
pero deja en el árbol
Un secreto dolor.
No supimos que luz
pudo tener su frente,
Ni qué nombre de amor
decir en su canción.
No fue nada,
pero algo se murió de repente y una ola de niebla
Rodó en el corazón.
Y hoy, que los niños juegan
En un parque cercano,
nos oprime una angustia
como una espina cruel,
Y sin decir decimos
al tomarnos la mano:
"Pudo ser como aquella...
Pudo ser como aquel..."

martes, 7 de marzo de 2017

¿Quién era Charles Lamb?

"Eso es lo que me encanta de la literatura; en un libro encuentras un detalle diminuto que te interesa y ese detalle te lleva a otro libro y algo en ese te lleva a un tercer libro. Es matemáticamente progresivo; sin final a la vista y sin ninguna otra razón que no sea por puro placer"


   Estas palabras de Juliet Ashton en La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey es verdad de la buena porque esto es lo que nos ocurre la mayoria de las veces en nuestras lecturas. Un libro te lleva a otro. De las múltiples referencias que nos proporciona el libro de Shaffer me voy a quedar con el autor favorito del personaje de Dawsey Adams.
 
"Soy, lisa y llanamente, un montón de prejuicios formado con las cosas que me gustan y me desagradan" 


Charles Lamb por William Hazlitt

Lamb, Charles (1775-1834).

    Poeta, dramaturgo, ensayista, narrador y crítico literario inglés, recordado sobre todo por sus adaptaciones de grandes obras de la literatura universal para el público infantil, fue también un célebre ensayista preocupado por las cosas cotidianas y un poeta romántico que se acogió a los cánones de claridad y sencillez preconizados por la antigua tradición renacentista europea.
   Cursó buena parte de su formación académica en la famosa institución caritativa Christ's Hospital, donde compartió aulas con otra de las grandes figuras de las Letras inglesas, el poeta y ensayista Samuel Taylor Coleridge, quien gozó de la amistad de Lamb durante toda su vida y anduvo enamorado, en su primera juventud, de su hermana Mary Evans.
   En 1792, al término de sus estudios, encontró trabajo en el departamento de contabilidad de la sede londinense de la Compañía Comercial de las Indias Orientales (East India House), empresa de la que dependió hasta el momento de su jubilación (1825).

   Afectado por graves desequilibrios psíquicos que eran frecuentes en su familia, en 1795 atravesó por una aguda crisis mental. Un año después, su hermana, víctima de una enajenación monomaniaca homicida, dio muerte a su propia madre (que estaba inválida), lo que obligó a Lamb a hacerse cargo de la tutela de la joven, para evitar su internado en una residencia psiquiátrica. A costa de sus ingresos, Charles Lamb pagó durante toda su vida a un guardián que se ocupaba de atender y vigilar a Mary Ann, y no se separó jamás de su hermana, con la que llegó a compartir aficiones y objetivos literarios.
   Irrumpió en el panorama cultural inglés con algunos poemas y con una tragedia titulada John Woodvil (1802), obras que no pueden contarse entre lo más granado de su producción literaria. Pero en 1807, llevado de ese afán por divulgar las grandes obras de la literatura universal, adaptó, en colaboración con su hermana Mary Evans, varias piezas teatrales de Shakespeare, que tras pasar por su pluma quedaron convertidas en una serie de cuentos infantiles recopilados bajo el título de Cuentos de Shakespeare (1807). Ante el éxito cosechado por esta obra, al año siguiente publicó una versión en inglés de la Odisea, también destinada al público infantil y juvenil, titulada Las Aventuras de Ulises (1808).
   En aquel mismo año, la suma de su condición de crítico literario y su pasión por la literatura inglesa de la época isabelina arrojó como balance ensayístico la que está considerada como una de sus mejores obras, Poetas dramáticos ingleses que vivieron en la época de Shakespeare (1808), obra que consagró definitivamente a Lamb como uno de los críticos literarios más brillantes de su tiempo.
   A partir de entonces, Charles Lamb ocupó un papel preponderante en el panorama literario inglés, al que enriqueció considerablemente con una riquísima colección de ensayos que fue divulgando en diferentes publicaciones (sobre todo, en el London Magazine, donde colaboró con asiduidad entre 1820 y 1825, bajo el pseudónimo literario de "Elia"). La mezcla de humor fantástico con algunas pinceladas de bien dosificado dramatismo identifica el paradigma del ensayo romántico con estos trabajos de Lamb, que vieron la luz en dos recopilaciones tituladas Ensayos de Elia (1823) y Más ensayos de Elia (1833).
Además de las obras citadas, Charles Lamb, que acabaría siendo objeto de las sátiras de Lord Byron, fue autor de otros títulos como El genio del hogar y Apuntes sobre Shakespeare.



Fuente: MCN Biografías

lunes, 6 de marzo de 2017

Shaffer / Barrows

El regalo de Mary Ann Shaffer


 
    La escritora estadounidense Mary Ann Shaffer (1934-2008) compaginó su amor por la literatura con su oficio de bibliotecaria, dependienta de librerías y editora. Su sueño de toda la vida era escribir algún día su propio libro y publicarlo.
   Un viaje a la isla de Guernsey en el Canal de la Mancha en 1976, le obligó a esperar en un aeropuerto durante horas por causa de la niebla, lo que le permitió leer Jersey Under the Jackboot, un libro de Reginald Maughan sobre la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

   Muchos años después, animada por su club de lectura a escribir una novela, Mary Ann pensó naturalmente en Guernsey.
Ella escogió escribir en la forma epistolar porque, "por alguna extraña razón, pensé que sería más fácil". Varios años de trabajo dieron como resultado esta novela, que fue recibida con entusiasmo por su familia, luego por su grupo de la escritura, y, finalmente, por los editores de todo el mundo.
Por desgracia, ella se puso muy enferma de cáncer y le pidió a su sobrina, Annie Barrows (San Diego, 1962) la autora de la serie infantil Ivy and Bean, así como The Magic Half, que le ayudara a terminar el libro.

    La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, es una novela póstuma y que tuvo que ser corregida y finalizada por su sobrina.  Mary Ann Shaffer murió en febrero de 2008, unos meses antes de que su primera y única novela fuera publicada.



   Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial. La escritora Juliet Ashton está buscando el argumento para su próximo libro.
   ¿Quién podría imaginarse que lo encontraría en la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet? A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en un mundo maravillosamente peculiar.
   La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey
, nacida como una coartada espontánea cuando sus miembros fueron descubiertos rompiendo el toque de queda de los alemanes, contiene una galería de personajes profundamente humanos, divertidos, encantadores, todos amantes de la literatura, que sobrellevaron la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, siempre alrededor de un pastel de piel de patata.
   Juliet empieza una importante correspondencia con los miembros de la sociedad, pequeñas joyas que hablan de libros y del placer de la lectura, de la amistad, de la vida cotidiana y del impacto reciente que la ocupación alemana ha tenido en sus vidas. Cautivada por sus historias, decide visitarles, y lo que encuentra le cambiará para siempre.

   Pero no todo es de color de rosa. El asedio largo y férreo, ya que para los alemanes el control sobre ese lugar, además del valor estratégico, servía como medida de presión y estímulo para el ansiado dominio de Inglaterra hace que la trama toque temas más duros.  
     En ese sentido, es muy importante la vivencia del personaje de Elizabeth Mckenna que no escribe pero que marca totalmente la historia.
   

   Es una novela sobre la amistad y el poder de la lectura en tiempos de crisis. Con un estilo sencillo y diferente, una historia llena de humor y fortaleza protagonizada por personajes como Dawsey, Isola, Amelia o Eben que te llegan al corazón desde la primera línea.
   Aunque esta sensación idílica queda contrarrestada con dos personajes que nos dan otra visión de las cosas: Adelaide Addison, que pretende desanimar a Juliet de que emprenda su viaje a Guernsey con maledicencias sobre el círculo literario y Markham Reynolds, un americano prepotente y soberbio que cree poder disponer del amor de Juliet por su dinero y su éxito.
Nota: Por el género epistolar, el período histórico y las referencias literarias presentes durante la novela (Charles Lamb, Jane Austen, Shakespeare o las hermanas Brönte), nos hace recordar la novela de Helene Hanff 84, Charing Cross Road, leída anteriormente en el club.

Próxima reunión martes 7 de marzo de 2017 a las 6 en punto

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey
Mary Ann Shaffer y Annie Barrows


   Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial.
    La escritora Juliet Ashton encuentra la carta de un desconocido, un nativo de la isl
a de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet. A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en el mundo de este hombre y sus amigos, que resulta ser un mundo maravillosamente excéntrico. 
   Esta novela ostenta una galería de personajes profundamente peculiares, todos amantes de la literatura, que intentan sobrellevar la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, alrededor de un pastel de patata. 


Fuente: Lecturalia.