jueves, 15 de diciembre de 2011

PRÓXIMA REUNIÓN MARTES 10 DE ENERO DE 2012 (17.00 HORAS)

La piedra redonda de
Manuel F. Ramos  

   Esta es una hilarante historia que nos cuenta cómo, en un futuro muy lejano pero a la vez muy presente, un tipo casi normal pasa de héroe a villano de la noche a la mañana, como chivo expiatorio de una lucha de poder, dando lugar a una disparatada y divertida historia.
   La piedra redonda, aunque ambientada en el siglo XLIX, tiene continuos guiños a nuestra actualidad. El lector se enfrenta pues a un mundo sin libros, sin música, sin delincuencia (hasta que llega el protagonista) y casi sin amor. Y poco a poco todo va cambiando gracias al contenido de una enigmática Piedra Redonda, especie de caja fuerte futurista, y a una sucesión de rocambolescos asesinatos en el más puro estilo de comedia negra.

lunes, 12 de diciembre de 2011

 

 
El martes 13 de Diciembre a las 17.00 horas en la Biblioteca
   Salvador García Aguilar, lectura del texto por el Club de Lectura
 Reyes Magos, un gran misterio


   Desde el siglo XVII en Murcia y en enero el teatro se llama “Reyes Magos”. Y, aunque está por confirmar, se señala el siglo XVIII como comienzo de esta larga tradición. Con estos elementos y otros muchos –más o menos acertados- que se fueron incorporando en cada pueblo, se han compuesto los textos utilizados en nuestra Región, para sus representaciones de “Reyes Magos”, el día 6 de enero de cada año. Y han resultado – sobre una base común- situaciones tan distintas y tan distantes como las que se da, por ejemplo, en Pedriñanes (ermita de Era Alta), en Rincón de Seca, en Churra, en Albudeite, en Javalí Viejo, en Zarzadilla de Totana, en Aledo o en Algezares.

   Textos casi siempre inéditos que se han ido transmitiendo de generación en generación y cuyos poseedores guardan como un tesoro.  Textos basados en la primera obra de teatro conocida en castellano, Auto de los Reyes Magos (segunda mitad del siglo XII) que tan sólo difiere en algo más de un siglo de la aparición de los primeros trazos de castellano en la Historia: las glosas del monasterio de San Millán de la Cogolla (principios del XI). En cualquier caso, Baltasar todavía no era negro, como en este cuadro de Zurbarán. Apuntemos hoy, así, los numerosos misterios y polémicas –discusión entre judíos incluida- de la primera obra dramática que se conserva en español.
   De autor anónimo, tenemos un legajo de dos piezas con ciento cuarenta y siete versos de diferente métrica. Está escrito en el espacio sobrante de un códice y lo más probable -con mucho- es que se trate de una transcripción de una obra que hasta entonces se habría recitado de manera oral y/o representado en iglesias y calles, más que de una obra original. La opinión generalizada apunta a que el resto de la obra se ha perdido, es decir, que el manuscrito no contempla toda la historia. El texto no observa en absoluto las normas gráficas modernas de composición teatral (ni apunte de personajes a margen o resumen de los mismos al principio, acotaciones, indicaciones escénicas… quizá por el limitado espacio) y supone no sólo el antecedente del teatro español, si no también de su propio subgénero, el auto sacramental, representación de habitual sentido religioso y/o alegórico que popularizó don Pedro Calderón de la Barca en el siglo XVII. Ahí acaba lo conservado de la obra. Y comienza otra de sus polémicas. De manera general la crítica acuerda que el auto está incompleto, que faltan partes posteriores que no nos han llegado. Desde luego, a favor de esta postura está la inequívoca falta de consistencia o peso de la historia, que no tiene un final claro (Herodes se queda sin saber qué hacer, la discusión parece no acabar, aunque es claro que el autor siempre haría ganar en la dialéctica –como hace en lo que tenemos- al “Rabí segundo”, y no volvemos a saber nada de los Reyes). Sin embargo, eruditos como Hook y Deyermond en un artículo de 1985 propugnan lo contrario: la obra está completa y si falta algo es de tono menor, pues “tanto paleográfica como conceptualmente la disputa de los rabinos tiene que ser la auténtica terminación de la obra”.
   De manera general, se cree que el manuscrito pudo pertenecer a la escuela de la catedral de Toledo; es fácil pensar incluso en una representación en la catedral en épocas navideñas. Falta un siglo para el reinado de Alfonso X “el Sabio” cuando se cree que se escribe el Auto de los Reyes Magos, pero Toledo ya encarnaba el ideal de ciudad en la que “juntos, pero no revueltos” convivían cristianos, judíos y moros en un ambiente cultural muy ligado a lo religioso, pero dinámico y en continuo avance.
    Es bastante probable, igualmente, que hablemos de una transcripción de una tradición oral (no de una obra original) y que el texto esté cortado por una razón tan simple como prosaica: se acabó el espacio -recordemos que aprovecha al máximo el hueco sobrante del códice en el que está escrita. Es decir, el amanuense escribió lo que quiso -o lo que le cupo- pero la historia original debió ser más extensa. La transcripción pudo ser hecha de manera sinóptica, intentando adoptar el contenido de la obra al espacio disponible...
Sin más pruebas, la deducción no deja de ser un puro ejercicio de probabilidades... pero si hablamos de probabilidad… lo más probable es que el Auto de los Reyes Magos siga siendo un apasionante cúmulo de misterios y atrayentes datos histórico-lingüísticos.

Louise Brooks
La invención de Morel: Curiosidades

* Faustine es el personaje más ambiguo de la novela: luce como gitana, habla francés como una sudamericana, y le gusta hablar sobre Canadá. El personaje está inspirado en Louise Brooks, la estrella de cine.
* Morel es un científico genio que lleva intencionalmente a un grupo de snobs hacia la muerte. El fugitivo lo detesta celosamente, pero al final termina justificando sus acciones. Su nombre es un homenaje al personaje análogo de La isla del doctor Moreau.
* A lo largo de la novela el fugitivo cita a la visión del control poblacional de Thomas Malthus y su Ensayo sobre el principio de población. También expresa que si sobrevive escribirá un libro titulado Elogio de Malthus.
* Antes de conocer la verdad sobre la isla, el fugitivo cita el libro de Cicerón “De Natura Deorum” como la explicación de la aparición de los dos soles en el cielo.
* Los turistas bailan al son de la canción “Té para dos” de 1925 parte del musical de Broadway No, No, Nanette.
* Villings aparece en el mundo de La Liga de Caballeros Extraordinarios como una isla sobre la costa sudamericana. Villings difícilmente podría ser parte de Tuvalu: las islas de este archipiélago son atolones de coral, planicies que apenas superan el nivel del mar, sin acantilados ni colinas.
* Mientras el fugitivo está atrapado en la sala de máquinas se promete a sí mismo que no morirá como el héroe folclórico japonés Tsuomi Sakuma, una de las víctimas del primer accidente de un submarino.
* La película L'année derniére à Marienbad (1961) de Alain Resnais se inspiró en esta novela.
* En 1967, el cineasta francés Claude-Jean Bonnardot adaptó la novela en una película para televisión.
* En 1974, el cineasta italiano Emidio Greco adaptó la novela en una película cinematográfica.
* En 1995, la Compañía Eva Halac adaptó la novela en una obra que usaba muñecos como los turistas y un actor como el fugitivo.
* La película The Piano Tuner of Earthquakes (2005) se inspiró originalmente en esta novela.
* Los fans del videojuego Myst Creen que esta novela es una de sus fuentes de inspiración.
* A menudo comparada con La isla del doctor Moreau, esta novela también toma elementos de la novela XYZ (1934) del peruano Clemente Palma.
* El dibujo de portada de la primera edición lo realizó Norah Borges, hermana de Jorge Luis Borges, gran amigo de Bioy Casares.
* El artista argentino Carlos Boccardo hizo en 1996 una instalación inspirada en esta novela.
* En el film argentino de 1986 "Hombre mirando al sudeste" de Eliseo Subiela, el protagonista (Rantés) dice ser una proyección en el espacio, por lo cual, en sus investigaciones, el psiquiatra que lo atiende hace un paralelismo con "La invención de Morel". De hecho, en el film se leen unas líneas de la obra de Bioy Casares
.

martes, 29 de noviembre de 2011


Sawyer leyendo "La invención de Morel"

Un Lost de los cuarenta 

   En el capitulo cuatro de la cuarta temporada de la serie Lost encontramos a Sawyer, uno de los protagonistas leyendo el libro "La invención de Morel", de Adolfo Bioy Casares. Lost fue una serie de televisión estadounidense que emitió American Broadcasting Company (ABC) entre 2004 y 2010, hasta completar un total de seis temporadas. La serie se convirtió en una de las series de mayor impacto mediático y social de los últimos años debido en parte a su presencia en los medios de comunicación de masas, es el ejemplo perfecto de cómo el fenómeno "fan" puede llegar a imponerse a las pérdidas de audiencia. Narra las vivencias de un grupo de personas en una isla tras sobrevivir a un accidente aéreo.
  La historia de un fugitivo que se esconde en una isla desierta del Pacífico Sur es la trama de La invención de Morel, novela escrita en 1940. Se trata probablemente de su obra más famosa, constituyendo un ejemplo clásico de la ciencia ficción en idioma español. En el prólogo de la obra, Jorge Luis Borges expresa sobre su trama que no le parece "una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta".
   Un fugitivo, condenado a cadena perpetua, arriba a una isla desierta en algún lugar del Pacífico Sur. Mientras está en la isla, llega un grupo de turistas de los cuales empieza a desconfiar cuando se enamora de una mujer del grupo a la que intenta incesantemente declararle su amor. Pero un fenómeno inexplicable se lo impide.
   El fugitivo escribe un diario sobre su vida en la isla en la que se esconde a partir de la llegada de unos turistas. Aunque la presencia de estos individuos le resulta algo milagrosa, teme que en realidad si ellos lo descubren lo entreguen a las autoridades.
   Entre los turistas hay una mujer que contempla los atardeceres cerca de las rocas del oeste. El fugitivo la observa siempre y, mientras lo hace, se enamora de ella. Aparece luego un hombre de barba, vestido con atuendo de tenista, que la visita de vez en cuando, y advierte al escuchar sus conversaciones en francés, que él se llama Morel, su nombre es un homenaje al personaje análogo de La isla del doctor Moreau de H. G. Wells, y ella Faustine.

Adolfo Bioy Casares, el mago modesto

   Escritor argentino, nacido en Buenos Aires en 1914, tiene en su haber una larga existencia como escritor que fue reconocida en 1990 con la concesión del Premio Cervantes. Su nombre, íntimamente unido al de Borges a quien había conocido en 1932 en la casa de la escritora Victoria Ocampo, con cuya hermana, Silvina, se casaría en 1940, se dio a conocer en los primeros números de la revista Sur, uno de los títulos claves del desarrollo de la vanguardia en el país del Río de la Plata. Fundó en 1935 la revista Destiempo junto con Jorge Luis Borges. Con él escribió varios volúmenes de novelas policiacas, mezclados con observaciones irónicas sobre la sociedad argentina y suscritos con diversos seudónimos: H. Bustos Domecq, B. Suárez Lynch, B. Lynch Davis y Gervasio Montenegro.

Josefina Dorado, Adolfo Bioy Casares, Victoria Ocampo, Jorge Luis Borges (Mar de Plata 1935)
   Consecuencia de estas colaboraciones es el hecho de que el nombre de Bioy Casares siempre haya figurado a la sombra del de Borges, realidad que no hace justicia al valor y mérito que reúne su obra, especialmente su serie de cuentos fantásticos y cuentos de amor, que constituyen un corpus autónomo de la obra borgiana dentro de la literatura argentina. A esta injusticia ha contribuido el propio Bioy al reconocer en sus Memorias que el hecho más importante de su vida fue el conocer al autor de El Aleph
   En novelas, cuentos y guiones de filmes, Bioy ha estudiado mitos clásicos revividos en la modernidad, aspectos paranormales de la vida y la psicología del amor. Su principal personaje es el detective Isidro Parodi.
   Entre sus títulos más notorios están: las novelas Plan de evasión (1945), El sueño de los héroes (1954), Diario de la guerra del cerdo (1969), Dormir al sol (1973) y Aventuras de un fotógrafo en La Plata (1985), y los libros de cuentos El perjurio de la nieve (1944), La trama celeste (1948), Historia prodigiosa (1956), Guirnalda con amores (1959), Historias desaforadas (1986) y Una muñeca rusa (1991). Publicó parcialmente sus memorias y el texto de dos filmes coescritos con Borges: Los orilleros y El paraíso de los creyentes (1955), Crónicas de Bustos Domecq (1967) y Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977) son los títulos que vieron la luz como consecuencia de esta relación literaria.
   La carrera literaria de Bioy en solitario se inicia en los años cuarenta con la publicación de su gran novela La invención de Morel, novela en donde se muestra un artefacto capaz de inventar mundos y realidades posibles en una isla maldita que recuerda la isla del doctor Moreau. Con Silvina Ocampo publicó en 1946 la novela policial Los que aman, odian y, junto con Borges, los tres autores habían sacado a la luz dos antologías: Antología de la literatura fantástica (1940) y la Antología poética argentina (1941). 
   Es también autor de un centenar de cuentos que se encuentran entre lo mejor de la literatura universal de carácter fantástico de este siglo. En 1997 publica Una magia modesta, título que reúne cuarenta narraciones, algunas de ellas muy breves, apenas ocupan una página, en donde Bioy extrae la magia de un escritor que ha rehuido, a veces por obligación, de la gloria de los grandes que conoció en su vida.
   Bioy Casares murió en Buenos Aires, a los 84 años, luego de una serie de complicaciones ocasionadas por su avanzada edad. Poco tiempo antes había expresado uno de sus últimos deseos: "No me gusta nada la idea de morir. Si pudiera vivir quinientos años aceptaría y pediría: ¿no puede darme unos más?'."

martes, 8 de noviembre de 2011

PRÓXIMA REUNIÓN MARTES 13 DE DICIEMBRE (17.00 HORAS)

 La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares  

   Un relato fantástico, con una trama brillante y precisa, que encierra una bella historia de amor.
   Un fugitivo de la justicia se oculta en una isla deshabitada, ocupando unos extraños edificios abandonados, construidos tiempo atrás por los últimos pobladores de la isla, no se sabe con qué propósito.  Tras meses de aislamiento, y a pesar de estar seguro de que ningún barco ni avión han arribado a la isla, descubre que no está solo. Sin atreverse a revelar su presencia, comienza a espiar a los nuevos habitantes de la isla con el ánimo de averiguar sus intenciones, cuando una misteriosa mujer de gran belleza llamada Faustine atrae su atención.
   Sin embargo, a medida que el prófugo observa a los visitantes, su temor a ser capturado va a ser reemplazado por un horror mucho más profundo.

jueves, 27 de octubre de 2011





Conrad, un gran fuente de inspiración cinematográfica
   La aventura es el elemento dominante en las narraciones de Conrad. No es de extrañar, entonces, que algunos de los grandes directores elijan obras de Conrad para demostrar su talento. En los relatos de Conrad hay aventura (entretenimiento para el público) pero también permiten transmitir sentimientos (reflexión y, sobre todo, turbación en los espectadores). Pero no es una aventura superficial; es una aventura reflexiva, cargada de profundidad.
   No cabe duda de que pronto volveremos a encontrar nuevas producciones cinematográficas basadas en mayor o menor medida en alguna de las excelentes obras de Conrad, aunque no haya sido así desde hace varios años.

Victory (1919)
   Parece que estaban esperando a que muriera Joseph Conrad para darse cuenta del gran potencial fílmico de sus obras. Sólo una de sus novelas, "Victory", fue llevada al cine cuando el autor estaba todavía vivo. Maurice Tourneur dirigió esta película de cine mudo cuatro años más tarde de la publicación de la novela, la única que Conrad tuvo la oportunidad de ver adaptada al cinematógrafo.

Lord Jim (1925)
   Un año después de la muerte de Conrad, Victor Fleming llevó al cine “Lord Jim”. Una de las novelas más conocidas del escritor.
   La novela está basada en hechos reales: en el año 1880, los miembros de la tripulación de un vapor, el Jeddah, abandonaron a su suerte a los pasajeros creyendo que el naufragio del barco era inevitable. Jim lleva la culpa en su interior por un suceso similar en el inicio de la novela, lo que le da un carácter muy humano a este héroe que por ese motivo huye a las aguas de Malasia buscando redimir su culpa.

El rescate (1929)
   Conrad necesitó más de veinte años para ponerle punto final a la que debió haber sido su tercera novela. “El rescate” fue una novela difícil para el prolífico escritor, como él mismo aseguraba en algunas de sus cartas.
   Nueve años después de su publicación, el productor Samuel Goldwyn se decidió a adaptarla al cine encargando la dirección a Herbert Brenon. Ronald Colman fue la estrella masculina que la protagonizó acompañado por la atractiva Lily Damita.

Paraíso peligroso (1930) 
   Aunque con un título diferente, William Wellman volvió a adaptar la novela que Tourneur ya había llevado al cine once años antes (Victory). Los protagonistas, encarnados por Richard Arlen y Nancy Carlon, se ven perseguidos en una isla desierta por unos malvados enviados por un despechado que se consideraba dueño de la muchacha. Esta es una versión puramente de aventuras, sin la profundidad de la obra de Conrad.

Sabotaje (1936)
   Dos películas diferentes de Alfred Hitchcock llegaron a España con el mismo título. La primera, en 1936, se basó en una novela de Conrad, “El agente secreto”, mientras que la segunda está cargada de elementos propagandísticos porque se estrenó poco después de que los Estados Unidos entraran en la segunda guerra mundial (1942).

Victory (1940)
De nuevo "Victory" vuelve a las pantallas en 1940. Aunque no tuviera mucho éxito de público, John Cromwell capta en esta ocasión de manera excelente la inquietante historia de Conrad. Fredic March y Betty Field son los actores principales de la cinta.

El desterrado de las islas (1952)
   Esta película de Carol Reed está basada en la novela “Un paria de las islas” (An outcast of the islands) que Joseph Conrad publicó en 1896. Ambientada en Malasia, la gran fuerza de la película, como en buena parte de los relatos del escritor, es mostrar los más bajos instintos humanos.

Lord Jim (1965)
   Richard Brook adaptó esta novela de Conrad que ya había sido llevada al cine por Victor Fleming. Peter O'Toole y Jack Hawkins encabezaron el reparto.

Los duelistas (1978)
    Los asuntos de honor se han tratado de manera diferente a lo largo de la historia y a lo ancho de la geografía, pero en general siguen defendiéndose a golpes. Gabriel Feraud y Armand D’Hubert, dos húsares del ejército napoleónico, se baten a muerte en la novela de Joseph Conrad (“El duelo”, 1907) y en la primera dirección cinematográfica de Ridley Scott.

Apocalypse Now (1979) y Apocalypse Now Redux (2001)
   Veinte años después de la primera versión, Francis Ford Coppola se decidió a realizar un nuevo montaje de la película que estrenara con gran éxito allá por 1979. Cincuenta minutos más de cinta se añadieron en esta reedición.
   Aunque no es una adaptación rigurosa, quien haya leído la novela no tendrá la más mínima duda de que el guión de esta película, escrito por otro afamado director, John Milius, está basado en la novela más conocida de Conrad: El corazón de las tinieblas.

El corazón de las tinieblas (1994)
   Nicolas Roeg rodó esta película para la televisión guardando fidelidad a la obra escrita de Conrad hasta en el título. Tim Roth y John Malcovich son los personajes principales. Realmente resulta fascinante poder ver fielmente en imágenes la inquietante novela de Conrad.

El agente secreto (1996) 
   Sesenta años después de que se estrenara una versión dirigida por Alfred Hitchcock (Sabotaje, 1936), Cristopher Hampton realiza un remake de esta obra de Conrad que para la mayoría de los críticos no está a la altura de la que el director de Los pájaros. El elenco de actores es, sin embargo, insuperable: Gérard Depardieu, Bob Hoskins, Patricia Arquette, Jim Broadbent, Robin Williams, Cristian Bale, Roger Hammond, Eddie Izzard y Ralph Nossek.

El hombre que vino del mar (1997) 
   Esta película está basada en el relato que Conrad escribió en 1901 con el título Amy Foster. Beeban Kidron fue la directora encargada de dirigir a Rachel Weisz en el papel principal.

Coppola


Coppola, el hombre que entendió a Conrad

   Como ya es conocido, el argumento de “Apocalypse Now” es sencillo de explicar: un miembro de la inteligencia militar norteamericana en Vietnam (Willard) es enviado remontando un río imposible entre la jungla vietnamita-camboyana a eliminar al coronel Kurtz, un prometedor militar que ha enloquecido e instaurado en su locura una pequeña república de horror.
   Es muy curioso atender al significado original del término “Apocalipsis”. No significa en absoluto catástrofe, desastre masivo, destrucción absoluta ni nada por el estilo. “Apocalipsis” significaba en sus orígenes”revelación”.
   Igual que la palabra divina, la voz de Kurtz es palabra reveladora, pero reveladora de la parte más siniestra del ser humano, precisamente de su deshumanización. Y lo es tanto en la obra de Conrad como en la de Coppola.
   “Apocalipsis Now” es, por decirlo de algún modo, una adaptación libre de “El corazón de las tinielas” pero no es lo que comunmente se entiende como una novela llevada al cine y no tan sólo porque la novela transcurre a finales del XIX principios del XX y la película refiere a la guerra del Vietnam sino porque Coppola modifica de modo significativo el “quid” de la novela.
   Marlow no acaba con Kurtz, éste muere de enfermedad. Willard sacrifica a Kurtz y durante unos instantes lo substituye: cierra un ciclo: regenera, renace, revive…

Curiosidades del rodaje


    Francis Ford Coppola, que perdió 27 kilos en el rodaje, filmó el bombardeo al campamento de Kurtz, aunque luego decidió no incluirlo en el montaje final. Mucha gente estaba convencida de que la película tenía dos finales posibles, lo que creó algo de confusión.
   Se perdieron quince dias de rodaje porque Marlon Brando llego y no se sabía el papel. Necesitó quince días para memorizar pocas frases.
   El título de la película proviene de unas chapas hippies muy populares en los 70, época en la que se rodó el film, en las que se podía leer: "Nirvana Now".
   La película se rodó en Filipinas, y los helicópteros eran del ejército filipino. Coppola tuvo que cancelar un día de rodaje porque en medio del mismo, los helicópteros tuvieron que abandonarlo para atacar, con fuego real, a una facción disidente del presidente Ferdinand Marcos.
   Francis Ford Coppola aparece en la película: es el cámara que rueda el desembarco de los soldados.
   En una pared de la guarida-templo del coronel Kurtz hay escrito un graffiti con el nombre de la película. Harvey Keitel iba a ser la definitiva elección para protagonizar la película, pero fue despedido por Coppola en pleno proceso de preproducción.
   Brando dio innumerables dolores de cabeza al director durante toda la película. Llegó a un acuerdo con él para interpretar al coronel Kurtz, este se negó a viajar a Filipinas, habiendo cobrado ya un adelanto. Tras convencerle Coppola de que fuese al rodaje, este se presento exageradamente gordo y con la cabeza rasurada, por lo que obligó a rodar sus escenas en medio de tinieblas.
   La escena inicial en la que Martin Sheen sale bailando frente a un espejo, la rodó bajo estado de embriagez, hasta el punto de que realmente se cortó la mano al pegarle un puñetazo al espejo.

Trailer de la película (versión original)

    Muchas asociaciones de defensa de los derechos de los animales pusieron el grito en el cielo al ver la escena del descuartizamiento de la vaca en el templo del Coronel Kutz. Les costó trabajo a los productores demostrar que lo que estaban destrozando a machetazos era un muñeco.
   La breve aparicion de Harrison Ford al principio del film dista mucho de ser un cameo, ya que cuando firmó para intervenir aun no se había estrenado "La Guerra de Las Galaxias", por lo que aun era un actor desconocido para todos.
   Martin Sheen sufrió un infarto a mitad de rodaje, se llego a circular el rumor entre el equipo de la película de que había muerto, e incluso un sacerdote llego a aplicarle la extrema unción.
   Las dificultades que atravesó Coppola para encontrar un protagonista superan las de cualquier película conocida: desde Al Pacino, Robert Redford, pasando por Steve Mcqueen y Jack Nicholson, todos se negaron a participar en tan demencial rodaje; al final se tuvieron que conformar con el desconocido Martin Sheen.

Ficha técnica

Título Original: Apocalypse Now 
Género: Bélico | Drama
Subgénero: Guerra de Vietnam | Película de Culto
Año: 1979
Nacionalidad: Estados Unidos.
Duración: 153 minutos.
Dirección: Francis Ford Coppola.
Guión: John Milius y Francis Ford Coppola (Novela: Joseph Conrad).
Intérpretes: Martin Sheen, Marlon Brando, Dennis Hopper, Robert Duvall, Frederic Forrest, Albert Hall, Sam Bottoms, Laurence Fishburne y Harrison Ford.
Premios:
1979: 2 Oscars: Mejor fotografía, Mejor sonido. 8 nominaciones.
1979: Festival de Cannes: Palma de Oro (ex aequo con "El tambor de hojalata")

lunes, 17 de octubre de 2011

Joseph Conrad, el modernista que vino del mar
                                     Josef Teodor Konrad Korzeniowski (1857-1924) 

 Novelista británico de origen polaco considerado uno de los más grandes escritores modernos. Hijo de un noble polaco, quedó huérfano a los once años y estuvo bajo la tutela de su abuela y su tío paternos. A los dieciséis abandonó Polonia rumbo a Marsella, donde inició su andadura como marino mercante, que lo llevaría en una primera etapa a comerciar con armas para las tropas carlistas españolas y a un intento de suicidio.
   Ante la imposibilidad de llegar a oficial en la marina francesa y huyendo del peligro de ser reclutado por el ejército zarista (era súbdito ruso de la Polonia ocupada), se trasladó a Londres en 1878, sin saber inglés. Dos años después aprobó el examen que lo convirtió en segundo oficial de la marina mercante, y seis años más tarde el que le proporcionaría el grado de capitán, casi al tiempo que pasó a ser súbdito británico. Navegó durante toda la década siguiente, particularmente por los mares del sur, el archipiélago malayo, África y el río Congo, experiencias que se reflejarían en su obra posterior.
   Conrad no comenzó a escribir hasta 1889, en que dio inicio a La locura de Almayer (1895), que no terminaría hasta cinco años más tarde, durante los cuales aún continuó navegando, actividad que abandonó definitivamente en 1894. El éxito, no obstante, tardó en llegarle; fue con Chance (1912), de la que se vendieron más de 13.000 ejemplares en dos años, pese a que desde el principio sus libros fueron bien recibidos por la crítica.
   Aunque la mayor parte de sus narraciones tienen como telón de fondo la vida en el mar y los viajes a puertos extranjeros, la suya no es una literatura de viajes en sentido estricto. Éstos constituyen, para Conrad, el ámbito en el que se desarrolla la lucha de los individuos entre el bien y el mal, el escenario en el que se proyectan sus obsesiones y, en particular, su soledad, su escisión, el desarraigo.

   Escribió en total trece novelas, dos libros de memorias y una buena cantidad de relatos. Entre las primeras destacan Lord Jim (1900), indagación en torno al problema del honor de un marino que sufre por su cobardía juvenil en un naufragio; Nostromo (1904), a menudo considerada su mejor creación; El agente secreto (1907), a propósito del mundo anarquista inglés; Bajo la mirada de Occidente (1911), situada en la Rusia zarista; Victoria (1915), ésta con los mares del sur como escenario y La línea de sombra (1917), narración abiertamente autobiográfica acerca de su primera singladura como capitán a bordo del Otago.
   Entre sus relatos largos o novelas breves es preciso mencionar El corazón de las tinieblas, publicado en forma de libro en 1902, que constituye, a partir de su recorrido por el río Congo, una verdadera bajada a los oscuros infiernos de la mente humana y su corruptibilidad. Aunque sostuvo cordiales relaciones con algunos ilustres escritores de su tiempo como H. James o H. G. Wells, y aunque con F. M. Ford escribió varias novelas conjuntamente, se mantuvo casi siempre al margen de la vida literaria.
   Casi todas sus obras reflejan cierta tristeza. Su estilo es rico y vigoroso, y su técnica narrativa se sirve con habilidad de las interrupciones en el discurso cronológico. La construcción de sus personajes es sólida y eficaz. Conrad murió en Bishopsbourne, cerca de Canterbury, en 1924. Influyó de manera decisiva en la novela moderna, y su obra le valió el reconocimiento de destacados contemporáneos suyos como Arnold Bennett, John Galsworthy, Ford Madox Ford, Stephen Crane y Henry James.

Con posterioridad su obra se ha ido valorando cada vez más y ha ejercido un fuerte influjo en la literatura, tanto inglesa como internacional.

Fragmento de "El corazón de las tinieblas"
   La tierra parecía algo no terrenal. Estamos acostumbrados a verla bajo la forma encadenada de un monstruo dominado, pero allí, allí podías ver algo monstruoso y libre. No era terrenal, y los hombres eran... No, no eran inhumanos. Bueno, sabéis, eso era lo peor de todo: esa sospecha de que no fueran inhumanos. Brotaba en uno lentamente. Aullaban y brincaban y daban vueltas y hacían muecas horribles; pero lo que estremecía era pensar en su humanidad -como la de uno mismo-, pensar en el remoto parentesco de uno con ese salvaje y apasionado alboroto. Desagradable. Sí, era francamente desagradable; pero si uno fuera lo bastante hombre, reconocería que había en su interior una ligerísima señal de respuesta a la terrible franqueza de aquel ruido, una oscura sospecha de que había en ello un significado que uno -tan alejado de la noche de los primeros tiempos- podía comprender. ¿Y por qué no? La mente del hombre es capaz de cualquier cosa, porque está todo en ella, tanto el pasado como el futuro. ¿Qué había allí, después de todo? Júbilo, temor, pesar, devoción, valor, ira -¿cómo saberlo?-, pero había una verdad, la verdad despojada de su manto del tiempo. Que el necio se asombre y se estremezca; el hombre sabe y puede mirar sin parpadear. "

sábado, 15 de octubre de 2011

Marlow-Kurtz: la fascinación de lo degradante


   Charlie Marlow, a bordo de La Nelli, recuerda mientras navega por el Támesis la más intensa experiencia que ha tenido en su carrera.
   Marlow, de profesión marino, narra una vieja aventura en África en la que, capitaneando un vapor, debía remontar un gran río, el Congo, en busca de un tal Kurtz, representante de una compañía de importación de marfil, que al parecer se había vuelto loco en lo más profundo de la selva
   El objeto del viaje de Marlow es contactar con Kurtz y entregarle una misiva.
   Kurtz, llamado a grandes ascensos en la estructura de la compañía se ha convertido, en el corazón de África, en una especie de divinidad que se extiende absurda e irracional a todo aquel que escucha su voz.
   A partir de aquí, Conrad a través del Marlow de “El corazón de las tinieblas” (1902) muestra el tremendo impacto de la colonización europea sobre el continente, nos muestra un rastro de injusticia infinita, una deshumaizada explotación de la población.
   Es un relato potente, estremecedor, muy representativo del talento de Conrad para describir espacios, situaciones y seres humanos, así como de su tema central: cómo un individuo se crece ante la adversidad, cómo entran en crisis su idiosincrasia y su ánimo frente al poder de la naturaleza y el peligro de lo desconocido.
   Un Conrad clarividente e inmenso aventura una respuesta posible…
“…hay alguna suerte de fascinación, que pronto tienta. La fascinación de lo degradante, ya saben. Imagínense los crecientes remordimientos, el deseo de huir, el impotente disgusto, al rendición, el odio”
   En 1926 el inmortal poeta T.S Elliot escribía “The hollow men” (“Los hombres huecos”) inspirándose en “El corazón de las tinieblas”
“Somos los hombres huecos…
Figuras sin forma, sombras sin color,
fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
los que han cruzado
con los ojos derechos, al otro Reino de la Muerte
nos recuerdan -si es que nos recuerdan-
no como perdidas almas violentas,
sino como los hombres huecos
los hombres rellenados”
   En 1979 un memorable Marlon Brando-Kurtz recita “The hollow men” a Martin Sheen-Marlow-Willard en una de las inolvidables secuencias de “Apocalypse Now”.
   Desde donde esté, Joseph Conrad, que murió en 1924, verá con amarga complaciencia que el mundo ha cambiado poco desde sus días de proas aventureras y nativos hostiles. En los valles de Afganistán o en los calores de Nigeria, otros hombres blancos sudan, se enloquecen y aprietan el gatillo, mientras la gente del lugar permanece, ante el ojo del intruso, como una incógnita a la que se desprecia y se teme.

martes, 4 de octubre de 2011

PRÓXIMA REUNIÓN MARTES 8 DE NOVIEMBRE (17.00 Horas)

El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad

   Un descenso a los infiernos del colonialismo. La novela que inspiró Apocalipsis Now. El corazón de las tinieblas es una de las novelas más estremecedoras de todos los tiempos, además de una de las obras maestras del siglo XIX. El libro cuenta el viaje que el protagonista, Marlow, hace por un río del Congo en busca de Kurtz, un agente comercial que al parecer se ha vuelto loco, ya que cruza la débil línea de sombra que separa el bien del mal y se entrega con placer a las más terribles atrocidades.
El corazón de las tinieblas, la novela más reconocida del genial Joseph Conrad, puede leerse como un texto casi profético de los horrores del siglo XX.