miércoles, 25 de febrero de 2015

Federico Andahazi



El descubridor de personajes   

  
    A Federico Andahazi (Buenos Aires, 1963) le desvela la posibilidad de descubrir. Donde hay certidumbre, él va y muestra una revelación oculta. Él se define como un "descubridor de personajes" y así lo hizo con El anatomista, su primer éxito literario, donde narraba la historia de Mateo Colón, un hombre que en el siglo XVI no descubrió América, sino el clítoris.
   Hijo de Béla Andahazi, poeta y psicoanalista húngaro radicado en la Argentina, y de Juana Merlín, durante su adolescencia comenzó a leer a los clásicos argentinos y universales cuando, escapando del colegio, reflejo de la opresiva dictadura militar gobernante, se reunía con amigos de su edad en librerías y bares de la avenida Corrientes, calle emblemática de la cultura porteña. Fue en esta época cuando incursionó en la escritura de los primeros relatos propios.
   Obtuvo la licenciatura en Psicología en la Universidad de Buenos Aires, ejerciendo como psicoanalista algunos años, mientras trabajaba en sus cuentos. En 1989 terminó su primera novela, obra que permanece inédita por voluntad del autor.
   En 1996, a la vez que era finalista del Premio Planeta, su novela El anatomista ganó el Primer Premio de la Fundación Fortabat. Sin embargo, la mentora del concurso, Amalia Lacroze de Fortabat, dio a conocer su disconformidad con dicho premio, a través de una solicitada publicada en todos los diarios de Buenos Aires, en la cual expresaba que la obra “no contribuye a exaltar los más altos valores del espíritu humano”. El jurado se vio descalificado por la actitud de Amalia Lacroze de Fortabat y tal actitud hizo que los concursos literarios organizados por la Fundación Fortabat no volvieron implementarse.
   Finalmente, El anatomista fue publicada por la editorial Planeta en 1997, traducida a más de treinta idiomas y ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo.  

   Su segunda novela, Las piadosas, fue publicada en 1998. En esta ocasión Andahazi fijó su atención en las hermanas Legrand, actrices del siglo XVIII que fueron censuradas en su época por lo atrevido de sus actuaciones. Situada en el verano de 1816 en Villa Diodati, esta obra despliega una moderna e irónica visión sobre el género gótico y descubre regiones insospechadas de la sexualidad.

   En 1998 la editorial Temas publicó un pequeño volumen con algunos de los cuentos premiados de Federico Andahazi, bajo el título El árbol de las tentaciones. Son tres relatos que, desde sus idénticos comienzos hasta sus escenarios históricos, la Argentina de un siglo atrás, fluyen con una prosa fuerte y elegante.
   Luego, en el año 2000, publicó El príncipe. Con una historia que se ha enmarcado en la tradición del realismo mágico, Andahazi supo crear un clima apocalíptico para hablar de los excesos de poder y de la manipulación de las voluntades populares.
   Con El secreto de los flamencos (2002), recrea los principios del Renacimiento en el marco de la guerra por la perfección técnica de la pintura. El enfrentamiento de las escuelas florentina y flamenca, da lugar a este thriller ágil, lleno de enigmas apasionantes.
  
Uno de los libros más originales de Andahazi es sin duda
Errante en la sombra (2004), “novela musical” que se despliega como un espectáculo frente al lector quien podrá “ver” y “escuchar” esta historia que transcurre en la Buenos Aires de Juan Molina, un hombre que amó el tango, y que por devoción a su música, por lealtad al destino fatal que ésta le imponía, eligió vivir a la sombra y callar la pasión que lo consumía. ndahazi compuso más de cuarenta tangos para dar vida a esta singular trama de la que participa Carlos Gardel.
   Durante el verano del año 2005 Andahazi y sus lectores trabajaron en una interesante y novedosa experiencia; de hecho, la primera de este tipo en el mundo: la escritura colectiva del folletín Mapas del fin del mundo, publicado por el diario Clarín. El autor escribió el comienzo de un texto, dando lugar a que los lectores continuaran la historia, crearan personajes, propusieran tramas y resolvieran enigmas, que debían enviar por e-mail. Cada sábado se agregaba un nuevo capítulo a la novela, aumentando la participación y la expectativa de los lectores convertidos en co-autores.
   La acción de su siguiente novela, La ciudad de los herejes (2005), transcurre en Francia en el año 1347, cuando el malvado duque Geoffroy de Charny planea construir una iglesia para honrar los poderes de un supuesto Santo Sudario de Turín, que él mismo ha confeccionado.
   En 2006 Federico Andahazi obtuvo el Premio Planeta con su novela El conquistador, que relata la historia de Quetza, el más brillante hijo de Tenochtitlán que, adelantándose a Cristóbal Colón, descubre un nuevo continente: Europa.
   En 2008 Andahazi publicó su primera obra de no ficción, Pecar como dios manda, Historia sexual de los argentinos. El ensayo parte de una hipótesis que atraviesa toda la obra: no puede comprenderse la historia de un país si se desconoce el entramado de las relaciones sexuales que lo gestaron. Argentina con pecado concebida es el segundo volumen, publicado en 2009, Andahazi aborda aquí los nuevos cánones morales surgidos desde la Revolución de Mayo hasta el golpe de 1930, a través de los personajes fundacionales más emblemáticos.
   Con Pecadores y pecadoras, publicado a fines de 2010, Andahazi completa la serie de la historia sexual de los argentinos. En este, el tercer volumen, hecha luz en la sorprendente trama que ha tejido la historia entre política y sexualidad, desde el golpe militar de 1930 hasta Cristina Kirchner.   

   En noviembre de 2012, de regreso a la ficción, Federico Andahazi publicó El libro de los placeres prohibidos, novela policial que gira en torno de la figura de Gutenberg y devela una serie de asesinatos de mujeres consagradas al placer en un misterioso convento. ¿Fue Gutenberg un genial inventor o un falsificador cuyos delitos permanecieron ocultos hasta nuestros días?
   En 2011 Federico Andahazi fue distinguido como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires ya que es considerado "uno de los autores argentinos más importantes de nuestros tiempos", se señala entre los fundamentos, a la vez que se pone de manifiesto su trayectoria y el reconocimiento nacional e internacional de su obra, "objeto de diversas reseñas y estudios".



Fuentes:
Página oficial de Federico Andahazi
Blog  El Triunfo de Arciniegas

viernes, 20 de febrero de 2015

En El Cortos Club de marzo....



Hegel en el tranvía de Rubén Castillo

   En el artículo títulado La dialéctica del tranvía (Revista Monteagudo, 3ª época, n. 14, 2009), el escritor y amigo de esta biblioteca Pascual García dice sobre el "corto" de este mes que
 "Nos hallamos ante una colección de cuentos que posee un claro denominador común: la magia de la literatura, de la imaginación y el juego como constantes en la vida y en los sueños. Hegel en el tranvía es la constatación de un perspectivismo implacable que rige no sólo el arte sino la vida en general"
   Un tranvía donde se perciben visiones distintas, la duda siempre existente de lo que es real o alucinación o que el concepto "sorpresa" cambia según quién la recibe son los campos de acción donde los personajes que participan en este viaje ferroviario se mueven entrando en un juego realidad-ficción, que con unas pinceladas de humor, Rubén Castillo les proporciona en estas 76 páginas. Juego en el que también participa el lector, ya que Castillo nos regala dos cuentos a lo que podemos darles nuestra propia forma.
   Sin duda, este es un pequeño caramelo que recibimos como gente amable que somos y que seguro nos endulzará la realidad que vivimos o la irrealidad que sentimos. Tú eliges.

"Soy profesor de literatura y crítico literario. He publicado hasta ahora trece libros: novelas, cuentos, ensayos, artículos... Ninguno de poesía. Los dos últimos son la novela Galatea de las esferas y la colección de cuentos eróticos El Verbo se hizo carne . Lo que pienso sobre los libros lo anoto en mi blog www.rubencastillo.blogspot.com . Soy incapaz de emocionarme con el fútbol y la política. Tengo cuatro hijos maravillosos, adoro el salmón ahumado, la cerveza congelada y la amistad inquebrantable de tres o cuatro personas. Sonrío poco. Leo mucho. Me molesta bastante la luz del sol. Nunca tengo frío. Soy bebedor compulsivo de café. Hay una montaña cerca de mi pueblo de nacimiento (Blanca, Murcia) a la que quiero subir todos los veranos, pero aún no he cumplido mi propósito. Atesoro en casa algo más de nueve mil (9.000) libros. Jamás he logrado leer el Ulises . Nunca he tenido un pantalón vaquero"

   Si quieres saber más sobre Rubén Castillo estará con nosotros en el club de lectura, el martes 3 de marzo a las 6 en punto dentro de El Cortos Club.

lunes, 2 de febrero de 2015

Próxima reunión 3 de febrero de 2015 (18:00 horas)

A las 6 en punto en El Cortos Club...


Cuentos deliciosos
de Juan Ramón Barat  
  Que con el pretexto de pequeños y dulces manjares culinarios, nos muestran, siempre con humor, los problemas de la vida: la soledad, el desamor, el olvido…
   y luego...

Son de Almendra de Mayra Montero
   El capo mafioso Umberto Anastasia acaba de ser asesinado en Nueva York. Corre el mes de octubre de 1957, y se avecina una guerra por el control de los casinos habaneros. Joaquín es un joven periodista que decide investigar las conexiones de importantes personajes cubanos con el bajo mundo. En su búsqueda, comienza a frecuentar a un cuidador de fieras de zoológico, quien aparenta conocer las claves de una macabra conspiración, y se enamora de una mujer de circo, que le revelará un mundo de posibilidades trucadas: el desencanto como juego de espejos y el doble fondo de los amores imposibles.
    Con Son de Almendra, Mayra Montero nos entrega una historia apasionante, bajo la sombra de ese imperio mafioso, y con el telón de fondo de una ciudad enrarecida por las acciones revolucionarias y la consiguiente represión política.

(Lecturalia)

Cuba

    1934 a 1958 

   
   Este quizás fue el período histórico más prolífero en Cuba para que se manifestaran en grado extremo la corrupción político-administrativa y en lo social, el agravamiento de las condiciones de vida del pueblo, el predominio del juego, la prostitución y otros vicios, que afectaban la sociedad cubana.
    La Habana fue convertida en un colosal imperio de la mafia norteamericana, uno de los más importantes del mundo en su tiempo, con el consentimiento de una selecta élite de funcionarios de los gobiernos de turno, para el lavado de dinero ilegal desde Estados Unidos, el procesamiento de diamantes y oro llegados de contrabando y una red de casinos, famosos hoteles, cabarets y restaurantes.
  Los personajes importantes de la época y del gobierno, pagaban a gánsteres cubanos para su protección, para el control de sus negocios, para la extorsión, para asesinar a líderes progresistas, sindicalistas y otros que manifestaran oposición a los intereses oligárquicos burgueses, siguiendo esta última idea, no es difícil entender el porqué, del fracaso del lucha del movimiento cívico político encausado por Eduardo R. Chibás frente al Partido Ortodoxo en el período de 1947 a 1951, constituía una misión imposible para el momento histórico que le tocó liderar.
   En este sentido no es de olvidar que una de las características de los gobiernos de 1906 hasta 1958, fue la instauración, fomento y proliferación de los juegos, las malversaciones, el robo de fondos públicos, la prostitución, la presencia de grupos gansteriles al servicio de funcionarios, sobre esta base no es difícil explicar porqué jugaba el cubano de entonces, pues la estructura monoproductora de su economía, el desempleo, las penurias en la población le hacía buscar buscar alivio en la esperanza de un sorteo. No es de esconder entonces que fuera el propio estado el  impulsor de tales vicios, pues veía en el juego un gran aliado político para desviar la atención del pueblo de los grandes problemas existentes. Todo esto se acentuaría en el período de 1934 a 1958.  

   Una figura importante del mundo del hampa de la mafia norteamericana que se establecería en Cuba en este período va a ser Meyer Lansky, nombre con el que fue conocido en todo el mundo del hampa mafiosa, pero su verdadero nombre era Meyer Suchowljanski. Meyer pronto comenzaría a controlar el negocio en EE.UU desde Cuba en tanto se dedicaría a implementar y desarrollarlos en la Isla con el consentimiento, del dictador Fulgencio Batista.
   La figura de Meyer Lansky ya había logrado adquirir un lugar de respeto en el bajo mundo de la corrupción, por el historial de trabajo desempeñado junto a viejos amigos y compañeros como Lucky Luciano y Bugsy Siegel. Lansky y Siegel, formaron uno de los más violentos clanes asesinos durante la época de la Prohibición.
    Para el año 1936, aún Lucky Luciano se encontraba en prisión y Meyer Lansky empujaba el negocio prácticamente solo, nada difícil para él pues contaba con una gran capacidad de control económico y con personas fieles como Gus Greenbaum y Moe Sedway. Lansky había establecido numerosas redes de juego en Cuba, Nueva Orleáns y Florida. Junto a Bugsy Siegel convenció a los jefes de las familias sicilianas para que invirtieran en la incipiente ciudad del juego, Las Vegas, principalmente en el Hotel Casino Flamingo.
  

    En 1946, la Mafia se reunió en una especie de conferencia secreta en el Hotel Nacional de La Habana. Un encuentro entre los principales cabezas de familias de la mafia estadounidense y líderes importantes de la Cosa Nostra en La Habana. Se especula que la distinguida reunión fue organizada por Charles “Lucky” Luciano, que ya se encontraba en libertad después de 10 años en prisión. Se abordaron puntos importantes como asuntos políticos, normas de actuación e intereses de negocio y quizás el más importante la selección del capo di tutti capi o jefe de jefes.
   Sería como era costumbre ofrecer una noche de bebidas, con un delicioso menú, en lo que Frank Sinatra como, el ahijado de la mafia, se encargaría de cantar para cerrar con broche de oro aquella reunión. A pesar de los acuerdos y decisiones tomados en la magna cita en La Habana, era un acuerdo prácticamente unánime asesinar a Siegel, sin embargo Lansky pedía para su amigo una segunda oportunidad al acabarse la paciencia de la familia del hampa y del propio Lansky este dio la aprobación definitiva para la eliminación de su amigo el 20 de junio de 1947, Siegel fue tiroteado y asesinado en Beverly Hills, California. Minutos después de haber baleado a Siegel, los asociados de Lansky, entraron al Hotel Flamingo y asumieron el control de la propiedad. Por información ofrecida por el FBI se conoce que Lansky mantuvo en su poder una gran cantidad de intereses de tipo comercial en el Hotel Flamingo durante los 20 años siguientes.
   Para estos años ya se conocía por varios miembros del hampa de las cualidades de Batista, este ya se había convertido en pieza clave para las aspiraciones de lucrar con la Isla,  se había convertido para muchos en “El Hombre”. 1952 será para Batista y para Lansky, el año que le abriría las puertas a la inversión del capital del hampa y La Habana se convertiría en un colosal imperio de la mafia norteamericana para el lavado de dinero, proveniente de los Estados Unidos.
    Entre 1948 y 1952 se encontraba en el sillón presidencial Carlos Prío Socarrás, y en la culminación de su mandato recibe una propuesta que no debía rechazar, Lansky en 1952 le ofrece un soborno de 250.000
$ para permitir que Batista regresara al poder, no es de dudar entonces el inmediato reconocimiento por parte del gobierno norteamericano al gobierno de facto instaurado en 1952, tras el golpe de estado dado a Prío, es entendible la negación del presidente de concederle armas a la juventud universitaria cuando se la pidió para enfrentar el golpe, ya las monedas de la traición al pueblo habían quemado las manos del presidente depuesto.
    Una vez que Batista se hizo del control del poder en 1952, el negocio de la prostitución, las apuestas, y narcotráfico alcanzaría niveles escandalosos. Batista, en gesto de agradecimiento a Lansky le ofreció una especie de salario anual de 25.000
$ como Ministro no oficial de apuestas. Ya para 1955, el nuevo presidente había cambiado las leyes de apuestas.
   Lansky había redoblado su inversiones en la Isla pues contaba con el apoyo “incondicional” del presidente elemento que lo conlleva a emprender grandes obras, en este sentido comenzó a reformar el Club Montmartre que comenzaría rápidamente a funcionar en La Habana. Lansky ya había expresado un tipo de interés especial en hacer funcionar un suntuoso casino en el lujoso Hotel Nacional, la idea de Lansky rindió sus frutos y el elegante hotel se abrió al negocio en 1955 siendo un éxito total.
   Cuando todos los hoteles y casinos fueron concluidos, Batista empezó raudamente a cobrar sus ganancias. Todas las noches, el “hombre de la maleta” cobraba el 10% de los intereses de los centros de juegos y recreación de Santos Trafficante Jr; el Cabaret Sans Souci y los hoteles Sevilla-Baltmore, Commodoro, Deauville y Capri este último que en fachada pública era propiedad del actor George Raft. Dentro de los casinos de Lansky, estaban el del Habana Riviera, el del Hotel Nacional, el Montmartre Club y otros que le daban el 30% que pagaba a Batista, por razones convenidas. La cantidad total que Lansky y sus asociados recibían por concepto de sus delitos nunca ha sido certificada. 
    En 1957, junto al presidente Fulgencio Batista construyen el Hotel Riviera, este había sido el mayor sueño de Lansky y ahora lo veía cumplido. Batista por su parte pretendía abrir a La Habana a las grandes apuestas, y aspiraba que su gobierno pudiera ganar, dólar por dólar, en función de todas las inversiones hoteleras realizadas. No obstante, con la Revolución Cubana triunfante en 1959, el gobierno expropió todos los casinos y hoteles, forzando a los inversionistas mafiosos a mover sus inversiones a otro lado.
    Es por ello que con la llegada de la Revolución Cubana al poder, se despedazaban las aspiraciones y afanes de Lansky, de Lucky Luciano, de Santos Trafficante Jr., así como las del propio Batista, y de otros tantos que pensaron en el futuro de la Isla de esta manera, el cambio escabroso del clima político del momento para las inversiones de la Mafia en Cuba fue fatal. El avance inminente de las fuerzas revolucionarias del Comandante Fidel Castro, hicieron que en la madrugada del 1 de enero de 1959 el tirano y otros de su calaña huyeran de Cuba como ratas en naufragio hacia la República Dominicana, donde lo esperaba el conocido dictador Rafael Leónidas Trujillo.  

    Lansky por su parte ausente ante estos sucesos que hicieron huir a Batista, se encontraba celebrando los 3 millones que había hecho en su palacio, el Hotel Habana Riviera. El 8 de enero de 1959, Fidel entró en La Habana con la Caravana de la libertad, sin embargo Lansky había volado el día anterior a Bahamas y a otros destinos caribeños. Al ponerse al tanto de la situación en Cuba, consideró era demasiado tarde para poder recuperar lo que había dejado, al saber que el nuevo presidente, Manuel Urrutia había cerrado los casinos, además de nacionalizarlos junto a las propiedades hoteleras. En octubre de 1960 Fidel culminó con fuertes decisiones un serio proceso de nacionalización en los que se incluían los casinos y hoteles de la isla y quedaron prohibidas las apuestas. Esto afectó especialmente a las ganancias de Lansky, puesto que por este concepto perdió un estimado de 7 millones de dólares unido a la quiebra de los Casinos de Miami, por lo que Lansky se vio obligado a depender solo de sus inversiones en Las Vegas.
   Luego de los sucesos en Cuba, Lansky decide retirarse a Miami, y en la década del 70, solicitó refugio en Israel amparándose en la Ley del retorno para poder escapar del acoso constante del FBI, pero este derecho le fue denegado basándose en su conocido estatus de mafioso. 

    Su nieto le contó al autor J. T. English que a su muerte en 1983, Lansky dejó solo 37.000 dólares en efectivo. Y que cuando le preguntaron a su abuelo en sus últimos años que había ido mal en Cuba, el gángster no dio excusas… 
“Me expulsaron, eso fue todo”.