lunes, 28 de mayo de 2012

Parma

Viajando a la Provincia di Parma

    Parma es una provincia de la región de la Emilia-Romaña, en Italia. Su capital es la ciudad de Parma.
   Tiene un área de 3.449 km2, y una población aproximada de 400.000 hab. Hay 47 municipios en la provincia. Sus grandes ciudades son Parma, Fidenza, Salsomaggiore Terme, Collecchio y Noceto. Su posición geográfica, su historia y su tradición gastronómica han hecho de la provincia de Parma un símbolo de Italia.
   Situada en la zona septentrional de Italia, esta provincia se extiende entre el río Po al norte, que la separa de la región de Lombardía, hasta la cresta de los Apeninos que la divide de la región de Toscana.
Lago Santo Parmense
 Es una tierra con prevalencia de colinas y montañas. Sin embargo la llanura de la Bassa Parmense que sigue el curso del río Po, regala un paisaje sugestivo tanto cuando está envuelta por la niebla como cuando se la observa salpicada de aldeas, castillos e iglesias antiguas.
   En este territorio existen numerosos lagos entre los cuales el Lago Santo Parmense que es el más grande lago natural de los Apeninos de Emilia Romaña.
   En el territorio parmense predomina el asentamiento agrícola “con casas dispersas”, mientras que los pueblos y aldeas desempeñan las actividades comerciales, artesanales e industriales propiamente dichas.
   Es en dicho territorio que también se desarrolla la historia económica del parmense. De Parma – nombre tomado del escudo redondo de la infantería romana – empieza a hablarse cuando, tras la derrota de Aníbal y la expulsión de los gálicos más allá de los Alpes, varios miles de romanos se establecen en la confluencia de los torrentes Parma y Baganza, sembrando trigo, cebada y mijo y criando ovejas y cerdos.
   La provincia parmense, ofrecía bienestar a través de sus aguas y termas ya desde los tiempos de los antiguos romanos,. Gracias a la abundancia de aguas ricas en minerales muchas son las opciones. Los complejos más famosos son sin duda alguna los de Salsomaggiore Terme, las de Tabiano, las de San Andrea Bagni, y las de Monticelli, todas ellas inmersas en el verde, lugares de relax y de paz.
    Entre las fiestas y eventos hay que recordar el Carnaval de Busseto, nacido en el siglo XIX con disfraces, bailes y música. En el Castillo Bardi, en cambio, se puede participar en el Tenzone medieval, un torneo con arqueros, caballeros, bailarinas, nobles y juglares.
   La ciudad de Parma es naturaleza, historia y arte. Celebridades como Antelami, Correggio, Parmigianino, Verdi, Toscanini han dejado la huella de su presencia en una ciudad que se puede considerar una pequeña joya de gracia y refinamiento.
Parma, Duomo y Baptisterio
   El núcleo histórico de Parma se desarrolla alrededor de lo que se puede considerar el centro religioso compuesto por el Duomo, el Baptisterio y el Palacio Episcopal.
   Saliendo de la ciudad, toda la provincia de Parma se encuentra salpicada por muchísimos castillos y fortalezas que, desde las faldas de los Apeninos, se distribuyen hasta la llamada “bassa” del Po y que transportan a cada visitante a un mundo mágico, poblado de damas y caballeros y antiguos castillos. Éstos están considerados como los más bellos y mejor conservados de Italia. Partiendo desde la Fortaleza de Bardi,  y así hasta llegar a la “bassa parmense”, a la Reggia di Colorno, mansión de los Farnese, de los Borbones, y de María Luisa de Austria. 
Queso Parmesano Reggiano
   Tan fuerte es la relación de Parma con la cocina que se ha convertido en sede de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimenticia y del ALMA, la Escuela Internacional de Cocina de Colorno. Los productos de oro de estas zonas y de toda Italia, son sin lugar a duda el Prosciutto (jamón) de Parma y los embutidos, el Parmesano Reggiano, el Culatello de Zibello, el Lomo Cocido de San Secondo. No es una casualidad que sea definida como la “Food Valley” italiana por su floreciente sector agroalimentario.
   En definitiva, a través de su patrimonio cultural y productivo enriquecido con el pasar del tiempo, su ligazón todavía fuerte con el pasado y su gran confianza en el futuro, Parma conjuga una economía sólida y enérgica con una alta calidad de vida.
Los relatos de Malerba
  

    El descubrimiento del alfabeto fue publicada por primera vez en Italia en 1963 y hoy sigue siendo considerada como el "debut-obra maestra" de Luigi Malerba. Es un conjunto de relatos que, por su contexto común, puede ser visto como "novela de cuentos", como una suerte de mosaico. El descubrimiento del alfabeto es también el título del relato con el que comienza la obra, digno de figurar en cualquier antología. Se ha dicho que con el título de la obra el autor quiso también insinuar una intención de "descifrar el alfabeto que constituye la vida".
   La historia transcurre en el ambiente campesino de la provincia de Parma, en la década de 1940, y es una pequeña crónica del final de una civilización y de una forma de vida. Miles de años de una cultura campesina inamovible, a la que el drama de la II Guerra Mundial apenas parece afectar, dan paso a una forma de vida nueva, insinuada en el último relato. Malerba refleja con maestría los afanes, la alegría y el sufrimiento de estos personajes atemporales, sencillos y obstinados, en breves trazos, en diálogos vivos, en silencios y cavilaciones. El estupor ante el dolor humano convive con la melancolía, el humor y la ironía.
   La colección de personajes y el tratamiento que estos reciben remite a Fellini, al primer Pasolini, y a todas las obsesiones del cine italiano de la posguerra en general, pero el estilo anticipa a Raymond Carver y el minimalismo norteamericano.
   Un hombre aprende a leer, un joven se lastima y mata por amor, un marido celoso tortura a su mujer, un exiliado que volvió decide si mata o no a la vaca que se comió sus dólares o unas gallinas muy protagonistas.
   Surge así en una Italia arrasada por la guerra la manera de escribir en italiano. Malerba es un narrador de fácil acceso pero de sorprendente complejidad en sus derivaciones históricas y estéticas. De allí que no sea difícil encontrar y reconocer en este libro las maneras y los gestos de nuestros abuelos con la feliz mezcla de extrañamiento y pertenencia que una historia simple pero bien contada puede dar.

Punto y aparte

   En la colección “El bosque viejo” de Gadir, que con su interesante selección de textos pretende dar a conocer los autores consagrados a los jóvenes lectores, aparece un volumen con dos relatos de Luigi Malherba que proceden de su obra El descubrimiento del alfabeto, publicada por Gadir en 2004. El gran escritor italiano que tan vinculado estuvo al mundo del cine, deja traslucir en ambos su sentido del humor agridulce.
   Las dos narraciones tienen en común el predominio de vivos diálogos que con economía de medios alcanzan una gran capacidad de sugerencia y la pareja de personajes, formada por un hombre entrado en años y un joven, que se alían en la búsqueda de conocimientos. Así, en El agua del mar un muchacho acude a un anciano que en su juventud emigró a América para esclarecer el misterio de haber soñado con el mar, puesto que no lo ha visto nunca. Por su parte, en El descubrimiento del alfabeto se invierten los papeles y es el niño quien se convierte en maestro, ya que se cuenta el gozoso aprendizaje de un obrero iniciado en la lectura y la escritura gracias al empeño del hijo de los patronos, una conquista que los enorgullece por igual y que sella su amistad.

jueves, 24 de mayo de 2012

                                           Malerba, el curioso

                  

   El escritor y periodista italiano Luigi Malerba murió a los 81 años el 8 de mayo de 2008. Entre las obras más conocidas del autor nacido en Berceto, Parma en 1927, figuran El descubrimiento del alfabeto (1963), La serpiente (1966), Salto mortal (1970), El protagonista, (1973), Las gallinas pensativas (1980), El planeta azul (1986),  El fuego griego (1990).  A continuación, escribe Las piedras voladoras, una de sus novelas más exitosas, por la que ganó el Premio Viareggio y el Premio Feronia en 1992 .
   En
1997 , publica  Ithaca para siempre , la Odisea , el regreso de Ulises a Ítaca y, en particular, el resentimiento de Penélope.
   Además Malerba, cuya obra gira en gran medida en torno a lo grotesco y la sátira, fue creador de guiones de cine y numerosas piezas radiofónicas. Su obra, corrosiva y contestataria, incluye poesías, fábulas para niños y relatos.
   Entre los años 50 y 70 se rodaron numerosas películas con base en ideas suyas, como Adulterio all’italiana (1966), con Catherine Spaak y Nino Nafredi, e Vero e il falso II, con Terence Hill (1972). Con Zavattini y con Alberto Moravia, escribió numerosos guiones cinematográficos.
   Malerba (seudónimo de Luigi Bonardi) dirigió en los años 50 la revista de cine Sequenze, fue uno de los fundadores del Grupo 63, movimiento italiano que buscó nuevas formas literarias, vagamente emparentado con el nouveau roman francés.
   El grupo que surgió en Palermo, en 1963, se rebelaba contra la sociedad de aquel momento y tenía entre sus integrantes al escritor Umberto Eco y la editora Inge Feltrinelli.
   Malerba, quien figura entre los autores más traducidos de Italia, obtuvo numerosos galardones a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Médicis, en 1979. Su obra se ha caracterizado por un afán de investigación de nuevas formas literarias, con una continua presencia de lo cómico y lo absurdo, en ella hay reflejos de Buster Keaton, de Beckett y de Borges.
  
En 2010 se inició el Luigi Malerba, premio para la ficción y el cine, a su memoria, dedicada a las nuevas obras y guiones de cine para jóvenes menores de 28 años. 
   Con motivo de un homenaje-concierto en Roma en junio de 2009 , se anunció en la preparación de un volumen de sus obras en la serie "El Meridiano" por Mondadori.
   Escritor entretenido y divertido, Malerba es un curioso, curiosidad por el idioma, la historia, las costumbres, los giros y las coincidencias de la vida. Ningún accidente pasa de la ficción a la lengua ensayo, los guiones para cine y televisión, cuentos para niños.

Una escritora muy cercana

   El pasado 4 de mayo la escritora Magdalena Tirado, autora de "El corazón de las estatuas", nos remitió este correo y que a modo de inicio de la reunión del 8 de mayo fue leído a todos los participantes del club. En la reunión, hablamos sobre todo de Gregorio, el protagonista, personaje cuyas características quedaron bien plasmadas en el libro y de las llamadas "madres castrantes" bajo la banda sonora de la película Psicosis, cuya madre no se la deseo a nadie. Una tarde fantástica.

   "Siempre es una alegría que lleguen noticias de lugares a los que nunca pensé que pudieran viajar los personajes que un día ocuparon todo mi tiempo de escritura.
   Tener la suerte de poder dedicarme a la escritura o a acompañar a otros en su deseo de atreverse a intentarlo, ya es un regalo en sí mismo, pero se amplía grandemente cuando esos seres guardados en el papel vuelven a estar vivos porque alguien los lee.
   No sé cómo ha llegado El corazón de las estatuas a vuestro club de lectura. Sea como sea, es un honor poder ser leída y comentada en un grupo, donde los aciertos y los errores de una obra puedan exponerse para riqueza de todos.
   En los grupos de escritura con los que trabajo también leemos y comentamos un libro mensual –a la vez que se estudian los recursos narrativos y se practica la escritura– y puedo asegurar que el intercambio de impresiones sobre un libro es una fórmula magistral, no solo para leer el mundo, sino para leernos a nosotros mismos al tiempo que leemos a otros. Me siento contenta cuando alguien lee unas páginas escritas por mí, claro, pero me siento más contenta todavía cuando pienso en todos los libros que he leído, pues, además de ser alimento para los que luego escribo, me hacen la vida más ancha.
   Ojalá que El corazón de las estatuas os lleve, en algún momento de sus páginas, a lugares no esperados, incluso incómodos, pues es ahí, en esa incomodidad, donde los libros nos leen a nosotros.
Un abrazo grande,
Magdalena Tirado"

lunes, 7 de mayo de 2012

PRÓXIMA REUNIÓN MARTES 8 DE MAYO (18.00 HORAS). BIBLIOTECA SALVADOR GARCÍA AGUILAR


El corazón de las estatuas de Magdalena Tirado  

   Gregorio es un funcionario de cuarenta y siete años que vive con su madre. En su infancia las coordenadas de su minúsculo mundo fueron un padre al que pronto le rodeó la desgana de vivir, una madre que le abrochaba los cuellos pequeños de sus camisas sin dulzura y el amor secreto que sintió hacia su tía Paula. Ahora, en medio del camino de la vida, Gregorio reconoce que ha vivido pendiente de los deseos de los otros y ha olvidado los suyos.
   Con una prosa limpia y plena de momentos brillantes en los que se combinan con maestría el pensar y el sentir, Magdalena Tirado narra el desencanto existencial del protagonista y su propósito de renacimiento a otra vida más auténtica: una vida en la que pueda, por fin, atreverse a ser.

viernes, 4 de mayo de 2012

Las mamás de Hitchcock

   El tema de las madres en el cine de Hitchcock da para escribir al menos una docena de tesis doctorales. En la vida real, el propio cineasta tuvo un apego enfermizo hacia su mamá, una mujer dominante que luego apareció reflejada en varias de sus películas. Ahí están las madres castradoras y muy poco amorosas de Los pájaros (1963) y Marnie la ladrona (1964), por solo citar un par de ejemplos.
Psícosis (1960)
   Pero si hay una que destaca por encima de todas, esa es la la señora Bates de Psicosis (1960). Hay que aclarar que la buena mujer está muerta. Fue asesinada por su propio hijo, pero éste, en un gesto de atroz ternura, la conserva disecada en una silla de ruedas. Pero ni muerta la señora Bates deja en paz a su retoño, ya que el desequilabrado de Norman se siente a veces poseído por la personalidad de su mamá y entonces le entran unos deseos irrefrenables asesinar a todas las mujeres que se le ponen por delante. Y, ya se sabe... el espíritu de la madre celosa de las chicas que tientan a su "inocente hijito".
Encadenados (1946)
    Desde que Hitchcock se quedó huérfano de padre a los catorce años, siempre acudía a los pies de la cama de su madre a contarle cuanto le pasaba. La herencia de todos esos encuentros los desarrolló en su cine. De ahí la proliferación de tantas “madres castradoras”. La aparición sucesiva de cada una de ellas es inevitable: Encadenados (1946), la suegra, Sra. SebastiánCon la muerte en los talones (1959), la alocada Clara, madre del protagonista, Roger O Thornill, Sospecha (1941), en este caso de manera implícita, en el comienzo de la película, doña Mary Whitty es sólo una fotografía en la mesilla de noche de su hija, Extraños en un tren (1951),  la madre de Bruno, Mrs. Anthony o Rebeca (1940), aun cuando en este caso la madre no lo sea biológicamente, pero sí condicione sobremanera la vida de la protagonista.
Los pájaros (1963)
   La figura materna en las cintas de Hitchcock no es precisamente la mejor tratada. En todas sus cintas nos muestra madres dominantes y posesivas, de esas que serían capaces de hacer hasta lo imposible por controlar nuestras vidas.
   Varios psicólogos tienen la teoría de que Alfred padecía complejo de Edipo, ocasionado por la muerte de su padre cuando el cineasta era apenas un niñito de cuatro años. El cineasta quedó bajo el cargo de su madre, una mujer autoritaria que atemorizaba a su hijo frecuentemente. Cada vez que él hacía algo mal, la señora lo amenazaba con llamar a la policía para que lo castigaran, o lo hacía quedarse parado frente a su cama por horas. Esto hizo que desarrollara un concepto de "mujer castrante" que fue la base del perfil de las mamás que vemos en la mayoría de sus películas.
Mi mamá me mima  


   La madre de Gregorio, en El corazón de las estatuas, es una llamada madre castrante, es decir, aquella que de manera inconsciente anula la autoridad del padre y ejerce una influencia negativa sobre la educación de sus hijos.
   Suelen ser contemplativas, generosas, dadivosas, amables, serviciales, con espíritu de sacrificio, en resúmen, son las madres que viven por y para los hijos, siendo madre de ellos para toda la vida. Este tipo de madre genera en los hijos unos lazos afectivos muy dificiles de cortar, de manera que el desarrollo psicoemocional de los mismos se retrasa porque se produce una fijación del amor y del deseo hacia la madre, provocando un rechazo inconsciente hacia todo hombre o mujer del mundo exterior. 
   Es evidente que este fenómeno se da especialmente entre madres que por una razón u otra tienen que criar hijos solas. Madres solteras, viudas o divorciadas. No obstante, el fenómeno se da también en mujeres casadas y con pareja estable.
   En esos casos, son madres con mucha fuerza que monopolizan la relación de pareja y terminan haciendo su voluntad, no sólo en la vida de sus hijos, sino también con sus cónyuges o parejas sentimentales.
   Si la mujer no le da importancia a la figura del padre, podemos decir que no va a dejar que el hombre haga su función. Este tipo de madres anulan frente al hijo la figura del padre, de manera que el niño, aún teniéndolo, crece si padre. Un niño sometido a la influencia educativa de una madre castrante, luego de adulto puede ser impotente para enamorarse, amar o mantener relaciones sexuales plenas con otras mujeres. Exactamente no sufren porque de manera inconsciente saben que todo su amor lo tienen reservado para la figura materna. Y frente a la vida, acaban de manera solitaria o fracasando en pareja. Son relaciones duraderas, inmortales que ni aún con la muerte de la madre, estos hombres superan.

miércoles, 2 de mayo de 2012

   Gregorio busca una nueva vida

   Segunda novela, segundo éxito y la confirmación de Magdalena Tirado como una novelista de raza, algo que se anticipaba tras la publicación de Los que lloran solos, su primera novela.
    Doscientos breves párrafos, obra secuencial, para retratar a pinceladas la vida de Gregorio, funcionario, 47 años, que vive, atrapado, todavía, en la misma casa que su madre. Encerrado en su propia desidia. Entregado por completo a sus circunstancias y a los deseos de otros.
   A pesar de la apariencia, no es un drama existencialista, asegura Tirado. Gregorio toma conciencia de su situación. Decide hacer algo con su vida, aclara. Se compromete a liberarse y a convertirse en el alter ego que hace tiempo ha imaginado. La situación inicial es tan sólo una excusa. Un punto de partida, un "origen sutil", tan válido como cualquier otro.

   El microcosmos familiar como fuente de frustración y sufrimiento oculto. La madre castrante, el hijo sumiso que acaba renunciando a sus deseos; la rebeldía y quizá también la esperanza. Una vez más se adentra en la peculiar relación entre una madre y su hijo, en "Los que lloran solos" la protagonista era una madre con hijo y en "El corazón de las estatuas" el protagonista es un hijo con madre. Hay muchas madres que ponen un Gregorio en su vida, no es algo extraño. Lo mismo que hay Gregorios que ponen una madre en la suya. Esta historia no parte de nadie en concreto.  Hay otros Gregorios que esto del conflicto familiar lo resuelven de la noche a la mañana.
   El monólogo como fórmula narrativa, la primera persona, la voz sin eco y sin posibilidad de réplica. A través de esta voz los personajes se vayan construyendo a medida que hablan; que se afirman y se nieguan; que se digan y se desdigan y todo, al mismo tiempo.
   Gregorio es un minucioso observador de la existencia, sobre todo de la que no se ha atrevido a vivir, y cuando ve que su felicidad se vuelve oscura y la esperanza se le desdibuja viendo pasar las tardes sentado en el sofá de su salón, trata de cambiarlo. Sale a la calle e intenta transformar el tedio de sus tardes sin sentido en ilusiones mínimas que le renueven el impulso. El tedio es una conciencia de desaliento que asfixia y Gregorio trata de vencerlo para atravesar el vacío que le lleve otra vez a desear. Un personaje que sirve para mostrar el sentimiento de la nada y al mismo tiempo negarlo. De esta manera también se mantiene la ilusión, la voluntad de existir por encima de todo. 
Magdalena Tirado: "Escribir es un espacio sagrado para contar mi ilusión del mundo"

  Esta extremeña (Madrigal de la Vera , Cáceres) nacida en 1961, ha vivido en el País Vasco y Madrid donde reside en la actualidad y ejerce su profesión de escritora. Es profesora de escritura creativa en los Talleres Fuentetaja y en la Escuela de Escritores de Madrid.
      Magdalena Tirado es escritora y profesora de narrativa. Los que lloran solos, su primera novela, resultó finalista en el premio Juan Pablo Forner en el 2002. Con El corazón de las estatuas logra consolidar su personal mirada novelística.
   Tiene relatos publicados en varias antologías y su relato Lisboa fue finalista del premio NH en el 2001.
   Ha dirigido talleres literarios en el centro de terapias alternativas Igneón de Madrid. Es profesora de escritura creativa, relato breve y novela en diversos talleres literarios y publica artículos en prensa nacional.
   Ha impartido cursos para la CAM, para la Consellería de Cultura, Educación y Esport de la Generalitat Valenciana y para el periódico El Mundo.
   Magdalena Tirado vive convencida de que narrar historias es algo bello. Y necesario. Y ella lo hace, como escritora que es, y enseña a hacerlo, como la profesora y especialista en talleres literarios que se ha convertido. En la actualidad escribe su tercera novela.