jueves, 29 de septiembre de 2016

84, Charing Cross Road

Una delicia de ciento veintiséis páginas

   84, Charing Cross Road, de Helene Hanff,  no es exactamente una novela, sino una colección de cartas de la propia autora.
   En Octubre de 1949 en Nueva York, Helene Hanff escribió una carta a la librería Marks & Co., situada en el número 84 de Charing Cross Road, solicitándoles un libro.
Hanff era una anglófila apasionada, y quería tener verdaderos libros en inglés que pudiera pagar en lugar de gastarse una fortuna por reimpresiones estadounidenses horribles. La carta será contestada por Frank Doel, librero de la casa, que tendrá que vérselas y deseárselas para encontrar los libros que le exige Helene desde Nueva York. La correspondencia continuará durante veinte años, durante los cuales vemos a diferentes personajes entrar y salir del escenario.
   Un canto a la amistad y al amor por los libros, una reivindicación del trabajo del librero, una constatación de las penurias económicas de la Inglaterra de la posguerra y del poder emergente de Estados Unidos.
  
Frank Doel y su familia
Los protagonistas son Helene Hanff, una joven escritora desconocida que escribe guiones para televisión y malvive en un pisito de Nueva York; Frank Doel, librero inglés, educado y puntilloso, casado en segundas nupcias con Nora, y padre de dos hijas. Pero no sólo ellos corretean por estas páginas. También están el resto de empleados de Marks & Co. Cecily, Megan, Bill, y otros, que se mantendrán en un discreto segundo plano hasta que Hanff comience a mandarles paquetes con comida a sabiendas de la penosa situación que sufre Inglaterra
, donde el racionamiento de alimentos estaba vigente después de la Segunda Guerra Mundial. Ahí será cuando tomen las riendas, y casi a escondidas de Frank Doel, comenzarán a escribir cartas de agradecimiento a Helene Hanff. A destacar el personaje de Nora, la esposa de Doel, que vivirá la relación epistolar durante veinte años con una mezcla de celos y pudor. 

   Tal como explicaría la propia autora en su autobiografía, Underfoot in show business, el sueño de esta joven nacida en Filadelfia en 1916 era escribir obras para Broadway. A eso dedicó sus esfuerzos durante las décadas de 1940-1950. Pero los años iban pasando y ninguna de ellas llegaba a ser producida. Mientras, Helene sobrevivía como muchos otros de sus colegas aspirantes a escritores, leyendo guiones para la Paramount, colaborando en enciclopedias o escribiendo para alguna serie de televisión. De hecho, encabeza ese volumen autobiográfico con la leyenda: "Cada año, cientos de jóvenes fascinados por el teatro llegan a Nueva York decididos a tomarlo por asalto, convencidos de que están destinados a ser famosas estrellas o dramaturgos de Broadway. Uno de cada mil resulta ser Noel Coward. Este libro trata de la vida de los 999 restantes. Por uno de ellos."
   Mientras no llegaba la gloria, Helene leía y leía. Enamorada de la literatura y la cultura inglesa, se aficionó a hacer sus pedidos a través de la respetable librería anticuaria de Charing Cross. Cuando, tras muchos intentos y muchos fracasos, había llegado por fin a la conclusión de que nunca llegaría a ver una de sus obras en los escenarios, llegó la oferta de poner por escrito la historia de su relación con la librería londinense. El libro se publicó en 1971 y se convirtió en un éxito instantáneo en Estados Unidos; más que eso, en un libro de culto, para sorpresa de la propia autora, quien creía haber escrito una historia muy neoyorquina y muy modesta. Cuando el libro se publicó en Inglaterra, Hanff logró por fin su siempre acariciado sueño de visitar Londres y "sentir sus sucias aceras bajo los pies". Para entonces, sin embargo, Marks & Co. había cerrado sus puertas.
   En 1980, un productor adquirió los derechos del libro y lo adaptó para la escena. La pieza teatral basada en 84, Charing Cross Road se estrenaría en el West End de Londres y, al año siguiente, en Broadway.  La ironía final, por supuesto es que, aunque su sueño era escribir para el teatro, la única de sus obras que llegó -a lo grande- a los escenarios fue un "modesto" libro sobre su amistad con un oscuro librero londinense.
   Aunque Marks & Co. ya no existe, actualmente es un McDonald's, en el lugar que ésta ocupó en Charing Cross Road hay ahora una placa que dice:

La librería Marks & Co, estuvo en este lugar.
Se hizo famosa mundialmente gracias al libro de Helene Hanff


   En 1987, la obra fue llevada al cine con el poco acertado título en español de La carta final con Anne Bancroft como Helene Hanff y Anthony Hopkins como Frank Doel. 
   Las novelas epistolares son una forma especial de la literatura, y pueden ser más absorbente que una historia contada en prosa convencional, ya que el arte de revelar el escritor y el destinatario de la carta es mucho más sutil. Este pequeño librito del siglo XX construida de cartas era un cruce entre un libro de memorias y una novela, porque reveló mucho sobre la vida y las personas.


Fuente: Notas para lectores curiosos

Helene Hanff

  Una lectora empedernida




   Helene Hanff (1916-1997) pasó toda su vida tratando de convertirse en una autora teatral de Broadway, pero el destino es impredecible y terminó escribiendo una pequeña novela sobre su relación con una librería del viejo Londres , y eso fue un éxito instantáneo. 
   
   Esta escritora estadounidense; nacida en Filadelfia. Es conocida por ser la autora del libro 84, Charing Cross Road, libro epistolar, lleno de encanto y delicadeza en el que se basó una obra de teatro, un episodio de una serie de televisión y la película del mismo nombre.
   De formación autodidacta, inició su carrera literaria escribiendo obras de teatro y, más adelante, guiones para la televisión, libros infantiles, ensayos históricos y políticos y colaboraciones en el New Yorker y Harper's.
   Durante los años cuarenta y cincuenta trabajó como publicista y, especialmente, escribía guiones para obras de teatro que, si bien tuvieron un relativo éxito en circuitos especializados de la Costa Este de los Estados Unidos, nunca llegaron a Broadway.
   Fue guionista de gran cantidad de series dramáticas de televisión, pero cuando la producción televisiva dejó el Este para moverse a California, Hanff se dedicó a la publicación en revistas.
  En 1970 vio la luz la que es su mayor obra, 84, Charing Cross Road, que narra veinte años de correspondencia entre ella y Frank Doel, un librero nacido en Cheshire y al que nunca conoció en persona, gracias al cual pudo durante años hacerse con ciertos clásicos de la literatura británica que era imposible encontrarlos en Estados Unidos. 


   Hanff visitó finalmente Charing Cross Road y la vacía (pero aún en pie) librería en el verano de 1971, un viaje grabado en su libro de 1973 The duchess of Bloomsbury Street.
   Más tarde se obsesionó con el erudito británico Sir Arthur Quiller-
Couch lo que quedó reflejado en el libro llamado Q's Legacy (El legado de Q). Escribió otros libros como Apple of my eye (La manzana de mis ojos), una guía idiosincrática deNueva York, y A letter from New York (1992) (Una carta desde Nueva York), cuyas negociaciones la dieron un espacio en la BBC, en la Hora de las mujeres entre 1978 y 1985.
   Hanff, que nunca ocultó su afición a los cigarrillos y a los martinis, desarrolló diabetes, que fue lo que causó su muerte. El edificio de apartamentos donde vivió, el 305 E. de la calle 72 ha sido llamado "Charing Cross House" en su honor. Una placa de bronce junto a la puerta principal conmemora su residencia y la autoría del libro.

Algunas frases de Helene Hanff

  • Va contra mis principios comprar un libro que no he leído previamente: es como comprar un vestido sin probártelo.
  • (...) Por lo demás, no me han llamado la atención muchas cosas más: son sólo relatos inventados, y a mí no me gustan las ficciones.
  • Con la llegada de la primavera necesito un libro de poemas de amor. ¡Nada de Keats o Shelley! Envíeme poetas que sepan hablar del amor sin gimotear...
  • ¿Tienes el Viaje a América de De Tocqueville? Alguien tomó prestado el mío, y no me lo ha devuelto. ¿Por qué será que personas a las que jamás se les pasaría por la imaginación robar nada encuentran perfectamente lícito robar libros?
  • A mí me encantan las inscripciones en las guardas y las notas en los márgenes: me gusta el sentimiento de camaradería que suscita el volver páginas que algún otro ha pasado antes, así como leer los pasajes acerca de los que otro, fallecido tal vez hace mucho, llama mi atención.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Libros Club + Códigos QR


   Hemos disfrutado mucho con los libros que hemos leído en el Club de Lectura. Los hemos exprimido al máximo con información adicional, con experiencias personales, con el uso de nuevas tecnologías. Ahora el propósito es alargar un poquito más su vida con la incorporación de códigos QR a sus cubiertas. Es una forma de enlazar el mundo físico con el digital a través de un dispositivo móvil. Al escanearlos con el móvil nos trasladan a la reseña del Blog del Club de Lectura de la biblioteca. A fin de cuentas, es una nueva forma de acercarnos más a su lectura.
Para leerlos, sigue los siguientes pasos: 
  • Descarga en tu móvil un descodificador gratuito.
  • Instálalo.
  • Ábrelo.
  • Acercas el móvil al código QR.
  • Te ofrecerá una url y la posibilidad de ir a ella.
  • Aceptas y listo.

lunes, 26 de septiembre de 2016

La dieta de la memoria

Lo que se aprende de Loli Cantero


"Bien pudiera ser" de Alfonsina Storni (1892-1938)

Alfonsina Storni es una de las poetas más importantes de América, no sólo por su producción literaria, sino, también, por el hecho de que es un ejemplo de coraje para su época y para las artistas posteriores.
Esta autora, junto con otras contemporáneas, representa una revolución amparada por los cambios vertiginosos de principios del siglo XX: la mujer se convierte en la emisora de sus propios mensajes poéticos, desde sí misma, para sí misma, para otras mujeres y para el hombre. En este sentido, hay que hablar de una literatura que reclama la figura femenina como sujeto activo y no como objeto contemplado.
Como muestra el poema que leyó nuestra Loli del libro   Irremediablemente (1919)

Bien pudiera ser...

Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.

Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna... Ah, bien pudiera ser...

A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.

Y todo eso mordiente, vencido, mutilado,
todo eso que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.

La puerta abierta de Pascual García

   El profesor, escritor y crítico literario Pascual García (Moratalla, 1962) es doctor en Filosofía y Letras, catedrático de Lengua y Literatura Española en el instituto Alfonso X el Sabio de Murcia y profesor asociado de la UMU. Es autor, entre otros libros,  de El invierno en sus brazos, Solo guerras perdidas y La fatiga y los besos. Y Luz para comer el pan que contiene el poema que se leyó durante la reunión.


La puerta abierta     

No sé de qué materia se hizo el odio,
pero emerge del fuego y nos abrasa
y es cicuta en manos del verdugo
y hiere con el hierro y con el filo
como corta la espada o la guadaña.
Nadie le huye, entonces, no es posible
olvidarse de su rostro de piedra
y conciliar el sueño indiferentes
a la devastación y a la sequía.

Comemos en la mesa junto al fuego,
los hijos en sus opuestos, los abuelos
tan cerca de nosotros y calientes,
y después lo padres, los que presiden
una mesa de concordia en silencio
y miran la familia y agradecen
los dones, el pan diario, y el trabajo,
la calle en paz, el tiempo detenido.
Son ellos mismos la casa, pues viven
en su centro de paz y en ella duermen
confiados, y habitan sus estancias
y recorren sus pasillos de luz
y sus cuartos de tiniebla y se asoman
a las ventanas del cielo
y cierran la puerta todas las noches
para dejar el miedo
en lo oscuro, en la humedad de las sombras.
Olvidamos, por un minuto, brujas
de la espesura, fantasmas del fuego,
habitantes de nuestra pesadillas
en la eternidad feliz de la infancia.
Olvidamos terrores y demonios
y salimos en la mañana al campo
a respirar la vida entre los pinos
y caminar las sendas.
Volvemos a la casa. Es mediodía.
Nuestras mujeres sirven la comida
y entra el sol indiscreto hasta la sala.
El tomillo, las setas y las piñas
descansan en un rincón de la casa.
Sentados a la mesa estamos todos
juntos, de nuevo, olvidados del odio
por fortuna, y está la puerta abierta.
El gran Ángel González de la mano de Rosario

Poeta, catedrático y ensayista asturiano (1922-2008)
Su poesía, llena de contrastes, discurre entre lo efímero y lo eterno, características que llevan al lector a divagar y soñar en los temas del amor y de la vida.
Fue maestro nacional, licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y periodista por la Escuela Oficial
de Periodismo de Madrid. Enseñó Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque, USA,
habiendo sido profesor visitante en las de Nuevo México, Utah, Maryland y Texas.
De su obra se destacan los títulos: Áspero mundo, Grado elemental, Breves acotaciones para una biografía, Deixis de un fantasma y su último libro, Otoño y otras luces. Os dejó con el poema que nos leyó Rosario, todo un acierto.

ME BASTA ASÍ

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).




Ángel González


http://www.poesi.as/reci1337.htm
Pincha la imagén y accede al audio del poema
recitado por el propio Ángel González.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Todo eso que tanto nos gusta o

Viaje al Palacio de Potala


El Potala o templo de Lhasa es la máxima expresión de la arquitectura tibetana y residencia de los Dalái Lama desde que Lozang Gyatso lo fundara en el año 1648 en Lhasa, la capital del Tíbet, hasta 1959, fecha en la que el decimocuarto Dalai Lama se exilió a DharamsalaIndia, tras una revuelta popular contra China.
"- Lo bueno de los libros - farfulló Marcelo - es que nos cuentan historias creíbles en este batiburrillo que no hay quien entienda. Eso es lo bueno de los libros: que ponen un poco de orden. Pero lo mejor que tienen es que nos regalan recuerdos..."

   El libro de Pedro Zarraluki (Destino, 2008) ha conseguido llenarnos de buenos recuerdos y, sin duda, es ideal para disfrutarlo en verano. Una novela interesante, bien escrita. Un retrato de esos pequeños lugares donde el tiempo parece transcurrir con un ritmo lento y nada parece relevante. Y sobre ese fondo tranquilo, unos cuantos personajes bien perfilados llegados de fuera comprueban cómo sus vidas van sufriendo una rápida evolución. Casi todos ellos son seres que parecen buscar el aislamiento, la soledad, como remedio contra la vida agitada.
"Las guerras tienen una cosa buena, sólo una: nos enseñan con crueldad lo que estamos a punto de perder. La vida misma se muestra como lo que es, un tesoro frágil. En la guerra la vida es sagrada. Y sin embargo ahora, en estos tiempos miserables, la protegemos con cicatería, como el dinero cuando lo metemos en el banco. Ya no sabemos lo complicado, lo difícil, lo maravilloso que es sobrevivir. Eso sólo se sabe cuando se ha vivido una guerra o cuando uno se ha hecho tan viejo que vuelve a necesitar arriesgarse. No quiero una guerra, Dios me libre, pero sí emociones."
   Con estas palabras resume Tomás, uno de los protagonistas de la historia, a su hijo Ricardo, lo que siente en un momento de su vida en que, harto de la rutina y de las costumbres, decide romper con todo y desaparecer en un pequeño pueblo de la costa gerundense.
   Tomás es un arquitecto retirado que un día decide huir de su casa y desaparecer, provocando una gran inquietud en su exmujer y su hijo Ricardo. Este se marcha a buscarlo y afortunadamente lo encuentra en un pueblecito no muy lejos de Barcelona, donde parece ser que Tomás está a punto de iniciar una nueva vida. Las circunstancias personales de Ricardo influyen en la decisión de quedarse en el pueblo con su padre, al principio para asegurarse de que está bien, aunque más tarde descubrirá otras razones para no volver a lo que quedaba de su antigua vida.
   Padre e hijo redescubren poco a poco su relación, en un ambiente completamente diferente al ajetreo de la gran ciudad, y rodeados por una serie de personajes que les enseñarán mucho sobre la vida y sobre ellos mismos.

Camallera, pueblo gerundés, inspiración del autor para la novela

   Lola, antigua anarquista arisca, dueña de la pensión donde ambos se alojan, que con el tiempo irá haciéndose mucho más sociable.; la bella mecenas italiana Barbara Baldosa, una mujer adulta, soberbia, elegante a la que su riqueza no le ha proporcionado la inesperada armonía que encuentra al conocer a Ramiro; la joven María, la taxista "oficial" del pueblo, con dudas ante un matrimonio inminente y con el don de "mirar a su alrededor y estar a gusto en ninguna parte"; la pareja formada por Marcelo, un hombre fascinado por la literatura que se jacta de gozar de la amistad de Marcel Proust, de Dafoe, Fitzgerald… y su esposa Paquita, siempre dispuesta a bromear a pesar de su ceguera ("... Soy como Ana Karenina. He durado demasiadas páginas y alguien, ahí arriba, se está cansando de mí") No falta la mirada piadosa hacia los desfavorecidos, como la rusa Daryna, que logra librarse de su silla plegable de camping que está en la carretera.
   También es un personaje curioso el de la madre de Ricardo, Cristina, empeñada en seguir manejando los hilos de un matrimonio que, aunque roto en el pasado, sigue en realidad muy vivo, y quizás la única que, conociendo de verdad a Tomás, es capaz de amarlo sin reservas, sin pedirle nada a cambio.
   A medida que Tomás y Ricardo se reencuentran, el lector va conociendo la vida pasada de ambos, y las circunstancias que les han llevado a ambos a ser como son. 
   Así se reordenan las vidas de todos y se deja abierta la incertidumbre acerca del futuro de María, que tal vez requiera también algún día un cambio radical, ya que el autor nos dice que
el cambio es posible, en cualquier momento de nuestras vidas. Sólo tenemos que iniciarlo, atrevernos a dar el paso. Y no se trata de huir físicamente de nuestro entorno, sino de dejar atrás lo que no nos gusta, encontrar el lugar en el que nos corresponde estar, en definitiva, buscar todo eso que tanto nos gusta.

Pedro Zarraluki

«No sé vivir de otra manera que escribiendo»



   Zarraluki nació en la ciudad de Barcelona en 1954, donde cursó sus estudios. Publicó por primera vez a los 20 años, despertando gran expectación. Colabora habitualmente en medios de prensa y radio, e imparte clases en la Escuela de Escritura Creativa del Ateneo Barcelonés. Regenta el Café Salambó, al que acuden amigos del mundo de la literatura, y ha creado un premio literario con este nombre. Su obra ha sido traducida a varios idiomas.
   Ha obtenido distinciones como el Premio Margarita Xirgu de teatro radiofónico (1988) por Retrato sobre una barca, el Premio Ciudad de Barcelona y el Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España (1990) por El responsable de las ranas, el Premio Herralde de Novela (1994) por La historia del silencio. Su novela juvenil 'El hijo del virrey' fue elegida por The White Ravens —órgano de la International Youth Library, con sede en Munich— como libro del año en 2013.
   Otras novelas suyas son La noche del tramoyista (1986), Hotel Astoria (1997) y Para amantes y ladrones (2000).
    Entre sus libros de relatos se cuentan Galería de enormidades (1983), Tres trayectos innobles (1986),) y Te espero dentro (2014).
    Leer a Zarraluki no es difícil: en sus páginas hasta el silencio se convierte en una buena historia. Hasta la fecha, el escritor catalán ha logrado forjarse una trayectoria literaria noble a través de una galería de personajes a veces complicados, a veces cotidianos, que se mueven por glamurosos hoteles, islas bohemias y casas de campo.
   Zarraluki confiesa que escribe de las cosas que ha visto, vivido o sentido, pero también de las que le cuentan.
   Pese a que en la bibliografía del autor catalán figuran novelas como Un encargo difícil (Premio Nadal 2005) y Todo eso que tanto nos gusta (2008), Zarraluki se considera un cuentista. "Mi último libro de relatos, ‘Te espero dentro’, llegó después de muchos años sin publicar cuentos y me costó mucho escribirlo, porque le había cogido tanto respeto que me daba miedo", admite el escritor.
"La literatura del sufrimiento no tiene sentido", apostilla Pedro Zarraluki, cuyos libros están cargados de un particular y, a veces, soterrado sentido del humor. "Con la edad veo que ese aire de gratuidad que tenía antes el humor se va convirtiendo en algo agridulce", afirma el narrador que además sostiene que "el género de España es la tragicomedia". 

   Considerado uno de los grandes referentes del cuento en España, el autor de las antologías Retrato de familia con catástrofe y Humor pródigo no duda en señalar su debilidad por el relato breve: "El cuento es el corazón de la literatura".


Fuente: Diario Sur