martes, 22 de enero de 2013

La voz dormida

Hay que sobrevivir para contar la historia

"Ya se había acostumbrado a hablar en voz baja, con esfuerzo, pero se había acostumbrado. Y había aprendido a no hacerse preguntas, a aceptar que la derrota se cuela en lo hondo, en lo más hondo, sin pedir permiso y sin dar explicaciones. Y tenía hambre, y frío, y le dolían las rodillas, pero no podía parar de reír.
Reía..."
Dulce Chacón
   La mujer que se ríe y que no sabe que va morir es Hortensia. Hortensia está en la cárcel, Felipe en el monte y Pepa, perdón Pepita, está en una pensión de la calle Atocha. Tomasa sueña cada noche, cada día, a todas horas con ver el mar. Reme solo desea reencontrarse con su marido Benjamín y con sus hijos. Y Elvira hará lo imposible con tal de estar otra vez con su hermano Paulino, a quien vio por última vez en el puerto de Alicante. Quiere hacerse una cola de caballo con un lazo rojo y mover la coleta solo para él, para oír una vez más cómo le llama "chiqueta".
   Esta es la historia de hombres y mujeres que perdieron la Guerra Civil y que se aferran a una ilusión, sus principios, la esperanza, las ganas de luchar, de soñar, de vivir. 
Unos lo harán en el monte, en la guerrilla, otros en la retaguardia, en Madrid, y otros en la cárcel.
Imagen del taller de la prisión
 de Alcalá de Henares, en 1956.
   Dulce Chacón defendió con su novela "el derecho a la memoria" de esas mujeres que lucharon en el frente con el bando republicano, que sufrieron la represión del franquismo y que padecieron "un hacinamiento bestial" en cárceles donde se moría y nadie se enteraba.
   En su novela reflejó los testimonios de las muchas mujeres con las que habló para "dar emoción y carne de verdad" a un libro que, insistió, "es ficción, no un documento". En esas conversaciones se ha encontrado con mujeres que le han emocionado porque siguen conservando la dignidad, la lealtad hacia sus compañeras y sus ideales intactos. 
Pepita Patiño, con una foto con Jaime, testimonio
que forma parte de la novela de Dulce Chacón

"Para ellas ha sido una victoria poder hablar por fin, no tener que seguir escondiéndose de los vecinos, de sus familiares", quien insistió en la necesidad de que la memoria "deje de ser un conflicto" y se convierta en una "reconciliación con el pasado", pues "si no miramos hacía atrás, no podremos mirar hacia adelante".
   La voz dormida relata la historia de un grupo de mujeres presas en la madrileña cárcel de Las Ventas. Elvira, Reme, Hortensia... y tantas otras que desconocen su futuro y, sin embargo, nosotros lo sabemos porque el narrador nos adelanta algunos acontecimientos utilizando frases escuetas y rotundas, afirmaciones de hechos que sucederán, y que a pesar de saberlos no nos  hacen perder la esperanza para que fuesen de otra forma.
    Mientras tanto, fuera de la cárcel observamos la vida de otros personajes: sus familiares, que viven la tragedia de tener a un ser querido en prisión, que recorren largas distancias y gastan sus poquísimos recursos en poder verlas unos minutos unas pocas veces al año; civiles que se arriesgan cortando un trozo de tela a las ejecutadas antes de que las echen en la fosa común para que sus familias pueden identificarlas; guerrilleros ocultos en las montañas intentando ayudar a los perseguidos.
   Es una novela que atrapa al lector desde las primeras líneas y lo emociona en cada página. Una novela dura pero escrita con una ternura inmensa hacia las protagonistas, unas mujeres luchadoras que sienten que el miedo se acabó y que por fin pueden alzar su voz dormida.

1 comentario:

  1. Enlazo el blog en el apartado de club de lectura de mi blog, saludos y enhorabuena por el trabajo.

    www.labibliotecaescolar.com

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