Homenaje a la tolerancia
El 25 de agosto de 1987 Héctor Abad Gómez, médico y activista en pro de los derechos humanos, fue asesinado en Medellín. El día en que dispararon a Abad, mataron también a un padre y a un marido, a una persona muy conocida en Colombia. Su cuerpo se quedó en la calle, velado durante horas por su hijo, Héctor Abad Faciolince, que tiempo después, en 2006, publicó El olvido que seremos, una crónica de su relación paternofilial. El director de cine Fernando Trueba, que ha llevado a la gran pantalla esta obra en 2020 y que ha sido galardonada con el Goya a la mejor película iberoamericana. define al personaje “como eso que dicen los estadounidenses: bigger than life”.
El olvido que seremos cuenta la vida de Héctor Abad Faciolince desde su niñez hasta, aproximadamente, sus cincuenta años, cuando decide sentarse a escribir los recuerdos y memorias con su padre.
El libro hace un recuento lineal, en primera persona, de la historia de la familia Abad Faciolince, recorriendo sus momentos más felices, como las anécdotas del campo o la playa, del colegio y sus prosperidades económicas, hasta los más oscuros, como la muerte de Marta Cecilia, hermana del escritor, a los 16 años por un cáncer. La vida de la familia se muestra en un principio llena de alegría, pero poco a poco, en palabras del autor, “se va tiñendo de tragedia con la muerte de mi hermana Marta y luego con la dedicación de mi papá a los derechos humanos, hasta que lo matan”.
En medio de reflexiones sobre su crianza, Abad Faciolince recorre las virtudes, los vicios, las contradicciones y la complejidad de su vida familiar, pero también de la vida social y política de Colombia, sobre la que va tomando más conciencia a medida que crece. Nos lleva por sucesos históricos muy importantes de la segunda mitad del siglo XX en Colombia. La guerra partidista entre liberales y conservadores llena de prejuicios, señalamientos y atentados por varias generaciones, la modernización de Medellín o los terrores del narcotráfico. Un país que arrastra los mismos problemas durante décadas. El escritor se pregunta: "Colombia. ¿Se puede sentir nostalgia del infierno?"
Héctor Abad Gómez estudió medicina en la Universidad de Antioquia y se especializó en Salud Pública en la Universidad de Minnesota. Fundó la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia en la que se desempeñó durante toda su vida como profesor. Convencido de que la prevención en salud debía ser una prioridad para las sociedades, invitaba a sus estudiantes a acercarse a las realidades de los barrios más vulnerables de Medellín para entender que la génesis de la salud eran el agua potable y el acceso a los derechos fundamentales. Entonces, la lucha y el compromiso de personas como él se basaba en algo tan sencillo como salvar vidas contra ciertas bacterias como el tifus o el cólera, todo ello en un contexto de violencia sistemática. Un genio volcado en hacer algo tan complejo y tan sencillo como lo correcto. Coherente con su pensamiento, el Doctor Abad, como era ampliamente conocido en Medellín, dedicó los últimos años de su vida a la defensa de los Derechos Humanos.
Según recuerda Héctor Abad Faciolince una de las pasiones de su padre era escribir. A lo largo de su carrera escribió columnas de opinión para diversos medios de comunicación de Colombia y su trabajo científico y social se condensaría en libros como Nociones de salud pública (1969), Manual de poliatría (1971), Cartas desde Asia (1973), entre otros. Dos semanas después de su muerte al recoger las pertenencias de su padre en la oficina que este tenía, su hijo encontró un cúmulo de escritos que recopilaría bajo el nombre Manual de tolerancia, y es que en este concepto, la tolerancia, se enmarca la obra de Héctor Abad Gómez.
Pero El Dr. Abad también era el padre de Mariluz, Clara Inés, Eva Victoria, Marta Cecilia, Beatriz, Sol Beatriz y Héctor y el marido de Cecilia. Para el actor Javier Cámara, que encarna al personaje en la película de Trueba, hay algo curioso "con cada uno que hablabas se sentía el más querido por Héctor. Cada hija te contaba que era su favorita de su papá, porque él lograba crear esa emoción. Uf, era un personaje casi inaprensible".
El olvido que seremos es un libro íntimo, de gran sencillez, que despliega toda una reflexión sobre la relación entre padres e hijos, entre los libros y la religión, entre la vida social y la vida privada, la vida y la muerte, la memoria y el olvido.
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