lunes, 4 de mayo de 2015

Sueño profundo

"El sueño me invade como la pleamar. Y no puedo resistirme.
Es un sueño profundo, sin límites; ni el timbre del teléfono
ni el ruido de los coches que pasan por la calle llegan a mis oídos.
No siento dolor ni soledad. El mundo del sueño es cuanto existe"

Tira de Powerpaola para la Revista Arcadia 2012.
    Sueño profundo recopila tres relatos de la narradora japonesa Banana Yoshimoto (Tokio, 1964), que hablan de tres chicas, tres chicas muy diferentes pero que tienen algo en común: la muerte y el sueño. Sin embargo, esta última coincidencia se ve de formas muy sutiles, con lazos casi invisibles. Cada una de ellas nos muestra una situación, consecuencia de la muerte de un conocido cercano y en cada una de ellas vemos como el personaje principal afronta dicha muerte. 
   Los personajes femeninos que protagonizan la historia son muy diferentes entre sí y también podemos ver personajes secundarios que la enriquecen. Viven en un mundo que se desmorona o parece desaparecer ante sus ojos mediante experiencias vitales, tortuosas, dolorosas. No es una novela complicada, al contrario, es fácil de leer, pero quizá lo que no es fácil de leer son las varias capas que contiene. El estilo de Yoshimoto es pausado, sereno, sensible y los personajes, aunque solitarios y envueltos en un aura deprimente, son naturales y "vivos", hasta el punto de trasladar sus emociones al lector.

   Terako duerme en el sueño profundo de la derrota, de la desgana, a la espera de un amor que no llega, el de Iwanaga. Para completar esta realidad, vive el dolor de la muerte de su amiga Shiori. La desolación en el suicidio de esta mujer que practicaba el oficio de geisha moderna, flota sobre ella y le hace vivir lentamente.
    Dormir para olvidar, para borrar la soledad. "Únicamente me siento sola en el instante de despertar".
   En Los viajeros de la noche, Shibami narra parte de la vida de Yoshihiro, el hermano muerto. Hace de su recuerdo un relato en el que Sarah, una joven norteamericana forma parte de la existencia de un fantasma. Unas cartas abren el pequeño mundo de esta historia, en la que los personajes tejen sus experiencias. Dos mujeres que lo amaron, Marie y Sarah, dos mujeres que formaron parte de ese Japón en el que las sorpresas de las tradiciones hacen parte de lo cotidiano.
   El último relato, Una experiencia, es la historia de Fumi-chan, quien no puede dormir si no consume alcohol.Y una vez dormida, puede escuchar la melodía que siempre llega para salvarla. En el fondo del sueño, allá donde la borrachera forma parte de ella misma, discute con alguien, con una mujer, suerte de rival que estuvo un tiempo en medio del camino por donde venía el hombre que amaba. A quien ya no recuerda.
    Personajes etéreos, casi gaseosos, lo que nos impulsa a afirmar que están inmersos en una profunda depresión.
   Descripción interior de los personajes, porque el exterior casi no existe. Y así, pasivos, atmosféricos, parecen sombras que deambulan en el aire. Todo el libro se construye así, como un poema.

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