miércoles, 26 de septiembre de 2012

Buthayna, el Zahir de Julio Petrel

    "El Zahir es una metáfora de nuestras obsesiones. A veces esas obsesiones nos eligen, y no podemos evitarlo. Mi novela surge de mi obsesión por la princesa Buthayna, mi necesidad de escribir sobre ella tras leer su biografía. Escribí la novela para liberarme de esa obsesión, o quizás para convertirla en algo creativo."
                                        José Emilio Iniesta


   Estamos en el Real Alcázar de Sevilla, justo cuando el reconocido concertista de guitarra Julio Pretel acaba de interpretar una escogida muestra de Joaquín Rodrigo y de Bacarisse. La atmósfera ha quedado impregnada por la suavidad de la música y por el hechizo de la belleza. Pero unos instantes después el intérprete sufre un pequeño mareo y debe retirarse al interior del edificio. Es justo ahí cuando comienza la auténtica novela: Julio Pretel escuchará la voz asustada de una mujer árabe, hermosa y joven, vestida a la usanza de siglos atrás, que parece reclamar su ayuda con angustiosos aspavientos; pero antes de que pueda entender realmente lo que le quiere decir, ésta se evaporará como por arte de magia.
   A partir de ese instante José Emilio Iniesta, el autor de esta narración, irá desarrollando en paralelo dos acciones de la misma intensidad: de un lado, nos mostrará los años finales de la princesa Buthayna, hija del poderoso y exquisito Al-Mótamid, que sufrirá la persecución, la esclavitud y el desgarro de verse separada de los suyos; y de otro, nos embarcará en el camino que emprende Julio Pretel, obsesionado con la imagen de la chica y deseoso de saber qué le dijo cuando lo vio en el patio del Alcázar.

      Personajes como Odette (una antigua amante de Julio), los parapsicólogos Carlos y Francisco Manuel (propietarios de la librería Kenningar y expertos en psicofonías), el subinspector Albero o el profesor egipcio Mustafá Alí Sharkí, personaje que existe en la realidad, así como, Latifa Gamal-Addin (descendiente de Buthayna), se irán cruzando ante los ojos de los lectores, quienes irán observando cómo componen con sabia lentitud el tejido multicolor de la novela.
   También José Emilio Iniesta facilita, intercalados a lo largo de la obra, fragmentos escogidos de libros y reseñas que se relacionan con el tema de la novela.
   En el Real Alcázar de Sevilla, por alguna razón dificil de explicar, personas semejantes en diversas épocas habían visto la misma imagen: una bella y aterrorizada joven que parece pedir ayuda en un probable árabe de otra época...

Yayyí Almorabitún!
… ¡Que vienen los Almorávides! …

No hay comentarios:

Publicar un comentario