María Inmaculada Pelegrín López, más conocida como Inma Pelegrín, (Lorca, 1969) es una poeta que ha recibido varios premios por su obra. Desde sus primeros trabajos su poesía ha calado y triunfado en muchos foros. Ha participado en diversos eventos y talleres poéticos dentro y fuera de la Región de Murcia. Para Inma, la poesía nos ayuda, si no a hallar respuestas, a hacernos las preguntas apropiadas. Se licenció en Filosofía y Ciencias de la Educación y en Psicología. Inma Pelegrín ha recibido varios galardones como el Premio Jaén de Poesía 2022 por La teoría de las cosas o el XXIV Premio Internacional de Poesía "Antonio Machado en Baeza" (2020), por su obra Todas direcciones.
Ha publicado, entre otros, Trapos sucios (2008); Óxido (2008), Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego; Universo improbable (2009), Cuestión de horas (2012), Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez y Error de cálculo (2016)
Ganadora del Premio Pulchrum 2020 que concede la Fundación OLumen. Le han traducido poemas a otros idiomas pero no puede asegurar que, una vez traducidos, sean realmente sus poemas.
De ellos ha dicho: "Me gustaría que tuviera cualquier efecto, desde la alegría y la emoción estética hasta la náusea o el desconsuelo. Cualquier emoción excepto la indiferencia. Realmente me gustaría que no pudieran olvidarlos. Si he de elegir una emoción en concreto preferiría que fuesen una fuente de compañía, que al leerlo el lector dijese “esto mismo me pasa a mí”, esa sensación de pertenencia, de no estar solo, de saber que formamos parte de algo mucho más grande"
Inma Pelegrín crea unos poemas de fuerza contenida, en los que con un gran dominio del verso, la autora aborda temáticas muy variadas, ahondando en las contradicciones y controversias del discurso generalmente admitido, que desvela y denuncia con poderosas imágenes y un lenguaje comprometido y actual.
El globo se dirige,
en su ascenso imparable,
camino al firmamento.
Como si adivinara el recorrido
se balancea, toma
recodos transparentes en el aire.
Arrastra tras de sí
la cuerda que lo uncía,
se aleja y disminuye
hasta hacerse invisible.
Su determinación no entiende de nostalgias.
Atrás quedó la feria con un niño
que, al volver la cabeza, recibió
de su mano vacía
la primera enseñanza.
(De Todas direcciones)
ÓXIDO
Algo hay en el aire que enmohece,
que pinta de amarillo
los dientes de las latas,
mancilla el lavaplatos
y en las naves deshace sus epígrafes.
Ignorar las conservas,
colocar una funda al electrodoméstico,
volver a rotular “Mi Mari Carmen”,
esquivar la mirada del retrato.
Es un tiempo perdido.
Una batalla ingenua
luchar contra la herrumbre.
Algo hay en el aire que enmohece,
que pinta de amarillo
los dientes de las latas,
mancilla el lavaplatos
y en las naves deshace sus epígrafes.
Ignorar las conservas,
colocar una funda al electrodoméstico,
volver a rotular “Mi Mari Carmen”,
esquivar la mirada del retrato.
Es un tiempo perdido.
Una batalla ingenua
luchar contra la herrumbre.
(De Óxido)
Cada noche olvidabaapagar, a sabiendas,
la luz de la cocina.
Decía que al volver
podría imaginar que la esperasen,
que aquel fulgor, difuso y ambarino,
afianzaba sus pasos,
que siempre hay que dejar
un resplandor al fondo,
como quien cede un rastro de sí mismo,
y así la madrugada es más benévola.
No sé por qué senderos
derrotan sus pisadas,
si son de lucidez u oscuridad,
o si será posible
tropezarse, también, en el vacío.
A fuerza de palabras
intento desvelar su para qué,
hasta, de alguna forma,
recomponer aquel desfiladero.
Hay veces que una luz se enciende en un poema.
Uno vuelve sus ojos al final del pasillo
para salvar a alguien. Quizás para salvarse.
Uno guarda prendida alguna excusa
porque quiere creer que no está solo.
(De Cuestión de horas)
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