Armand Gamache en acción
Knowlton, pueblo de Cánada donde se basa Louise Perry para situar Three Pines |
Una noche fría y oscura, dos hombres conversan frente al hogar de una cabaña oculta entre la espesura de un bosque de Quebec. Uno de ellos relata una historia de dimensiones casi míticas, que culmina en el caos y la violencia. Al día siguiente, la aparición del cadáver de uno de los contertulios conmociona a los residentes de la apacible localidad de Three Pines, cerca de la frontera con Vermont. Desde Montreal acude el afamado inspector Armand Gamache, jefe del Departamento de Homicidios de la Sûreté du Québec, y su equipo de colaboradores, que se encuentran con un cuerpo manchado de sangre que nadie parece reconocer. Lo último que uno esperaría en un pueblo que se diría salido de una fábula infantil.
Sin embargo, incluso en las comunidades de apariencia más cálida, solidaria y acogedora pueden esconder secretos inconfesables y episodios tenebrosos. Así pues, desvelar el reverso de la idílica postal supondrá para Gamache uno de los desafíos más apasionantes de su carrera.
Tras Naturaleza muerta, primera novela de la escritora canadiense Louise Penny, y que da inicio a la serie protagonizada por el inspector Armand Gamache, Una revelación brutal (Salamadra, 2015), quinta de la serie, tiene la ventaja de que puede leerse de forma independiente. Han pasado varios años desde los sucesos de la novela anterior, y Gamache tiene que acudir de nuevo a la localidad de Three Pines a investigar un extraño crimen.
Todos los habitantes de Three Pines tienen una caracterización muy cuidada que les da una personalidad especial, la pareja Olivier y Gabri, los artistas Claire y Peter, la familia Gilbert y el caso de la anciana Ruth, que no se conforma con una mascota normal, como un perro o un gato, sino que tiene un pato al que viste con ropa desechada de bebés. Cada uno aporta historias interesantes que enriquecen el argumento, pero Gamache es el principal protagonista, un hombre grandote de cincuenta y tantos años, con un cierto aire de distinción, que llama la atención, sobre todo, por su mirada amable, que constituye su fuerza y también su debilidad.
Una de las primeras lecciones que Gamache imparte a sus jóvenes colaboradores es que para atrapar al asesino hay que volver atrás, hacia el pasado, al momento en el que comenzó el crimen, para detectar aquel acontecimiento olvidado por los demás, pero que queda alojado en el interior del homicida en estado latente. Según Gamache, lo que lleva a matar no se ve, por ello resulta tan peligroso. No es un arma, ni algo que veas venir, es una emoción a la espera de una oportunidad para atacar. Al asesino le ocurre algo en un momento determinado de su vida que lo destroza. Puede ser algo aparentemente trivial pero que le va generando un resentimiento, una emoción que se vuelve maligna y se acaba desatando. Por ello, para desenmascarar a un asesino, hay que seguir no sólo las pistas, sino también las emociones que subyacen bajo tierra.
Desde el principio de la novela sabemos que la gente de Three Pines está mintiendo, aunque desconocemos si esas mentiras les involucran o no en el crimen. Y es que, según Gamache, la gente siempre miente durante una investigación por asesinato. Para él el truco consiste en distinguir las mentiras importantes de las intrascendentes, y descubrir qué encierran esas mentiras que facilitan la vida cotidiana de la gente, hasta que la verdad quede al desnudo.
Un dato a señalar es la importancia del arte en esta historia. No solo en la pintura sino también en el tratamiento de la madera. La autora es capaz de desmenuzar en detalle y con gran sensibilidad los elementos de una obra de arte, su significado, su simbolismo, las emociones que despierta, como si se tratase de un ser vivo, por su capacidad para conmover al espectador, para provocar añoranza, inquietud, esperanza o temor.
Penny introduce, además de la trama detectivesca, el misterio del terror que produce la locura y también los vastísimos espacios vírgenes canadienses y el ecologismo.
Es importante destacar la manera en que el grupo de policías se relaciona entre sí, sobre todo en la primera parte de la novela, haciendo hincapié, sin describirlas a fondo, en las dinámicas que se crean en el grupo: sus maneras de hablar entre ellos, sus silencios, los sobreentendidos… Trabajamos al mismo tiempo junto a Beauvoir, Lacoste y Morin.
El gigantesco bosque tarda en revelar sus misterios, pero poco a poco la investigación avanza, aunque Gamache deberá pagar el precio de abrir paso al terror del pasado y de la deslealtad humana.
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