Más allá de Rayuela
Conocido mundialmente por su obra Rayuela, el escritor argentino escribió diversos libros de poesía, cuento y narrativa, además de traducir la obra de Edgar Allan Poe.
Julio Cortázar nació en Bruselas en 1914. Su padre trabajaba en la embajada argentina como agregado comercial. «Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia». Su familia tuvo que refugiarse en Suiza durante la Primera Guerra Mundial y en 1918 volvieron a Buenos Aires, donde el escritor vivió hasta 1951. Años después volvería a Europa, viviría en un París vibrante y viajaría por distintos países.
En 1935, Cortázar comenzó los estudios de Filosofía y Letras y publicó distintos estudios de crítica literaria. De esta época es conocida su colección de sonetos Presencia (1938). Obtuvo un puesto de profesor que tuvo que abandonar a mediados de los años 40 por problemas políticos. El escritor hacía pública su postura antiperonista.
En un principio se dedicó a la publicación de artículos en revistas literarias y, posteriormente, consiguió el título de traductor oficial de inglés y francés y se marchó a París, donde trabajó para la Unesco. Esta faceta le ofreció uno de sus logros menos conocidos, promovido por una motivación especial: Cortázar se había impresionado durante su infancia con la lectura de los cuentos de Edgar Allan Poe y esa fascinación permaneció durante toda su vida. Tras proponer a la Universidad de Puerto Rico la traducción de los cuentos y ensayos de Poe, en 1953 recibió la aprobación del profesor Francisco Ayala. El resultado fueron más de 2.000 páginas traducidas, uno de los trabajos más importantes que se han realizado sobre el poeta estadounidense.
Además de esta labor traductora, Julio Cortázar también había seguido dando forma a sus inquietudes literarias. El surrealismo era su cimiento, pues se vinculaba estrechamente con esa ruptura de las convenciones y la experimentación con la forma que a él tanto le interesaba. Considerado como un maestro en el género del cuento, Cortázar también escribió prosa poética, narración breve y novelas, entre los que destacan Bestiario (1951), Final del juego (1956), Las armas secretas (1959), Historias de cronopios y de famas (1962), 62 Modelo para armar (1968), entre otras. En 1963 se publicó Rayuela, su libro cumbre. Esta obra se consideró revolucionaria por su fragmentación y sus juegos sintácticos y ortográficos. Le otorgó un prestigio incuestionable que desembocó en su consolidación como un clásico de la literatura en español.
¿Por qué Rayuela es la obra más famosa de Cortázar?
Escrita en París y publicada por primera vez en España en 1963, Rayuela de Julio Cortázar es considerada su obra más famosa, la cual le valió el reconocimiento internacional, formando parte del boom latinoamericano en la década de 1960.
El protagonista de Rayuela es un álter ego de Cortázar, Horacio Oliveira, quien narra el itinerario de un intelectual argentino en París en la primera parte, y posteriormente en Argentina en una segunda parte. En una tercera sección, agrega una serie de anotaciones, recortes periodísticos, poemas y citas.
Sin embargo, la característica que sobresale en esta novela es el orden para leerla: Cortázar propone dos maneras de hacerlo, de principio a fin, o intercalando los capítulos, en un orden especificado al inicio de esta.
Así, esta historia relata las desavenencias amorosas entre La Maga y Horacio Oliveira, los conflictos intelectuales de Horacio, y el choque cultural de la época. Por ello, esta novela se considera un emblema de la cultura argentina de ese momento, a pesar de las duras críticas que recibió el autor al momento de su publicación.
Como dato curioso, parte de los derechos de autor de Rayuela, fueron destinados por el autor para ayudar a presos políticos, ya que siempre se consideró a sí mismo como un revolucionario, a favor de la democracia y la libertad en su país.
A lo largo de su vida, el escritor argentino siguió experimentando con el lenguaje y los formatos, y destacó por sus «almanaques», textos donde combinaba narrativa, poesía, ensayo o crónica, como ocurre en La vuelta al día en ochenta mundos, publicado en 1967. Bebía de las relaciones que establecía con otras grandes figuras, como Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Alejandra Pizarnik, Pablo Neruda o Cristina Peri Rossi. A esta última le tuvo una especial admiración y le dedicó varios poemas.
A través del cuento fantástico, Cortázar indagaba en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano, con una singular capacidad para fusionar la realidad con la ficción, obteniendo como resultado obras ejemplares.
Tanto los cuentos como las novelas de Cortázar rompieron los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal, por lo que algunos críticos suelen clasificar su obra dentro del realismo mágico o el surrealismo.
Temáticas como el instinto, el azar, el goce de los sentidos, el humor y el juego, son parte de las obras de Cortázar, los cuales cuestionan la formulación de la propia existencia en el mundo.
El escritor murió en 1984 en París y sobre la causa de su muerte existen diferentes versiones. En ese cuestionar el mundo, Julio Cortázar se rebeló contra las estructuras literarias existentes, incorporó formas nuevas y confrontó la tradición. Lo suyo siempre fue, a fin de cuentas, una cuestión de mirada. Esa que trasciende al tiempo.
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