lunes, 4 de febrero de 2019

Versos envenenados

La poesía, como banda sonora del crimen
   

   Para Luis Alberto de Cuenca. la poesía es una mirada sobre el mundo que genera belleza, aunque también puede ser terrible, melancólica y trágica. Para él, ser poeta es una especie de condena que hay que asumir, no sólo es cuestión de rellenar papeles con versos. El poeta nace, no se hace. Su poesía rima con clasicismo, con líricos griegos, con poetas provenzales, con los renacentistas españoles y también con los poetas actuales pero un contenido que refleje la realidad. Adoptar formas clásicas no significa que el contenido no sea moderno.
   Esta poesía es el objeto de deseo de dos mujeres, Carmen y Marta, que no se conocen hasta que entran a trabajar en la misma empresa. Separadas por la estructura profesional, una muy cercana a los puestos de mando, otra recepcionista, tienen muchos puntos en común, y de ahí surge la rivalidad: les gusta leer, les gusta la buena poesía, en concreto Luis Alberto de Cuenca... y les gustan los mismos hombres.
   
El escritor Francisco Javier Illán Vivas (Molina de Segura, 1958) nos presenta su primera incursión en la novela negra, Versos envenenados (M.A.R. Editor, 2018), después de dedicarse habitualmente a la fantasía, el terror y la poesía. Una obra que recorre la obra literaria del autor madrileño, Luis Alberto de Cuenca. 
   Versos envenenados es, según el autor, su Opus 60, una novela policíaca anclada en la realidad y centrada en un momento histórico concreto, antes y después del 11 M de 2004 en España. Nos encontramos ante una novela coral cuyos capítulos hacen alusión al mundo de la ópera y en la que hay diversos narradores, como el omnisciente y el que habla en primera persona.



   Sus personajes conforman una tela de araña en la que algunos caerán mortalmente. Unos versos de Luis Alberto de Cuenca es el único nexo que parece vincular todas las muertes.
   Personajes como Carmen, que mantiene una relación con Carlos, que terminará por convertirse en subdirector gracias a su astucia, o Marta, compañera de Carmen y relacionada sentimentalmente al inspector Isco Vivas, pasando por el enfermo Juan Valdeolivas, vigilante en la empresa y aspirante a suicida.
   Una novela negra que también contiene versos de Zorrilla, Pablo Neruda o Gabriela Mistral, canciones de Los Panchos o King Crimson; referencias a personajes locales conocidos. Detalles que enriquecen la obra.

  La ciudad de Murcia y sus pueblos cercanos es el escenario de esta trama. Lugares de apariencia tranquila que no son tal, ya que tienen problemas con la prostitución, el cruising gay y, como no, con los asesinatos.
  No es fácil incluir esta obra, finalista del VII Premio Wilkie Collins, en un género en concreto. Aunque prevalezca la novela negra por encima del resto, la poesía marca la banda sonora del crimen salpicada de pinceladas musicales dando así un ritmo intenso a la trama. Una combinación que parece que no ha escrito su última estrofa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario