martes, 12 de diciembre de 2017

Aoife

Cuando leer es un suplicio

   

   Aoife, la pequeña de los Riordan y una de los protagonistas de la novela Instrucciones para una ola de calor de la escritora británica Maggie O'Farrell, tiene un secreto. Es disléxica. 
   Nadie lo sabe, nadie lo reconoce. Incluso en la actualidad el diagnóstico de este trastorno del aprendizaje de la lectoescritura es difícil de determinar, así que en la época de Aoife, su comportamiento se asociaba a la torpeza, la pereza, al retraso mental.
   Cada niño tiene un ritmo diferente de aprendizaje, y esto no es necesariamente algo sobre lo que preocuparse. Sin embargo, problemas recurrentes en la lectura y en la escritura nos proporcionan posibles indicios de dislexia, que se manifestarán de un modo diferente según el momento del desarrollo.
   La dislexia normalmente aparece en edades tempranas y persiste en la edad adulta, atenuado gracias a las estrategias de compensación. A pesar de que no tiene nada que ver con la inteligencia, suele dificultar el aprendizaje, pues confunden letras, sílabas y sonidos; y esto les supone un reto para escribir, leer, comprender y expresarse. Hasta un 40% del fracaso escolar es debido a la dislexia. Una vez diagnosticada, existen herramientas y ejercicios para llevar una vida normal. Cuanto antes se diagnostique, más se podrán evitar los problemas derivados como el fracaso escolar o problemas conductuales.
   Las manifestaciones de la dislexia son diferentes según la edad. No todos los niños manifiestan todos los síntomas, pero es importante observar si se presentan varios de ellos y, sobre todo, si existe algún problema de adaptación.


   No es de extrañar que en una aula de primaria uno de cada 25 alumnos presente síntomas de dislexia. Pero, ¿cómo la podemos detectar?

1. Problemas de comprensión lectora y de escritura

– Hace sustituciones, inversiones, omisiones y/o adiciones de letras o palabras.
– Cuando escribe no entendemos nada.
– La ortografía y la fonética es inconstante.
– Cuando escribe hace mucha presión sobre el papel.
– Confunde unas letras con otras y cambia y sustituye las sílabas de las palabras.
– Lee sin comprender lo que está leyendo.
– Es frecuente que se “coma” palabras cuando lee o las repita sin ser consciente de ello.

2. Problemas con las matemáticas

– Utiliza los dedos para hacer operaciones.
– Le cuesta manejar bien el dinero.
– Dificultades para comprender el tiempo y las posibles tareas planeadas.

3. Problemas con la memoria, cognición y lenguaje

– Suele utilizar imágenes, iconos y sentimientos en lugar de sonidos y palabras.
– Tiene una excelente memoria a largo plazo (experiencias, lugares, caras).
– Muy mala memoria para recordar lo que aprendió el día anterior.
– Se distrae muy fácilmente con los sonidos.
– Cuando habla lo hace con frases entrecortadas e incompletas. No pronuncia bien y a veces tartamudea.

4. Problemas de coordinación psicomotriz

– Presenta dificultades en habilidades motoras (le cuesta atar los cordones de los zapatos).
– Tiene poco equilibrio.
– Tiene dificultades de coordinación sobretodo en actividades físicas, lúdicas, etc.
– Si hace movimientos fácilmente se marea.
– Puede ser ambidiestro y con frecuencia confunde la izquierda de la derecha o el arriba del abajo.

5. Problemas con la visión

– Tiene problemas de vista y oído.
– Destaca por su capacidad de observación y agudeza visual.

6. Problemas de personalidad

– Es desordenado, compulsivo y perfeccionista.
– Son frecuentes los cambios de humor. Emocionalmente es muy sensible.
– Es curioso y creativo.

7. Problemas de salud

– Propenso a las infecciones del oído.
– Sueña muy profundo o se despierta con facilidad.
– Continúa mojando la cama.
– Sensible a comidas con aditivos y productos químicos.

Fuente: Integratek

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