lunes, 2 de octubre de 2017

Pinceladas de Historia de una maestra

Las Misiones Pedagógicas


   
   Surgidas a finales del siglo XIX como una idea de Manuel Bartolomé Cossío y Fran­cisco Giner de los Ríos,  fueron definidas por el propio Bartolomé 
“como escuelas ambulantes que van de pueblo en pueblo. Pero una escuela donde no hay que aprender con lágrimas, porque lo primero es divertirnos” y revitalizadas por la República con el fin de llevar los valores republica­nos a los pueblos más olvidados de la geografía española.
   Tenemos que ubicarnos en la España de 1931, en uno de esos pueblos abandonados y atenazados por los poderes de caciques y religiosos. Ponernos en el lugar de esos hombres y mujeres ante la sorpresa, pero también des­confianza, que les producían personas ajenas a sus pue­blos, generalmente relacionadas con la enseñanza, pero también escritores, pintores, actores… que iban cargados con libros, periódicos, cuadros, música, proyectores de películas, obras de teatro… Al escucharlos en sus exposi­ciones, al comentar los artículos periodísticos, al verlos escenificando obras de teatro o recitando poesías abrían sus mentes a nuevas inquietudes e intereses.
   La primera expedición llegó el 17 de diciembre de 1931 a la pequeña población segoviana de Ayllón. En algo menos de seis meses se había trasladado a la práctica el anhelo que venían expresando Manuel Bartolomé Cossío y otros destacados componentes de la Institución Libre de Enseñanza desde finales del siglo anterior. Las misiones pedagógicas se habían convertido en una realidad.
   En las Misiones colaboraban de manera altruista destacados intelectuales, poetas o artistas como Federico García Lorca, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Luis Cernuda y tantos otros, además de estudiantes, maestros, bibliotecarios y muchos otros profesionales y personas de cualquier oficio o sin él, todas gentes entusiastas de la labor acometida por las Misiones en beneficio de la cultura popular. 
   El desarrollo de este proyecto no fue fácil; a la des­confianza hacia la República por parte de algunos sectores había que añadir el descontento generalizado de muchos trabajadores del campo, que veían cómo las promesas revolucionarias de la República llegaban a los pueblos tarde y matizadas.

La Guinea española
   Guinea Española, oficialmente Territorios Españoles del

Golfo de Guinea, también conocida como Guinea Ecuatorial, fue una colonia africana de España junto con el Protectorado Español de Marruecos, Ifni y el Sáhara Español. Localizada en el Golfo de Guinea y que se convirtió en la nación independiente de Guinea Ecuatorial.
   Esta colonia se formó a partir de la Colonia de Río Muni (formada en 1900), la isla de Fernando Poo, la Colonia de Elobey, Annobón y Corisco y otras islas adyacentes. La colonia se estableció entre 1885 y 1968. Fue reunificada en 1926 convirtiéndose en la Guinea Española 
con capital en Santa Isabel (hoy Malabo), en la isla de Bioko.
   


   Sin embargo, España carecía de la riqueza y el interés necesarios para crear una infraestructura económica importante durante la primera mitad del siglo XX. No obstante, España desarrolló grandes plantaciones de cacao en la isla de Bioko con miles de trabajadores nigerianos importados como braceros. Al proclamarse la independencia en 1968, Guinea Ecuatorial tenía uno de los mayores ingresos per cápita de África. España también ayudó a que Guinea Ecuatorial consiguiera una de las mayores tasas de alfabetización del continente así como una notable red de instalaciones sanitarias.
   El referéndum constitucional de Guinea Ecuatorial se produjo en agosto de 1968, bajo la supervisión de un equipo de observadores de la Organización de Naciones Unidas. Las primeras elecciones de la recién creada Guinea Ecuatorial dieron la victoria a Francisco Macías Nguema, tras los que se produjo la independencia de Guinea Ecuatorial. Macías gobernó de manera dictatorial hasta que fue depuesto, juzgado y mandado fusilar por su sobrino Teodoro Obiang en 1979.

No hay comentarios:

Publicar un comentario