jueves, 31 de marzo de 2016

Petra Delicado

Nadie quiere saber  
   La inspectora Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón han de investigar un asesinato cometido cinco años antes, que había quedado archivado sin resolver. La investigación irá destapando subterráneos lazos entre una familia barcelonesa típicamente burguesa y la Camorra italiana. 
  Esta es la última entrega (Destino, 2013) de la serie Petra Delicado escrita por Alicia Giménez Bartlett y compuesta por los siguientes títulos:

1. Ritos de muerte (1996), en la que la inspectora Petra Delicado, que hasta entonces trabajaba en el servicio de documentación, y el subinspector Fermín Garzón, recién llegado de Salamanca, se conocen y comienzan a trabajar juntos. Han de descubrir la identidad de un violador que deja una extraña marca en sus víctimas.
2. Día de perros (1997), tras dos años de su primer y único caso juntos Petra y Fermín son llamados a esclarecer la paliza recibida por un hombre sin identificar. Tras su muerte el caso se convierte en asesinato en el que las únicas pistas son unas libretas de contabilidad y un perro.
3. Mensajeros de la oscuridad (1999). Petra comienza a recibir unos extraños paquetes que contienen penes amputados y unas pistas difíciles de descifrar. Tendrán que sumergirse en el mundo de las sectas para esclarecer el caso.
4. Muertos de papel (2000). La muerte de un importante periodista del corazón llevará a nuestra pareja a investigar en el mundo de la prensa del corazón, un mundo que desagrada a Petra, y en el que se mueven muchos secretos y mentiras.
5. Serpientes en el paraíso (2002). En una idílica urbanización en la que conviven tres parejas con un buen nivel de vida y unas aparentemente buenas relaciones nada es lo que parece. Un abogado asesinado, una anciana con alzheimer, una niñera filipina,... conforma el cóctel.
6. Un barco cargado de arroz (2004). Tras la extraña muerte de un mendigo se oculta una trama que va desde el ambiente más marginal de los mendigos y los sin techo hasta la dirección de una fundación con pretendidos intereses sociales.
7. Nido vacío (2007). Una niña le roba a Petra su pistola y por ésto no fuese preocupación suficiente para ella empiezan a aparecer cadáveres asesinados con ella. Un caso difícil por el ambiente en que se desarrolla: prostitución, inmigración ilegal, trata de blancas y abusos a menores.
8. El silencio de los claustros (2009) donde habrán de esclarecer la muerte de un monje y la desaparición de un venerado cuerpo momificado. Demasiados secretos se esconden tras las paredes de un convento.

   En Nadie quiere saber, Adolfo Siguán, un empresario textil barcelonés de 70 años, es asesinado en circunstancias sexuales escabrosas. Su cadáver se halló en su apartamento, adonde había acudido en compañía de una joven prostituta. Las culpas recayeron sobre el chulo de ésta; pero fue encontrado muerto a su vez en Marbella, tres días después. Las pesquisas se cerraron en falso.
Ahora Petra y Fermín se enfrentan al silencio temeroso de la única testigo, la prostituta, y al rompecabezas de la vida profesional y familiar del empresario. La investigación se traslada a Roma, donde Petra vive situaciones de riesgo y desafío que son nuevas para ella y que confirman la habilidad de Alicia Giménez Bartlett para hacer de Petra Delicado uno de los personajes más atractivos de la novela española actual.

   La inspectora Petra Delicado es una figura detectivesca consolidada y creíble por su acertada configuración psicológica. Petra es una mujer fuerte, pero no prepotente. Su feminismo es natural e imprescindible para demostrar su competencia profesional en un ámbito dominado por los hombres. Pero lo que la convierte en un personaje literario sólido es su complejidad, sus contradicciones, las tensiones entre su vida profesional y su vida de pareja, sus reprimidos anhelos de maternidad, sus momentos de desánimo.
   De esta manera el personaje de Petra se salva de los tópicos en que han caído otras mujeres detectives, esas solteronas que resuelven los casos gracias a su innata sensibilidad o a su “intuición femenina”.
    La acertada configuración del personaje principal se completa y se refuerza con la de su pareja profesional, el subinspector Fermín Garzón, que se autodefine como “un hombre del pueblo llano”. Un Sancho Panza contrapunto de Petra, con la que mantiene una relación profesional lealmente competitiva. Petra y Fermín forman, pues, una pareja de policías que se complementan muy bien, que trabajan en equipo, aunque no quieran admitirlo.
    No solo los personajes principales están bien trazados. El resto de personajes también son creíbles. Su caracterización es breve, pero no esquemática.  
   No está al mismo nivel la ambientación. Resulta que el asesinado es justamente un empresario textil, sector emblemático de la industria catalana hasta hace unos años. Pero la Barcelona que se describe en la novela es un decorado basado en tópicos turísticos. No hay ni la más mínima referencia al catalán, un idioma bien presente en la realidad cotidiana de la ciudad.
    En fin, la Barcelona de la inspectora Petra Delicado no se parece mucho a la Barcelona actual. Desconocemos las razones de este déficit, pero sin duda no se debe a un descuido, porque la autora demuestra que sabe construir una correctísima ambientación para los episodios situados en Italia, salpicados de expresiones italianas, de tópicos como la pasta, los italianos seductores,...
    El estilo de la novela es bastante cinematográfico: acción constante, mucho diálogo espontáneo, descripciones escuetas…
El uso de la primera persona permite introducir breves momentos de reflexión sobre los hechos. Y la alternancia entre la Petra inspectora y la Petra casada humaniza a la protagonista, dosifica el ritmo narrativo y frena la tendencia a centrarse exclusivamente en la investigación, Como en las buenas novelas negras, la verdad oculta va aflorando poco a poco, más que por la sagacidad genial de la inspectora, por su constancia a la hora de reconstruir los ambientes en los que y de los que surgió el crimen. De esta manera, la solución del enigma deja de ser una sorpresa para convertirse en una conclusión lógica, inevitable, que el lector comparte con la autora.   


Fuente: El Diario de Catalunya

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