lunes, 2 de diciembre de 2019

La tesis de Nancy

Una tesis inverosímil hoy en día

   Costumbres, picardías, dichos, juegos de palabras, malas traducciones, exotismo y malentendidos. Todo esto combinado con la vida un tanto conservadora, costumbrista y tradicionalista de la Andalucía de mediados del siglo XX, conforman la tesis más famosa del mundo literario.
   Nancy es una estudiante norteamericana recién llegada a Sevilla para conocer la cultura española. A través de una mirada aguda y llena de humor, el lector descubre su perplejidad ante una lengua y unas costumbres que la confunden y atraen por igual. La tesis de Nancy, publicada en 1962, es una de las novelas más sugestivas y divertidas de Ramon J. Sender.
   La tesis de Nancy refleja a la vez la tradición y la modernidad de un país que se abría tímidamente al mundo desarrollado pero que guardaba todavía el profundo poso de siglos de costumbrismo difícil de asumir, interpretar y comprender, no sólo para el viajero entusiasta como Nancy, sino para muchos españoles.
  La obra se enmarca en el género epistolar ya que está compuesta por diez capítulos que se corresponden con las cartas que Nancy envía periódicamente a su prima Betsy que vive en Pensilvania, en la que le cuenta las anécdotas más divertidas o curiosas de su estancia en España, más concretamente en Alcalá de Guadaira lugar que elige como residencia mientras realiza su tesis por la Universidad de Sevilla. 
   Lo más original de la obra es su estructura: Sender se presenta como traductor de esas cartas, no sabemos si esto es real o imaginario. A través de ellas entendemos que la pobre Nancy sabe menos castellano de lo que cree: los dobles sentidos, la jerga y todos los dichos que escucha los interpreta como puede. Busca hacer reír a partir de equívocos graciosos quizás muy abundantes en el texto.


   

   En cada una de sus cartas Nancy va redactando sus experiencias y vivencias en Andalucía así como variadas y jugosas anécdotas fruto de las diferencias sociales, culturales y lingüísticas de la España de los años cincuenta, tradicional, conservadora y machista con su país de origen. A lo largo de las cartas vemos que la ingenua Nancy a veces no lo es tanto, y que se quiere echar un novio gitano para empaparse de su cultura y escribir una tesis mejor. Este novio gitano se llama Curro, sin ocupación clara, un novio celoso que sufre lo suyo con los errores de Nancy, y que deja demasiado a menudo las dudas de la joven sin aclarar.

Las cartas de Nancy tienen los siguientes títulos:

  • Nancy descubre Sevilla
  • Nancy entra en el mundo gitano
  • Nancy y la aventura en el cine
  • Las excursiones de Nancy y la tertulia del café
  • Nancy y la venadita habladora
  • Nancy y el abejorrito rubio
  • El patio, la rivalidad y el pozo encantado
  • Nancy y la flor
  • Velorio en los Gazules
  • El acabóse en los Gazules
  La novela tiene una continuación en Nancy, doctora en gitanería (1974), Nancy y el Bato loco (1974), Gloria y vejamen de Nancy (1977) y Epílogo a Nancy: bajo el signo de Taurus, (1979). Que nunca llegaron a alcanzar el éxito de la primera.
   Otros personajes participan de la aventura tartesa-turdetana-bética-flamenca de Nancy como Mrs. Dawson, escocesa de mediana edad, compañera de casa y de situaciones. Un tanto convencional y socialmente inadaptada al ambiente dicharachero y Mrs. Adams, antigua profesora de Nancy.
   
Sevilla. Años 50

   La reivindicación que hace Sender del pasado histórico español: de las civilizaciones que han vivido aquí desde tiempos inmemoriales que han hecho al país objeto de estudio. Parece que Sender intenta decirnos que España es mucho más que Franco y su dictadura. Y que esa época, como otras, se acabarán. Los tópicos que utiliza (la gracia andaluza, el duende, las supersticiones y la religión) son tratados siempre desde el humor, proyectando así una mirada crítica hacia su país natal a través de los ojos de Nancy pero lo hace con tal sutileza y tanta cercanía que consigue deleitar y divertir al lector.
   Todo el libro está plagado de frases donde Nancy plantea su conflicto con el humor andaluz y la dificultad para entender cuándo algo va en serio o no:

"Nadie se considera obligado en Sevilla a creer lo que le dicen y si escucha con interés es solo atendiendo a la gracia o a la falta de gracia del que habla. Tampoco pretende nadie ser creído, sino solo ser escuchado".

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