El regreso de Lucas Daireh
En 2016, Antonio J. Ruiz Munuera publica Ojo de pez, una novela negra sobre un asesinato sin resolver y con un telón de fondo ecológico en una Cartagena portuaria, sórdida, contaminada y oscura. La novela, ambientada en los años ochenta del siglo XX, está protagonizada por un policía de origen marroquí, Lucas Daireh, al que se le asigna la investigación de la muerte de una joven, cuyo cadáver aparece sobre la arena de una playa.
Pues bien, ese inspector, Lucas Daireh, ha regresado en La ira del insecto (Ediciones de la Librería Estudio, 2019) a las ciudades de Águilas y Lorca, nuevos destinos del tráfico de drogas venido del Estrecho, y ha vuelto con una trama en la que esas drogas y la prostitución alternan también con los orígenes de unos peligrosos delincuentes croatas afincados en nuestro país.
El autor lorquino se ha movido en un paisaje que conoce bien, y al que le da siempre la entidad de personaje, y también ha tenido que bucear en el pasado histórico de los “Ustacha”, los fascistas croatas, que fueron mucho más cruentos que los propios nazis. Estamos, por tanto, ante una trama doble, una más negra y otra heredada del final de la II Guerra Mundial, cuando España miraba hacia otro lado mientras criminales y genocidas se asentaban en nuestro territorio, bien para quedarse para siempre o bien como estación de paso en su camino hacia Sudamérica.
El inspector Daireh hará frente a esa trama y lo hace acompañado por la forense Escarbajal y la agente Hue, una oriunda lorquina con la que el autor homenajea a todas sus paisanas. Todo ello con un ritmo frenético, con la palabra justa, acompañado de constantes referencias al cine y alguna que otra a la música, todo para resolver el caso de un cadáver sin oreja y con una extraña inscripción grabada en su pecho.
La ira del insecto está estructurada en cinco partes en las que al inicio hay una breve descripción del estado por el que pasan los insectos durante su proceso de vida (Corion, Égida, Exuvia, Crisálida e Imago) creando así un guiño metafórico con las fases de crecimiento interior de sus personajes. Unos personajes que se mueven en un mundo de drogas, prostitución, tráfico de mujeres y otras actividades que no suelen ser con las que conviven las mayoría de los humanos y que estallaran cuando aparezca muerto en una plaza de Lorca el hermano de Diego/Jarri, Rodrigo, en lo que parece un ajuste de cuentas.
Con una prosa bien elaborada y contundente y con un texto que podría ser la base de un buen guion cinematográfico, La ira del insecto es una novela dura y muy dinámica donde los personajes van desde Croacia hasta Lorca, transitan por Águilas o Almería, moviéndose en un ambiente de violencia y muerte.