jueves, 31 de mayo de 2018

Azul

Amor tóxico con sabor a mar

"La idea de Azul surgió de un viaje que hice... Un amigo nos invitó a Eugenio Trías, a mí y a dos o tres personas más a hacer una travesía en barco por las costas de Turquía. Yo no sabía qué regalarle para agradecérselo y se me ocurrió escribirle un cuento. Cuando estábamos en una isla que se llama Castellorizo vi a una mujer que se paseaba con unos harapos canturreando y me recordó a un hombre que había visto en el Ampurdán que, según me contaron, andaba por aquellos caminos buscando a un amigo que había muerto en la Guerra Civil. Esta idea se me juntó con la idea de la mujer de los harapos y empecé la narración. A partir de ahí, se me fue complicando y acabó en una novela que se llama Azul y que está dedicada a la persona que me invitó".


   Azul, novela ganadora del Premio Nadal 1994, narra en tercera persona una relación amorosa que se prolonga durante más de diez años. Una historia que se desarrolla en dos planos. Uno es la acción que transcurre durante los dos días que están los protagonistas detenidos en el barco por una avería y otro es un repaso de toda su vida desde que se conocieron hasta el momento presente.
   Los protagonistas son Andrea, periodista, casada y con una complicada vida social y un muchacho más joven, Martín Ures, que llega del interior de la península para descubrir un variado mundo de gentes y trabajos y, sobre todo, esa capacidad alquímica del amor que lo convierte en algo tan mutable y tan definitivamente peligroso.
   Barcelona, Nueva York, Cadaqués y la pequeña isla griega de Castellorizo son sus escenarios.
    En la novela, dos mujeres y tres hombres se embarcan, a principios de septiembre, en un velero llamado Albatros, para disfrutar de una travesía por la costa turca. Transcurridos diez días de navegación, casi cuando el viaje toca a su fin, una imprevista avería obliga a Leonardus, el capitán del barco, a dirigirlo hacia tierra. El lugar más cercano es una extraña isla roja llamada Castellorizo. Esta isla adquiere en la novela una connotación casi satánica porque el calor de principios de septiembre la asemeja al infierno y provoca que los personajes muestren lo peor de ellos mismos, ese lado oscuro que todos se esfuerzan por esconder en sociedad. Como la narradora advierte "todo parece posible en esta maldita isla" y "todo puede ocurrir en el último instante" , porque "en esta isla todo el mundo está loco"
  


   Azul es una historia de amor y, sobre todo, de dependencia. La autora quiere mostrar como una persona puede depender de otra hasta el extremo de que, cuando ha desaparecido el amor, sigue fascinado y dependiendo de ella. Realmente cuando estamos muy enamorados, a todos nos parece que nuestro amor es siempre superior al que recibimos, que lo que nos da la otra persona no es nunca suficiente.
   Un amor que se vuelve en algún momento abismo para regresar luego más firme y sólido. Un recorrido por ese complejo y personal sentimiento desde las primeras y tímidas palabras hasta los últimos y afilados silencios.
    Azul es, según la autora, «una novela de mar y de amor», muy descriptiva, con características cinematográficas y con abundantes referencias al léxico marinero ya que Rosa 
Regás es patrón de yate. demostrando así un conocimiento exhaustivo de la terminología profesional.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Rosa Regàs

La musa del Gauche Divine   
Rosa Regàs en la Biblioteca SGA 
en noviembre de 2015


      Tiene 84 años. Antes de ser escritora y ganar premios, fue una niña en el exilio francés. Se casó joven y tuvo hijos enseguida. Quería una familia grande y unida como la que no había podido tener. Frecuentaba Bocaccio, la discoteca de la calle Muntaner, donde se gestó la plataforma lúdica y cultural que la Barcelona más abierta utilizaba para proyectarse al resto de España, un movimiento que Joan de Sagarra llamó la Gauche Divine.
   Regàs considera que la Gauche Divine habría pasado a la historia como un grupo de una gran profundidad literaria como lo fue Bloomsbury, pero que le faltó la resonancia londinense.
  Su empeño ahora es publicar un libro en donde se sepa la verdadera historia del movimiento cultural más importante del tardofranquismo pero el libro no tiene fecha.
  A su edad considera que tiene derecho a hacer lo que quiera cuando quiera en Llofriu, el pueblo donde vive desde hace muchos años, donde mañana se pondrá a escribir, o no.

   
Con Salvador Dalí
   Rosa Regàs Pagés (Barcelona, 1933) trabajó como editora y como traductora para las Naciones Unidas. Fundadora de la editorial La Gaya Ciencia en 1976 y  de las revistas Arquitectura Vis y Cuadernos de la Gaya Ciencia. Es conocida tanto por su carrera literaria, como autora y editora, así como por su dirección de la Biblioteca Nacional.

   Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, en 1964 comenzó a trabajar en la editorial Seix Barral hasta 1970, año en el que funda las editoriales La Gaya Ciencia, que publicó a autores entonces poco conocidos como María Zambrano, Álvaro Pompo, Javier Marías y Manuel Vázquez Montalbán, y Ediciones Bausán, de literatura infantil. 

   De 1983 a 1994 trabajó como traductora para las Naciones Unidas en ciudades como Ginebra, Nueva York, Washington, Nairobi y París. 
   En 1987 el escritor Carlos Trías que dirigía una colección de Ciudades de Ediciones Destino, le propuso que escribiera un libro basado en Ginebra, lugar donde residía debido a sus ocupaciones como traductora. Ginebra, se convierte en su primer libro.
   En 1991 vio la luz la que sería su primera novela, Memoria de Almator, basada en el doloroso avanzar de una mujer hacia la edad adulta. En 1994 es nombrada directora del Ateneo Americano de la Casa de América de Madrid y es en ese mismo año cuando Rosa Regàs gana el Premio Nadal por su novela Azul. Pero el espaldarazo definitivo a su popularidad lo recibió en 2001 al hacerse con el Premio Planeta, que le fue concedido por La canción de Dorotea.

   En 2004 es nombrada Directora General de la Biblioteca Nacional, puesto que ocupa hasta 2007, al dimitir por desavenencias con el ministro de cultura de entonces, César Antonio Molina.
   


   Regàs es una colaboradora habitual de diarios, revistas, radio y televisión, medio en el que se realizó la adaptación de una de sus obras, Diario de una abuela de verano. Ha publicado, además, en antologías de varios autores como Cuentos de Cine, El peor viaje de nuestras vidas, Mujeres al alba, Retrato de un siglo, entre muchos otros. También ha sido la coordinadora del libro de relatos de autores barceloneses, Barcelona, un día, y de autores madrileños, De Madrid al cielo.
   
Rosa Regàs con sus nietos, sus niños de verano.
   Ha formado parte de los Jurados del Premio Príncipe de Asturias de las Artes y las Letras, Premio Internacional Alfaguara de Novela, y Premio Ortega y Gasset de Periodismo. Desde finales de 2008 forma parte del jurado del I Premio BUBOK de creación literaria junto al escritor Lorenzo Silva. 

   El papel de Regàs en el mundo de la cultura se ha visto recompensado con premios como la Orden de Chevalier o la Cruz de San Jordi. Unos de sus últimos premios fue 2013 recibiendo el Biblioteca Breve por Música de cámara.
   Actualmente promociona Miradas de ficción, un libro colectivo en el que participa con un relato ambientado en el mundo del cine.

martes, 15 de mayo de 2018

Sugerencia de Matías

Juana la Loca, la cautiva de Tordesillas
Manuel Fernández Álvarez
Trad. de Pilar Vázquez. Alfaguara. Madrid, 2000. 222 páginas.
No faltan biografías de Juana la Loca, pero las más autorizadas tienen más de un siglo, como las de Moreno Villa, o se escribieron en la década de 1930 como la de Pfandl, lo que las aleja de cualquier criterio historiográfico actual. De ahí el interés de este volumen

DEMETRIO CASTRO | 18/10/2000 |  Edición impresa



La de Juana fue, más que nada, una tragedia personal en medio de un cúmulo de acontecimientos históricos a los que en realidad fue ajena, y que Fernández Álvarez recrea con la solvencia que le da su conocimiento del peri
Cuando en la primavera de 1555 murió septuagenaria la tercera hija de los Reyes Católicos, Juana, pudo asaltar a algunos la duda de quién era exactamente la fallecida dentro de las casas reinantes europeas. A todas luces se trataba de alguien particularmente relevante. Sus seis hijos se sentaban, o se habían sentado, en los tronos más encumbrados: los dos varones ostentarían la dignidad imperial, además de los reinos hispánicos y austriaco con sus anejos; las hijas fueron reinas consortes de Portugal, Hungría, Dinamarca y Francia. Pero ella misma fue desde 1504 reina de Castilla, y desde 1516 del resto de España, y esas dignidades las tendría hasta el final de sus días, aunque de hecho jamás reinó, de modo que habría razones para decir que quien desaparecía era reina de España, aunque ese título lo tuviera desde hacía cuatro décadas su hijo Carlos. Evidentemente incapaz, su huella en la historia está unida a la tragedia personal de su demencia, comúnmente interpretada como un frenesí de amor desencadenado por la muerte de su marido, Felipe el Hermoso. Cuando éste llevaba varios meses sepultado en la Cartuja de Miraflores, su viuda, reina en plenitud de Castilla, hizo desenterrar el cuerpo embalsamado y con ánimo de ir a enterrarlo en Granada, lo paseó durante dos años por pequeños pueblos de Castilla. El episodio se prestaba a la interpretación romántica que refleja, mejor que ningún otro intento plástico o literario, el impresionante cuadro de Pradilla.

No faltan biografías de este desdichado personaje, pero las más autorizadas tienen más de un siglo, como las de Moreno Villa, o se escribieron en la década de 1930 como la de Pfandl, lo que pese al buen apoyo documental de las tres, las aleja de cualquier criterio historiográfico actual. Esta de Fernández álvarez es reelaboración de la publicada hace un lustro y que se distribuyó poco, de modo que se la puede tener por nueva y actualizada; el incluir un apéndice documental de los años 1520 a 1555, aunque no haya en él ningún documento desconocido, incrementa su interés. Pero esos mismos documentos ponen de manifiesto lo dificultoso de hacer historia con la biografía de alguien que durante casi cincuenta años vivió en la reclusión de Tordesillas; salvo una breve y ambigua participación en la rebelión comunera, su existencia transcurrió al margen de todo cuanto ocurrió en su tiempo. Sólo el primer tercio de su vida lo pasó en relativa proximidad a los centros de decisión política, y nunca alcanzó a jugar un papel relevante o simplemente activo. Fue siempre objeto en las decisiones o ambiciones de otros, o víctima de ellas: de la política matrimonial de sus padres, de las apetencias de poder de su marido, de la razón de Estado de su padre. Si se la recluyó no fue en principio tanto por su enfermedad, como por ponerla a resguardo de intereses que pudieran instrumentalizar su legitimidad como reina, oponiéndola a la de quienes gobernaron en nombre suyo, su padre y su hijo. La suya fue, más que nada, una tragedia personal en medio de un cúmulo de acontecimientos históricos a los que en realidad fue ajena, y que Fernández Álvarez recrea con la solvencia que le da su conocimiento del periodo, aunque sin acertar siempre a vincular estructuralmente el personaje con su momento.

Precisamente en ello pudiera estar lo más interesante que de la vida de Juana la Loca cabría extraer. Por ejemplo, ¿hasta qué punto se vulneraron, no ya sus derechos, sino la legalidad de la sucesión al proclamar rey a su hijo? Se ha hablado incluso de “golpe de Estado”, pero el libro no entra a fondo en esta cuestión. Se abre éste con un resumen sobre las manifestaciones de la mentalidad mágica del Renacimiento, insinuando las conexiones entre locura y posesión, pero este prometedor camino hacia la historia social de las mentalidades se abandona enseguida sin enseñar nada, a la luz del caso de Juana, sobre qué era en la España del siglo XVI un loco, y qué actitudes y conductas cristalizaban en torno a los dementes. La dureza en el trato que se usó con la reclusa de Tordesillas, ¿fue algo anómalo? Tampoco se avanza mucho en el conocimiento de su dolencia, evidentemente depresiva con violentos accesos celotípicos, ni se va más allá de la evocación en el paralelo con su abuela, Isabel de Avis, recluida en Arévalo desde 1454 a 1496 con síntomas similares a los suyos. La historia más tradicional quería enseñar no sobre las sociedades, sino sobre cosas como las pasiones humanas. Este libro, sin hablar directamente de ello, está posiblemente más cerca de este modelo que de otro; como su evocación del período es completa y solvente vale la pena leerlo. 
Manuel Fernández álvarez (Madrid, 1921) alcanzó una extraordinaria popularidad hace tres años con la publicación de una monumental biografía sobre Felipe II. Catedrático de Historia y miembro de la Real Academia de Historia, es doctor en Historia por la Universidad de Madrid (1947) y en Humanidades por la Universidad de Bolonia. Desde 1985 es catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Salamanca. Además de su Felipe II, es autor de Carlos V (1999) y de La sociedad española en el Siglo de Oro, obra con la que obtuvo en 1985 el Premio Nacional de Historia.


lunes, 7 de mayo de 2018

Próxima reunión martes 8 de mayo de 2018 a las 6 en punto

El pergamino de la seducción de Gioconda Belli.

   
   La autora nicaragüense Gioconda Belli se adentra en el personaje más carismático y fascinante de un período crucial de la historia de España, la reina Juana de Castilla, hija y madre de reyes.
  Hermosa, inteligente, segura y poderosa, se rebeló contra la represión y los abusos, y luchó sin descanso por ser fiel a sí misma. En 1509, con veintinueve años, fue declarada loca y encerrada en Tordesillas, donde permaneció hasta su muerte en 1555.

   Cuatro siglos más tarde, a través de Lucía, una joven de asombroso parecido con la Reina Juana de Castilla, un historiador busca resolver el enigma de quien fuera más conocida como Juana la Loca. 

   ¿Enloqueció de amor, como cuenta la historia oficial, o fue víctima de traiciones y luchas por el poder? Seducida por la pasión de la palabra, Lucía se adentra en un pasado que alterará su presente para siempre. En esta novela, histórica y contemporánea, Juana de Castilla regresa para contar su propia versión de los hechos.

Fuente: Lecturalia

El pergamino de la seducción


Juana I de Castilla, Reina de Castilla, Reina de Aragón, Valencia, Mallorca, Navarra, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, Condesa de Barcelona, Duquesa titular consorte de Borgoña


"Somos una familia de nómadas. Mis padres son reyes en guerra y la corte va de castillo en castillo. La corte se instala donde las necesidades militares lo demandan. Apenas tengo tiempo de jugar. (…). Si río a carcajadas, me dan de palos porque la experiencia enseña que el castigo físico es medicina para la locura de las niñas y que el dolor es saludable para la disciplina de nuestros cuerpos."


   El pergamino de la seducción (Seix Barral, 2005) es una novela de la escritora nicaragüense Gioconda Belli.
   El libro trata sobre la reina Juana de Castilla quien fue hija y madre de reyes, y es el personaje más fascinante de un período de España. En 1509 fue declarada loca y encerrada en Tordesillas, donde permaneció hasta su muerte en 1555. Era una mujer que se rebeló contra la represión de la época y los abusos.​

   Cuatro siglos más tarde, un historiador llamado Manuel buscará resolver si la reina fue una víctima de la traición y luchas de poder o simplemente enloqueció por amor, a través de la joven Lucía, de gran parecido con la reina, que se encuentra estudiando en un internado de monjas en España. En la obra, además, se resalta el erotismo ligado a los celos enfermizos de Juana por Felipe el Hermoso.

   Belli hace que el lector reflexione sobre el destino de Juana, con la represión de la que fue víctima y su permanencia en el rol de madre pese a la degradación moral y física.​ La reina era una persona que amaba con intensa pasión, anteponiendo sus sentimientos a los intereses de la monarquía, por ello fue fácilmente considerada loca.

   Gioconda Belli nos trae esta obra donde mezcla la historia de los supuestos descendientes de los carceleros de Juana de Castilla en el Madrid de los años 60, con la historia de esta reina, a través de un narrador-historiador y una huérfana centroamericana y adolescente.
   Juana fue vilipendiada y por fin acallada en un cautiverio que duró unos 47 años, en Tordesillas. Tantos años encerrada, posiblemente fantaseando con otros lugares, otros horizontes, ante el discurrir del Duero a sus pies. No todo el mundo está de acuerdo en que padeciera alguna locura. O quizá sí, quizá padecía un trastorno bipolar o algo similar… Siempre desde la duda y la imposibilidad de probarlo, aquí nos encontramos con otra lectura, la de una mujer de ideas modernas y mucho más liberales que las de la España de los Reyes Católicos. Una mujer que descubrió el amor en un matrimonio arreglado, una pasión de verdad, entorpecida siempre por el hecho de pertenecer y tener que actuar como reyes y reinas, en época convulsa.

   Sobre todo, Juana empezó a abrir su mente cuando empezó a recorrer los caminos que le llevaban a aquél amor.
Viajes que duraban meses, por tierra y mar, salvando tempestades, fríos y calores, sin los sistemas climatizadores de ahora, ni los modernos transportes, por supuesto. Viajó muchas veces, algunas embarazada, en esas condiciones.
   Desde esa posición privilegiada pudo observar y comparar cómo se vivía en unos y otros sitios. A veces incluso saliendo de incógnito con Felipe, conociendo de primera mano la vida popular en los mercados y tabernas.
   A través de la narración “redescubrimos” Fuenterrabía, Burgos, Zaragoza, Madrid, Toledo, Granada, Lerma… cerrando los ojos, podemos imaginar cómo eran entonces esas villas, la mayoría pequeñas pero bien dotadas con monasterios y conventos, además del castillo defensivo de rigor.
   De Flandes y sus encantos nos habla largamente. Una sociedad más abierta, culta, multicultural, tolerante, trabajadora y sobre todo emprendedora, que la oscura y maltrecha España que sin embargo empezaba a resurgir de sus cenizas con el “descubrimiento” de América. Ella misma recuerda cuando conoció a Cristóbal Colón y los indígenas que trajo con él, además de algunas muestras del oro que prometía.
   Juana fue educada como pocas mujeres lo fueron en aquel momento, y eso que ella se quejaba de la desatención que recibía de sus padres, en especial de él. Quizá por querer llamar su atención, se aplicó en sus estudios.

"Tendría doce años cuando la Latina me regaló por mi cumpleaños un libro que me absorbió. Se llamaba “Visión deleitable de la filosofía y las artes liberales”. Hasta que lo leí nunca había pensado cuán extraordinario era que nuestra especie hubiese llegado a deducir la existencia del alma, de las realidades externas e internas, ni me había percatado de lo insaciable y pertinaz que es la sed de saber de la que padecen nuestras mentes".
      
Juana de Castilla con sus hijos mayores, Leonor y Carlos, lienzo atriibuido a Nicolaus Alexander Mair von Landshut 
   Ella quería vivir más que gobernar, y por otro lado era capaz de discernir con mayor cordura entre el bien y el mal en las intrigas políticas que constantemente se sucedían a su alrededor. Y no se callaba. En muchas ocasiones se acogió al recurso de la huelga de hambre, dio la pista que necesitaban los demás para justificar apartarla del poder y dejar paso al hombre. O realmente así lo creían, realmente estaban convencidos de que no era una mujer en sus cabales, porque ninguna otra osaba hacerlo… o si lo hacía, no duraba mucho antes de ir a la hoguera.

   Los hombres no podían dejar que una mujer les gobernara. Su propio marido, Felipe, quien también la amaba locamente, no podía dejar que ella le superase. Su propio padre lo impidió mientras pudo. Su propio hijo Carlos se encargó de rematar la jugada, asegurándose de que nunca saliera de Tordesillas. Allí no sólo fue aislada del exterior y acallada, sino que también fue maltratada.

…Ciertamente que cualquier mujer nacida con su gran talento en el s. XVI se habría vuelto loca, se habría suicidado o habría terminado sus días en una cabaña aislada, apartada del pueblo, medio bruja, medio maga, temida y objeto de escarnio. 

Virginia Wolf, “Una habitación propia”.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Gioconda Belli

Una nicaragüense comprometida
 
  La escritora Gioconda Belli está de total actualidad. Militante sandinista hasta 1990 y excompañera de exilio de la actual vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo, es miembro del Grupo de los 27, integrado por intelectuales y académicos que han demandado cambios en el sistema democrático de Nicaragua desde 2016, antes de las elecciones en que Ortega fue reelegido para un tercer mandato.

  En Nicaragua, especialmente los estudiantes, ya no sólo pelean por las reformas al régimen de pensiones, sino por la corrupción, el nepotismo, la concentración de poder y las decisiones políticas que el presidente, Daniel Ortega, ha tomado durante los once años que ya acumula en el poder. La poeta y novelista Gioconda Belli calificó al presidente Daniel Ortega y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, como “una pareja autoritaria y ciega a la realidad” y les instó a dimitir como única salida a la crisis que vive su país.
  

   Poeta, novelista y activista nicaragüense, la obra literaria de Gioconda Belli (Managua, 1948) se caracteriza por su compromiso político y por rescatar y ahondar en el universo femenino, reivindicando el papel de las mujeres en la sociedad y en la construcción de la cultura.
   En 1972, con su primer libro Sobre la grama, revoluciona la poesía centroamericana al abordar sin tapujos la sexualidad femenina. Su activismo le llevó a militar en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y a ocupar durante un tiempo cargos de responsabilidad una vez los sandinistas derrocaron a Somoza. A partir de 1979 trabaja en el Departamento de de Propaganda del FSLN. Perseguida por la policía se exilia en México y Costa Rica, hasta que con el triunfo de la Revolución vuelve a Nicaragua, desempeñando diversos cargos en el nuevo gobierno hasta su renuncia en 1994. En esta época publica dos nuevos poemarios.
   Sin duda, el compromiso político y el sentir femenino son los dos temas fundamentales en una obra que ha contado desde sus comienzos con el respaldo de la crítica y del público.
  De familia acomodada, recibe una sólida educación. Comienza a publicar poesía en 1970 en revistas como El Gallo Ilustrado, Prensa Literaria y Nicaracuac
   Pronto se reconoce su talento: en 1972 recibe el Premio de poesía Mariano Fiallos Gil por Sobre la grama y en 1974 el poeta José Coronel Urtecho le dedica el ensayo Entrada a la poesia de G.B.. En 1978 obtuvo el premio Casa de las Américas por su libro de poemas Línea de fuego.
   
   En 1986 se recoge su obra poética en el volumen El ojo de la mujer.En 1988 publica la novela La mujer habitada, con gran éxito de crítica y público. Le siguieron Sofía de los presagiosWaslala o El pergamino de la seducción. Gioconda Belli se encuentra entre las escritoras latinoamericanas más leídas en América y Europa.
  Como novelista ganó el Premio Biblioteca Breve en 2008 con El infinito en la palma de la mano.  
   Su obra poética incluye los siguientes títulos: Truenos y arco iris (1982),  Amor insurrecto (1984);  De la costilla de Eva (1986); Poesía reunida (1989), Apogeo (1997), Fuego soy apartado y espada puesta lejos (2006), En la avanzada juventud (2013). Estamos ante una de las más importantes escritoras latinoamericanas de la actualidad.