sábado, 27 de febrero de 2021

Guillermo Martínez

Una constante conjetura

Lo policial, la lógica y la filosofía del lenguaje son los ingredientes de la obra del autor y matemático argentino Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962)
Sus comienzos literarios vinieron de la mano de un libro de cuentos, Infierno grande (1982) con el que obtuvo el Premio del Fondo Nacional de las Artes. A su primera novela, Acerca de Roderer (1992), traducida a varios idiomas, le siguió La mujer del maestro (1998) donde entre el mundo del maestro Jordán y su aprendiz se encuentra Cecilia, su mujer.

De 1993 a 1995 vivió en la ciudad inglesa de Oxford como estudioso de las matemáticas. De aquella experiencia nació Crímenes imperceptibles (2004), una novela policíaca traducida a 40 idiomas y llevada al cine en 2008 por Álex de la Iglesia con el título Los crímenes de Oxford, el mismo con el que fue publicada en España por Destino. La obra consiguió el Premio Planeta de Argentina, así como el Premio Mandarache de Jóvenes Lectores de Cartagena en su primera edición de 2006. Este es seguramente el título más popular de este autor, aunque haya destacado en otros ámbitos como el ensayo, con Borges y la matemática (2003) o en la narración con voluntad experimental en Yo también tuve una novia bisexual (2011).
En 2007 publica La muerte lenta de Luciana B, la venganza metódica urdida contra una joven por el escritor a la que le dictaba sus novelas. Unas muertes rodean a Luciana y ninguna puede ser casual. Los cuadernos de notas de Henry James y una Biblia de Scofield serán claves ambiguas en un pasaje sin retorno a la región más primitiva del mal.

Siempre cercano a la divulgación científica y literaria, publica los libros de ensayo La fórmula de la inmortalidad (2005), Gödel para todos (2010), en colaboración con el también matemático Gustavo Piñeiro y La razón literaria (2016).
Con Una felicidad repulsiva gana en 2015 el I Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. Su regreso al cuento, tras Infierno grande, con once relatos de temática familiar, erótica, fantástica y de horror que nos muestran cómo lo más querido está solo a un paso de volverse extraño, y cómo, en ocasiones, tocamos fondo sin saber muy bien por qué.

En 2019 llega el Premio Nadal para la continuación de Los crímenes de Oxford, Los crímenes de Alicia (Destino). Una novela que recupera los personajes de aquel gran éxito, el profesor Arthur Seldom y el estudiante argentino G. Ambos investigan, esta vez, una serie de asesinatos que parecen basarse en pasajes de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll.
No es la primera vez que las matemáticas se cruza con la literatura, el mismo Carroll era un lógico matemático. Incluso el primer premio Nobel de Literatura del mundo hispano fue para el español José Echegaray en 1904, que casualmente era matemático. Otros escritores como el chileno Nicanor Parra o el argentino Ernesto Sabato, por nombrar algunos, también eran amantes de las matemáticas y la física.

Guillermo Martínez recogiendo el Premio Nadal 2019

Guillermo Martínez utiliza un género híbrido que se basa en la filosofía por medio de reflexiones sobre el conocimiento humano, del lenguaje y, por supuesto, de la lógica matemática. Una marmita en donde todas las cosas pueden ser a simple vista de un modo y pero también de otro muy distinto.
Para plasmar todas estas ideas, el autor recurre a las escenas de una novela de la misma forma que una persona usa el lenguaje. Una manera distinta de exponer las posibilidades de la investigación en general y en particular la investigación policial. Un proceso complejo que acerca la literatura a la matemática ya que, a veces, tienen reglas, procedimientos y mecanismos similares.



lunes, 1 de febrero de 2021

Próxima reunión martes 2 de febrero de 2021 a las 6 en punto

Adrián es un adolescente muy peculiar. No sólo por los marcados rasgos autistas de su comportamiento sino porque es un séptimo hijo, lo que, en la tradición de la sierra, lo convierte en Lobisón. Ello, sumado a los extraños ataques que sufre algunas noches, provoca la incomprensión de todos, salvo de algunos familiares. Por eso se ha ido del pueblo y ahora vive con su hermano Zenón, la novia de éste y Compañero, su perro, en una furgoneta con la que vagan por España. 
   Ellos van buscándose la vida con negocios que bordean lo permisible, él alterna su colección de piedras y tebeos con su obsesión por un perro negro con el que reconstruir, y tal vez zanjar, las vivencias terribles de su niñez, marcadas por la confusa y violenta personalidad de su padre, Zacarías Zárate. 
   Y mientras intenta encontrar su lugar en el mundo de los adultos, Adrián se iniciará en el amor y el sexo.

Fuente: Lecturalia

Lobisón

Y entonces pasaba que...
       
Zacarías sufre esquizofrenia, en cambio su hijo Adrián autismo, es por ello que dicen estar malditos y
les toman por locos. Ambos, cuando están expuestos a situaciones de presión se vuelven violentos y huyen hacia las montañas. Un día, Zacarías, llevado por la locura, decide arrastrar a su hijo a una casa en lo alto de la montaña durante meses, allí todo se volverá irreparable para ellos. 

Adrián es un adolescente singular y diferente y es el séptimo hijo de Zacarías que a su vez es séptimo hijo. En la zona rural en la que viven les etiquetan como lobisones basándose en una oscura creencia que establece que a aquellos a los que no se le ha practicado el bautismo y si unos raros exorcismos se convierten en una especie de hombre lobo que desarrolla un gran instinto violento. El relato abarca varios periodos de la infancia y adolescencia de Adrián, principalmente su convivencia con el Zacarías Zárate, sin duda crucial; y su convivencia posterior con uno de sus hermanos, Zenón, y la novia de éste, la Choni y Compañero, un perro. Estos viven en una caravana y se dedican a negocios turbios.

Ópera prima del escritor murciano Ginés Sánchez, Lobisón (2012) es una historia de licántropos fuera de lo común, una novela con un personaje singular, disminuido psíquico y mudo, al que el autor le da la responsabilidad de contar el relato desde su perspectiva autista. La voz de Adrián construye oraciones agramaticales, repite fórmulas discursivas bastante toscas, se demora en la referencia de datos irrelevantes. El protagonista tiene un estilo simple de contar la historia que engancha al lector con su particular visión del mundo. El autor para darle dinamismo al texto incorpora otra voz en primera persona, la de Zacarías Zárate, recogida en un breve epistolario del que su hijo Celestino es el destinatario, ampliando y profundizando en la parte psicológica del personaje, contándole su día a día en la convivencia, el trabajo y sus perturbables manías.

Ginés Sánchez nos trasmite las claustrofóbicas sensaciones de sus personajes, los miedos y maltratos de Adrián a la hora de tratar relacionarse con los de su edad, o la paranoia y malestar constante de Zacarías en el momento de tratar de normalizar su vida. A lo largo de la novela se va desgranando las diferentes maneras de sufrir de todos aquellos que se cruzan con el protagonista ya que no saben cómo tratarle y es por ello que, cuando le maltratan ataca de manera desproporcionada a pesar de que trata de controlarse.  Una narración inquietante y salvaje, un testimonio sobre la crueldad hacia lo diferente.
 

Aunque los propios personajes de este relato envuelvan los sucesos introduciendo justificaciones mágicas o míticas, lo cierto es que esta es una novela naturalista. El determinismo biológico y el medioambiental son los que explican los comportamientos extremos, deshumanizados en ocasiones, de los personajes, así como sus destinos fatídicos. El componente mágico aporta ambigüedad y estimular la imaginación del lector. Esa combinación de elementos naturalistas y mágicos, funciona.

A destacar el personaje de Zenón, único hermano que se apiada de Adrián y cuya forma de vida es relatada por el protagonista, con trapicheos de droga y escenas eróticas muy animalizadas.

Radical, original y arriesgada, Lobisón no dejará indiferente al lector con cruentas escenas que sintetizan la esencia de un mundo implacable con los seres humanos, Sin duda, un relato que removerá a los lectores más susceptibles.