miércoles, 3 de abril de 2024

Un amor

La incomodidad


La historia de Un amor (Anagrama, 2020) no es romántica. Ocurre en La Escapa, un pequeño núcleo rural donde Nat, una joven e inexperta traductora, acaba de mudarse. Su casero, que le regala un perro al que llamará Sieso, como gesto de bienvenida, no tardará en mostrar su verdadera cara, y los conflictos en torno a la casa alquilada –una construcción pobre, llena de grietas y goteras– se convertirán en una verdadera obsesión para ella.

El resto de los habitantes de la zona –la chica de la tienda, Píter el hippie, la vieja y demente Roberta, Andreas el alemán, la familia de ciudad que pasa allí los fines de semana– acogerán a Nat con aparente normalidad, mientras de fondo laten la incomprensión y la extrañeza mutuas.

La Escapa, con el monte de El Glauco siempre presente, terminará adquiriendo una personalidad propia, oprimente y confusa, que enfrentará a Nat no solo con sus vecinos, sino también consigo misma y su desconcierto vital y su desubicación no razonada. Llena de silencios y equívocos, de prejuicios y sobrentendidos, de tabús y transgresiones, Un amor aborda, de manera implícita pero constante, el asunto del lenguaje no como forma de comunicación sino de exclusión y diferencia. Un reflexión sobre el lenguaje, sobre el poder del lenguaje.

Sara Mesa nos hace replantearnos, en la página 67, los límites de nuestra propia moralidad. Un trueque que hace que las pulsiones más insospechadas de sus protagonistas van emergiendo poco a poco mientras, de forma paralela, la comunidad construye su chivo expiatorio.

«En muchos sitios una mujer sola es sospechosa. O tiene mal carácter o esconde algo»

La autora desmitifica el romanticismo y la vida en el campo en este perturbador relato sobre las dinámicas de poder en nuestra intimidad y todo lo que no nos decimos pero resuena en bucle en nuestras cabezas.

Los personajes de Un amor tienen conductas en apariencia extrañas o cuya justificación no es visible. Entonces se generan distintas lecturas: ¿por qué hacen cosas que incluso van contra sí mismos? ¿qué buscan? ¿qué quieren? Unas relaciones humanas, en sí, que no son ambiguas. Son complejas, están guiadas por numerosos hilos, pueden parecer contradictorias, pero suelen tener un sentido.

Nat no tiene zona de confort. La está buscando todo el tiempo. Siente siempre una marcada insatisfacción con su vida, un desajuste, su espíritu no encuentra acomodo en lo que le rodea, tiene un marcado deseo de libertad y, en algunos casos, de creación, pero no suele realizar el diagnóstico, no sabe el origen, no sabe la solución, por eso suele ir dando tumbos. Opina Sara Mesa, autora de la novela, que su protagonista es el personaje femenino más odiado de la literatura reciente.

Un amor, molesta porque incomoda, incomoda porque nos pone contra la pared, pared a la que te lleva poco a poco y en la que, finalmente te acorrala.

Un amor de Coixet


Isabel Coixet acepta el reto y filma una muy fidedigna versión cinematográfica sobre Un amor (2023), la historia de Nat interpretada por Laia Costa que, sin haber sido creada por ella, encaja a la perfección en su imaginario.

Una película que habla de sexo, que enseña el sexo y que se organiza alrededor del sexo de sus protagonistas. Se podría hablar de deseo, que es una forma más elegante de referirse a lo mismo sin pecar, pero no, en 'Un amor' la pasión mancha.

El último trabajo de Coixet consigue así un doble propósito. Por un lado, continúa con la meticulosa investigación de la intimidad que ha presidido toda su filmografía y, por otro, añade un elemento de inquietud, de interrogación asombrada, de alienación consciente, que a su manera contradice cada lugar común, cada gesto aprendido y, sobre todo, que enturbía.

Se trata de una película que incomoda desde el primer instante. Y ahí, en la incomodidad de una pantalla reducida a un cuadrado agobiante, se queda a vivir.

Lo mejor: Hovik Keuchkerian, ganador de la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, a la mejor interpretación de reparto por su personaje de Andreas, el alemán y un elenco de secundarios magníficos, como Hugo Silva, Luis Bermejo y Ingrid García Jonsson.

Lo peor: que la incomodidad intrínseca al relato pueda generar desconcierto en algunos espectadores.

Sara Mesa

La extrañeza


Sara Mesa nació en Madrid en 1976 y se trasladó con su familia a Sevilla siendo niña, ciudad en la que actualmente reside.

La autora es conocida fundamentalmente por su obra narrativa, con libros de cuentos como La sobriedad del galápago (2008), No es fácil ser verde (2009) y Mala letra (2016)​ y las novelas como El trepanador de cerebros (2010), Cara de pan​ (2018), y Un amor (2020, considerada la mejor novela del año por El País, El Cultural y La Vanguardia)​

Cada una de sus novelas ha recibido grandes elogios, ninguna escapa a la tesitura del enfoque de las luces: Un incendio invisible ganó el Málaga de Novela en 2011, Cuatro por cuatro llegó a la terna de finalistas del Herralde en 2012 y fue un punto definitivo para proyectarla a nivel internacional y con Cicatriz ganó el Premio Ojo Crítico de Narrativa en 2015.

En 2022, publica La familia (Premio Cálamo Extraordinario y Premio Andalucía de la Crítica), un libro de gente angustiada y buena para camuflarse. Hay un padre, una madre, unos hijos y otros más que llegaron sin planearse y todos parecen estar esperando instrucciones.

Algunos de los temas recurrentes de Sara Mesa son los abusos de poder, las relaciones cotidianas conflictivas y la búsqueda de la libertad, especialmente en el mundo infantil y adolescente. De su estilo literario se ha destacado su capacidad "para crear atmósferas intrigantes, turbadoras, incluso terroríficas sin despegarse de lo reconocible, indagando, metiendo el dedo, hurgando en lances, escenarios y emociones, dando a sus personajes una profunda dimensión psicológica, inquietante a más no poder" con "una prosa de limpieza desconcertante, extraña, escueta, ágil" .

«La escritura es para mí una especie de excavación: se llega a un hallazgo, pero hay que picar duro para encontrarlo», comenta la escritora.

Sara Mesa aparece también en numerosas antologías como Pequeñas resistencias 5. Nuevas voces del cuento español (Páginas de espuma, 2010), Diez bicicletas para treinta sonámbulos (Demipage, 2016), Riesgo (Rata, 2017), Tríos (Anagrama, 2018), Humor negro (La Fuga, 2018) y Tsunami (Sexto Piso, 2019), entre otras.

También es autora, junto con el escritor Pablo Martín Sánchez, de Agatha (La uÑa RoTa, 2017), donde cada uno de los autores escribe su versión de una historia esbozada por Herman Melville y de Perrita Country (Páginas de Espuma, 2021), un texto ilustrado por el dibujante Pablo Amargo sobre la convivencia con animales.

En 2019 publicó Silencio administrativo, un ensayo sobre la crueldad burocrática a la que están sometidas las personas en situación de pobreza extrema basado en un caso real.

Sara Mesa cree que cuando alguien empieza a leer un libro suyo «...tiene que aceptar las reglas del juego. Imagino que hay gente que no entra, que no le gusta, que le parece inverosímil. O perverso. Pero si entras en las coordenadas del pacto que propongo es un mundo verosímil y habitable. Y, como ocurre en la vida real, no es fácil tomar partido por las cosas»

domingo, 3 de marzo de 2024

Nagasaki

Una ciudad portuaria y cosmopolita desbordante de color


Para Shimura, protagonista de La Intrusa, Nagasaki se encuentra dentro de un armario con respecto a Japón. Escondida y oculta, su pasado antiguo y más reciente la relega a un plano dentro de un oshiiré.
Pero Nagasaki, con aproximadamente 400.000 habitantes, no es una ajetreada metrópolis, pero si una ciudad llena de vida y con mucho que ofrecer. Por su ubicación en un golfo situado en la zona oeste de la isla de Kyushu y, por tanto, relativamente cerca del resto del continente asiático, en su día estuvo abierto al comercio internacional durante el largo período en el que Japón fue una nación completamente aislada del mundo. Esta animada ciudad portuaria, anclada en medio de una zona montañosa, es famosa por su colorido, encanto e influencia internacional.


Nagasaki, cuyo nombre significa "cabo largo", es una ciudad fuertemente influenciada por la cultura china, de ahí que cuente con un barrio chino, varios templos confucianos y múltiples restaurantes de comida china. El Festival Kunchi, a principios del otoño, y el Festival de Farolillos de Nagasaki, a finales de invierno, son dos acontecimientos espectaculares caracterizados por sus decoraciones luminosas y bailes de dragón.


Pero si te apasiona la historia europea, la ciudad fue fundada en 1571 por navegantes portugueses. Originalmente fue una villa puerto de poca importancia hasta la llegada de estos exploradores.

La pequeña villa puerto se convirtió rápidamente en una ciudad portuaria diversa por la cual ingresaron muchos productos importados de Portugal (como el tabaco, el pan, el tempura, el bizcochuelo, y nuevos estilos de vestimenta). Muchos de estos productos fueron asimilados por la cultura popular japonesa. Los portugueses también trajeron consigo muchos productos de origen chino.

Compitiendo con los portugueses, los neerlandeses se fueron introduciendo en Japón silenciosamente para esta época, a pesar de la decisión oficial del shogunato de terminar definitivamente toda influencia extranjera en el país. Durante la rebelión Shimabara (finales de 1637-comienzos de 1638) disparando contra los cristianos, los neerlandeses demostraron que su interés era exclusivamente comercial y a favor del shōgun. Por tal motivo en 1641 les fue otorgado Dejima, una isla artificial en la bahía de Nagasaki, como base de operaciones. Desde esta fecha hasta 1855 el contacto de Japón con el exterior se limitó exclusivamente a Nagasaki.

Tras la llegada del comodoro estadounidense Matthew Perry a Japón en 1853, el shōgun decidió abrir las puertas del país nuevamente. Nagasaki se convirtió en puerto libre en 1859 y la modernización comenzó en 1868. Con la restauración Meiji, Nagasaki se convirtió rápidamente para asumir cierto dominio económico. Su principal industria fue la construcción de embarcaciones.

En el jardín Glover pueden contemplarse distintas residencias extranjeras y otros edificios de estilo occidental que fueron construidos hacia finales del siglo XIX. Las vistas del puerto que puedes disfrutar desde la antigua residencia Glover merecen la pena. 

Pero no podemos olvidar que Nagasaki fue el segundo objetivo de la bomba atómica lanzada durante la Segunda Guerra Mundial, un acontecimietno al que rinden homenaje varios lugares conmmemorativos. Así tenemos el Parque de la Paz, un crudo recordatorio de la devastación causada y el Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki que trasmite un mensaje de paz, esperanza y resiliencia.


viernes, 1 de marzo de 2024

Éric Faye y como sobrevivir en Nagasaki


Éric Faye (Limoges, 1963) es escritor y periodista de la agencia de prensa Reuters. Autor de relatos, ensayos, relatos fantásticos y novelas, ha sido laureado con el Premio de Les Deux Magots, el premio Unesco-Françoise Gallimard y con el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, que recibió en 2010 por su novela La intrusa.

Publicó sus dos primeros libros en 1991: un ensayo sobre el escritor albanés Ismail Kadare y un compendio de entrevistas con este mismo autor. Sacó al año siguiente su primera ficción, El general Soledad (Le Général Solitude), una nouvelle, en la revista Le Serpent à Plumes, que tres años más tarde desarrollaría en una primera novela epónima. En 1998, su conjunto de nouvelles fantásticas, Soy el guardián del faro (Je suis le gardien du phare), obtuvo el Premio de los Deux Magots.

Su obra se divide entre novelas, a menudo de carácter absurdo o impregnadas de lo fantástico, entre ellas, Crucero en mar de lluvias, o La intrusa, ambas premiadas ; y ensayos y relatos, entre los cuales figura Mis trenes de noche, inspirados en los viajes a través de Asia y Europa.

Dirigió un número sobre Kafka, (Autrement, 1996) y tomó parte en la edición de las obras de Ismail Kadare en las ediciones Fayard.

La intrusa. Como sobrevivir en Nagasaki.

Ganadora del Gran Premio de la Academia Francesa, La intrusa (Salamandra, 2013) de Éric Faye se basa en un caso real para explorar el influjo que la memoria de los lugares que habitamos ejerce sobre nuestra conciencia.

De profesión meteorólogo, Shimura lleva una vida solitaria y metódica que transcurre con precisión milimétrica entre el trabajo y su casa, un microcosmos de orden y pulcritud a las afueras de Nagasaki. Sólo el canto ensordecedor de las chicharras es capaz de alterar una rutina tan previsible hasta el día en que Shimura cree percibir pequeños cambios en la impoluta organización de su hogar: un yogur que desaparece de la nevera, el zumo de naranja que se evapora, la tetera fuera de su lugar habitual. No parece obra de un ladrón, pues todos los objetos de valor siguen en su sitio. ¿Se trata, pues, de una amante despechada, de un espíritu en busca de venganza, o incluso peor, de una alucinación?

Para dilucidarlo, Shimura instala una cámara en la cocina y, perplejo, descubre la presencia de una mujer desconocida, una intrusa que lleva un año viviendo en un armario (oshiiré) de la casa, debido a su precaria situación.

Esta okupa encontró que la casita de aquel pobre tipo de mediana edad, soltero y sin hijos, y con una rutina perfectamente definida, era lo ideal para mantenerla a salvo de la dureza de las calles. Y Éric Faye vio que ahí había una historia muy interesante para desarrollar, por supuesto, rellenando los huecos originados por la falta de datos precisos con sus propias elucubraciones.
“Me llamó la atención que un hombre y una mujer compartieran el mismo espacio, durante un año, y que uno de ellos no supiera durante ese periodo de la existencia del otro. Me pareció extraordinario que una mujer viviera clandestinamente en la casa de un hombre durante ese tiempo.”
Estos hechos sirven, “de cierta manera, de trampolín, porque la realidad sobrepasa nuestra imaginación y yo no me hubiera atrevido a escribir una historia así, porque seguramente habría considerado que no se sostenía por sí sola”, señala. “La realidad nos entrega historias que, a veces, nos sería difícil poder imaginar”.

La intrusa habla de soledad, de incomunicación y vacío De manera casi imperceptible, la novela cuestiona nuestra manera de vivir y de relacionarnos con los demás, y su lectura perdura como un temblor de tierra, inofensivo pero indeleble.

Faye logra tejer una historia en la que más que sus peculiares acciones y diálogos, destacan por encima de todo sus dos personajes principales, casi únicos: Shimura Kobo, hombre solitario al que le entran y se le acomodan en casa y tarda o quiere tardar bastante en darse cuenta, y la mujer pasivamente desesperada que adquiere los hábitos de un fantasma-parásito con increíble destreza. Dos seres prácticamente aislados y sin vida social y afectiva (por mucho que el hombre tenga trabajo y cierta hermana a la que alude vagamente), que comparten una casa durante un año entero.

En la obra hay una reflexión hermosísima sobre las casas que dejamos de habitar, lugares que, sea como sea, creemos que aún nos pertenecen por el simple hecho de que las ocupamos en algún momento de nuestras vidas.

La novela parece creada por un artesano oriental más que por uno europeo, porque Faye sigue las pautas minimalistas y armónicas que suelen guiar a los creadores del extremo oriente a la hora de generar sus obras. Faye se caracteriza por no levantar el tono y, en esa templanza buscada, se oye la violencia subyacente, el dolor y, sobre todo, la melancolía, así alcanza una sobriedad y una eficacia propias de una estampa japonesa.

Y todo en Nagasaki, porque nombrar a Nagasaki nunca nos deja indiferentes.

lunes, 5 de febrero de 2024

María, la Bonita

"A la gente de mar"



En "María la Bonita" (Juventud, 1998) del escritor Elías Meana, se narran las vicisitudes de unos trabajadores de la mar, que no solo se enfrentan a la dureza de los elementos. En un período histórico marcado por los conflictos entre España e Inglaterra, y en una mar plagada de piratas, también han de empuñar las armas en numerosas ocasiones para defender sus vidas.

La obra obtuvo en 1998 el II "Premio Literario Nostromo. La aventura marítima", un premio dedicado a la narrativa viculada a la navegación en el mar.

María la Bonita es una goleta mercante de dos palos, 117 pies de eslora por 22 de manga y 184 toneladas de desplazamiento y que fue construida en el año 1794. Navega a lo largo de los más de cien días que dura el viaje entre Cádiz y la costa chilena, unas siete mil millas. Tripulación y goleta han de sortear a los hombres que quieren arrebatarles su libertad y sus bienes, y lidiar con la mar, que enloquecida los arrastra hasta el cofín del mundo.

De la mano del grumete Antonio, conoceremos las historias de sus compañeros de tripulación. La inquebrantable amistad que une al "Viejo" Don Luis y a Don Álvaro, su relación con Andrés, el Ovejero, la presencia de unos pasajeros muy particulares, los jesuítas Carlos y Javier, las anecdotas con Macias, el cocinero y hasta nos retrata una gata que merodea por cubierta.

En esta aventura viviremos los ataques de los ingleses, el contrabando, la llegada a puerto pero también la camaradería y el cumplimiento de la ley del mar.

Quizás lo más complicado de adentrarnos en esta obra haya sido el vocabulario técnico marítimo, en algunos capitulos más denso que en otros, que aunque el autor haya tenido la deferencia de incluir al final del libro un glosario de términos y acepciones náuticas, puede resultar tedioso para la lectura y su comprensión

Los navegantes, los exploradores, la vuelta al mundo, las islas, los naufragios son muchos de los temas que hacen que la literatura náutica sea tan atractiva. Melville, Hemingway, Defoe, London, Conrad, Kipling, entre muchos otros, con sus títulos más conocidos, nos sumergen en un mundo de aventuras en alta mar y en esa profunda conexión entre el ser humano y el océano. 

Con Elías Meana y su María la Bonita zarpamos a una travesía literaria única donde confluyen todos los elementos que nos transportan a la vida del mar y sus marineros. 

jueves, 1 de febrero de 2024

Elías Meana

Háblame del mar, marinero


Este oficial radioelectrónico de la marina mercante de la Escuela Oficial de Náutica de Barcelona, llamado Elías Meana Díaz (Salamanca, 1946), tras seis años de navegación, ingresó en el Servicio Marítimo de Telefónica donde presto servicio como operador de las estaciones de onda corta de Aranjuez y Pozuelo del Rey Radio. 

En diciembre de 1982, estando destinado en la jefatura del Servicio, solicitó permiso sin sueldo, para incorporarse como oficial de radio en la goleta Idus de Marzo, durante la primera expedición española a la Antártida que partió del puerto asturiano de Candás para recorrer las islas de la península antártica visitando las bases científicas allí emplazadas, finalizando su periplo en Punta Arenas (Chile) el 29 de marzo de 1983. Elias Meana describe su primer contacto en aguas antárticas como una sensación de paz, pero “con cierta incertidumbre”.

Posteriormente, formó parte en 1986 del equipo que construyó la Base Antártica Española Juan Carlos I, siendo designado jefe de la misma durante la siguiente campaña (1988/1989). Elías confiesa que fue una experiencia extraordinaria y todo un orgullo. Durante varios años siguió colaborando en tareas logísticas en el Programa Nacional Antártico.

Patrocinado por Fundación Telefónica, desarrolló y llevó a cabo en 1998 el proyecto Zaire, cuyo propósito era dotar a misioneros y organizaciones no gubernamentales con equipos de radio que les permitieran comunicarse entre ellos y, sobre todo, con la potente estación de la embajada española en Kinshasa. Llegaron a instalar 28 pequeñas estaciones de radio, algunas de ellas capaces de comunicar directamente con España gracias a los medios técnicos y operativos que Telefónica puso a disposición del proyecto.

Tras su prejubilación a los 53 años, no ha dejado de estar cerca del mar y de su gente, interés que claramente se refleja en su carrera literaria.

Como autor de literatura náutica es un especialista en narrativa marítima del siglo XVIII y principios del XIX. Así que publica en 1998 su primera novela, María la Bonita, una goleta mercante del siglo XVIII que fue II Premio Nostromo. La obra trata de las vicisitudes de unos trabajadores de la mar, que no sólo se enfrentan a la dureza de los elementos. En un período histórico marcado por los conflictos entre España e Inglaterra, y en una mar plagada de piratas, han de empuñar las armas en numerosas ocasiones para defender sus vidas.

Luego vinieron Ganando barlovento (Noray, 2001) cuyo protagonista, Rodrigo Carreño, es un marino de origen asturiano y afincado en Cuba que a principios de 1809 es capturado por los ingleses, y desde ese momento se fija dos metas: volver a la libertad y tomar venganza. No se plantea cómo o cuándo conseguirá "ganar barlovento" pero está seguro de que tarde o temprano lo conseguirá y regresará con los suyos, y Capitán de fortuna (Noray, 2002) , una historia de superación y fuerza sobre el naufragio de un bergantín a principios del siglo XIX que se produce cuando iba navegando hacia el cabo de Hornos.


Con Entre dos banderas (Noray, 2004) y Los silencios de Atlántico (Noray, 2012), basadas en hechos reales, el escritor ha pretendido dar luz al desconocimiento que existe acerca del papel que los marinos mercantes, jugaron tanto durante nuestra Guerra Civil, como en la Mundial.
Entre dos banderas,: los que nunca contaron es una novela que narra las visicitudes de unos héroes anónimos, marinos mercantes españoles, que, fieles al gobierno legalmente constituido, cumplieron calladamente con su labor durante la Guerra Civil Española, se exilaron a los EEUU y llegaron a formar parte de los convoys aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
En Los silencios del Atlántico (Noray, 2012), Elías Meana se adentra en una trama sobre la encubierta cooperación que, en connivencia con el régimen de Franco, determinados buques mercantes españoles mantuvieron con la Marina de Guerra Alemana (Kriegsmarine), a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, suministrando combustible y otros avituallamientos a los submarinos alemanes que operaban en el Atlántico.

Además de literatura marítima, Elías Meana, motivado por la experiencia antártica, escribió en 2005 El Piloto Azul, ¡Intrusos! y Aventura en el Mar Helado, una trilogía dirigida a los más jóvenes con el fin de que conozcan la Antártida y la protejan. El punto de partida es una antigua leyenda, en la dictaba que el que descansaba entre los hielos milenarios y su piel se teñía de azul se convertía en un héroe defensor de las tierras polares. El autor pretende acercar al lector a esos lugares virginales, haciéndole disfrutar de una auténtica aventura de navegación al estilo clásico. Los protagonistas: el Piloto Azul y sus amigos, Dos Pelos y Rascasota, apoyados por toda la fauna antártica, deberán poner en práctica todas sus habilidades a fin de paliar los problemas que estos y otros intrusos crean al Continente Blanco.
Elías Meana pertenece a la llamada "La Orden del Meteorito" y tiene una placa con su nombre en la que reza esa distinción en el Paseo de las Letras. Durante 5 años fue coordinador del Club de Lectura de la Biblioteca Pública Mercedes Mendoza y participó de forma activa en el III Encuentro de Clubes de Lectura de la Región de Murcia. Muchos de vosotros lo conocéis porque hemos disfrutado de su grata compañía en algunas de nuestras cenas. 

Ante todo, Elías Meana es marino, es escritor y sobre todo, amigo.

lunes, 8 de enero de 2024

También esto pasará

Todo sobre mi madre


Milena Busquets narra la vida de Blanca tras la muerte de su madre. Blanca es una mujer que se ha separado dos veces y procura vivir sin ataduras, no sin complicaciones, “la ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo”

Partiendo de lo íntimo, la escritora rompe fronteras y convierte en literatura las vivencias personales de un verano en Cadaqués logrando una novela que que se tradujo con inusitada rapidez al inglés, francés, alemán, italiano y portugués, hasta llegar a más de treinta lenguas.

Cuando era niña, para ayudarla a superar la muerte de su padre, su madre le contó un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: «También esto pasará» Y la madre añadió: «El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad»

La novela se detiene en tres aspectos:

En primer lugar, la gestión de la muerte de su madre, “estaba empezando a decidir a qué distancia exactamente quería vivir de ti. Es un difícil equilibrio, resulta más fácil guardar distancia con los vivos”

En segundo lugar, la relación con el sexo y los hombres, “hay hombres que no tienen radar sexual, o que apenas lo usan, solo cuando lo necesitan y luego lo apagan. Y hay otros que lo tienen encendido permanentemente, incluso cuando duermen. La civilización subsiste gracias a los primeros, el mundo gracias a los segundos”.  Para Blanca, el sexo es el único estallido de vida que vence a la muerte cada vez que se le convoca, “lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo”, mientras razona que “el sexo me gusta porque me clava en el presente. Tu muerte también”.

Y, por último, las reflexiones en torno a una vida vivida y exprimida algo que toma sentido a partir de la contraposición con la muerte que ahora le toca de cerca, “tal vez todos nos quedamos siempre con algún viaje pendiente, planeamos viajes cuando ya son imposibles, como si intentásemos comprar tiempo aun sabiendo que el nuestro se ha agotado y que nadie puede regalarnos ni un solo minuto más. Debe de ser intolerable tener todavía los ojos abiertos y pensar que hay lugares que ya no volverás a ver nunca, que se cierren las posibilidades antes que los ojos”.

Cadaqués (Girona)

Blanca es disfrutona, despegada, alegre, intensa, impulsiva y reflexiva, vive su madurez con ligereza y desparpajo. Es un complicado equilibrio entre la vida y la responsabilidad. La elegancia no la pierde durante toda la novela, aunque la situación se vaya complicando, Blanca mantiene la compostura.

Milena Busquets gestiona lo profundo del dolor de la perdida, la ausencia, la muerte y las relaciones complicadas con su madre. Y la novela avanza gracias a un entorno maravilloso, el las amigas, los hijos, los exmaridos, los extraños, todos guapos, ricos y con unas ganas locas de vivir.

También esto pasará es un libro que traspira frescura, que refleja perfectamente la forma de ser y de estar en el mundo de la protagonista. Una novela donde destacan las descripciones vistosas y los diálogos espontáneos.

Milena/Blanca cree que somos más las cosas que hemos perdido que las que tenemos, refieriendose a lo que queda de su madre en ella tras sue muerte, porque aquellos a quienes hemos amado no pueden desaparecer sin más.

viernes, 5 de enero de 2024

El anillo del rey



Una vez, un rey de un país no muy lejano reunió a los sabios de su corte y les dijo:

– «He mandado hacer un precioso anillo con un diamante, con uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar, oculto dentro del anillo, algunas palabras que puedan ayudarme en los momentos difíciles. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa debajo del diamante de mi anillo».

Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados… pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada en que ajustara a los deseos del poderoso rey.

El rey tenía muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, que había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como la familia y gozaba del respeto de todos. El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y éste le dijo:

– “No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje”

– «¿Como lo sabes preguntó el rey”?

– “Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un maestro. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje”.

En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey.

– “Pero no lo leas», dijo, mantenlo guardado en el anillo. Ábrelo sólo cuando no encuentres salida en una situación”.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y su reino se vio amenazado.

Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle.

Caer por él, sería fatal. No podía volver atrás, porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.

Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para el momento…

Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

En ese momento fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio.

Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio. Ya no se sentía el trotar de los caballos.

El rey se sintió profundamente agradecido al sirviente y al maestro desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejército y reconquistó su reinado.

El día de la victoria, en la ciudad hubo una gran celebración con música y baile…y el rey se sentía muy orgulloso de sí mismo.

En ese momento, nuevamente el anciano estaba a su lado y le dijo:

– “Apreciado rey, ha llegado el momento de que leas nuevamente el mensaje del anillo”

– “¿Qué quieres decir?”, preguntó el rey. “Ahora estoy viviendo una situación de euforia y alegría, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo”.

– “Escucha”, dijo el anciano. “Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero”.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje… “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”

Y, nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba. Pero el orgullo, el ego había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno.

Entonces el anciano le dijo:

– “Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche; hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.”

jueves, 4 de enero de 2024

Milena Busquets

A la sombra



Nacida y educada en el seno de la más exquisita Gauche Divine barcelonesa, Milena Busquets Tusquest (Barcelona, 1972) estudió en el Liceo Francés y se licenció en arqueología en el University College de Londres. No estaba, sin embargo, su vida abocada a las excavaciones, sino al negocio editorial ya heredado de su abuelo.

Hija de la editora y escritora Esther Tusquets y del poeta Esteban Busquets, trabajó durante muchos años en Lumen, editorial que su familia había creado a principios de los años 60 y que fue vendida a Random House cuarenta años después.

Milena posteriormente fundó su propia editorial. trabajó para una revista del corazón y fue relaciones públicas de una conocida marca de moda. Actualmente trabaja como periodista y traductora.

Trabajó junto a su madre primero en Lumen y a continuación, tras la venta a Mondadori, en la independiente RqueR, fundada por las dos, en edad ya muy madura de Esther, que consiguió mantener a algunos de los grandes, como Miguel Delibes o Martín Garzo. Milena Busquets confiesa (o se congratula de) no haber leído nunca los libros escritos por su madre.

Publicó su primera novela en 2008, Hoy he conocido a alguien, una novela de iniciación sobre la dificultad de crecer y las distintas posibilidades y limitaciones del amor. Pero la mayoría de los lectores conocemos a Milena Busquest por su segunda publicación, También esto pasará (2015), un éxito de ventas que despertó un gran interés crítico y editorial. Una historia sobre el dolor que supone perder a alguien querido. Una novela autobiográfica en torno a la muerte de su madre: «La reflexión desolada por la muerte convive con el instinto de vivir en una novela cuya apariencia leve es solo un hábil engaño literario para hablar de todas las querencias humanas con desenfado y a la vez con hondura e intensidad emocional»

Después vinieron Hombres elegantes y otros artículos (2021), instantáneas sobre la vida, los sueños o recuerdos de la autora que aparecen en los artículos publicados en la contraportada de El Periódico de Cataluña durante tres años que tratan desde temas literarios a historias aparentemente fútiles, y Gema (2021) que evoca a una compañera de clase del Liceo que falleció a los 15 años. Una novela sobre el pasado que creemos haber olvidado pero que nos persigue, sobre las pérdidas que nos marcan y la necesidad de despedirse. Sobre las ganas de vivir y las pequeñas alegrías de lo cotidiano, sobre el amor y sobre las amistades que nos acompañan incluso después de desaparecer.

Su última novela, Las palabras justas (2022), publicada por la editorial Anagrama, es un dietario breve y honesto que repasa doce meses de la vida de la escritora. En estas páginas asoma la vida: los hijos, las clases de yoga, las visitas al psiquiatra, los encuentros fortuitos, los reencuentros, los paseos por el barrio, la escritura como una gimnasia diaria... Y el amor, siempre el amor: «En el amor nada es una pérdida de tiempo, todo sirve, la experiencia más banal, más absurda, más ridícula, más humillante, más dolorosa, sirve, nada cae nunca en saco roto. Es imposible perder el tiempo con el amor, enamorarse -aunque solo sea durante dos días, aunque sea tontamente, aunque sea por despecho o por aburrimiento o por curiosidad- sirve siempre precisamente para lo contrario, para ganar tiempo.»

Para Milena Busquets, la autoficción la ha llevado a reconocerse por fin como escritora ("hasta ahora sentía que tenía que pedir permiso para escribir, pero eso se acabó") aunque un tiempo, decidió apartarse del mundo editorial para trabajar en Loewe o en la revista Lecturas. Sin embargo, no tardó en volver al sector que más le interesa, ya que como ha explicado "los mundos, como los amores, hay que elegirlos".