Un puzle de supervivientes
Transcurre en 2011 pero también en 1930, y Jaca es Sagunto e incluso el campo de concentración de Jasenovac en el Estado Independiente de Croacia. Las historias se cruzan, y lo hacen sin importar el tiempo ni el espacio. Así es Valor (Seix Barral, 2015), cada personaje vive en su propio tiempo, pero lo hace simultáneamente al del resto.
"fluye eternamente, no hay futuro ni pasado, todo es presente y nada tiene consecuencias" - Flor -
En Valor conviven varios tempos y "héroes": Una mujer de mediana edad recién divorciada y exdirectora de una caja de ahorros que afronta, con su hija quinceañera gogó de discoteca, su exclusión social por haber vendido preferentes; un militar republicano y su aliado aristócrata que participan en la sublevación de Jaca en diciembre del año 1930; un monje franciscano croata que colabora en el exterminio de serbios, comunistas, judíos y ortodoxos en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial; y, finalmente, un joven gigoló de origen libanés en las playas invernales de Benidorm. Todos ellos se enfrentan a situaciones en las que deben asumir un riesgo ante lo que es un valor supremo, el dinero, la revolución, la fe, frente a una débil conciencia. Una novela en la que se aborda la complejidad humana y sus contradicciones.
Clara Usón le añade la habilidad para mezclar planos con la capacidad de empatizar o no con unos personajes, víctimas a la vez que verdugos. Es difícil hacer convivir todos estos planos y más cuando algunos tienen base histórica, como el levantamiento republicano de Fermín Galán o la cruzada católica del fascista croata Ante Paveli, que terminó refugiado en España.
La sorprendente y fascinante propuesta narrativa tiene al menos dos fines: uno, el de evitar las transiciones.
"Borges decía que no le gustaba la novela por los pasajes de transición. La verdad es, como escritor, te aburren, y como lector, también. Así que me propuse escribir una novela que no los tuviera. Una novela que tuviera la intensidad de un cuento", dice la autora
El otro fin es en realidad un espejo, porque, dice Usón, aquellos años, los 30, no eran tan distintos al presente.
"Había, como hoy, una sensación de fin de ciclo. Las instituciones estaban podridas, había una crisis económica tremenda y una desigualdad igualmente tremenda. Todo el mundo pensaba que España había que reconstruirla, de la misma manera en que lo pensamos hoy. De ahí también un poco la idea del tiempo como algo que sucede siempre en el presente, porque en realidad lo que hace la Historia es avanzar en círculos. No progresa, siempre se repite", asegura la escritora.
Todos los personajes están llenos de contradicciones. Fermín Galán, un militar español que encabezó La Sublevación de Jaca de 1930 .Republicano convencido, pide que lo destinen a Marruecos, aunque desaprobaba la guerra colonial, en su momento, propone a Alfonso XIII un plan de paz, que el rey ni entiende ni le interesa. Galán, un hombre que cree en una educación igual para todos, los derechos de las mujeres, la desaparición del ejército y la Iglesia y el feudalismo europeo, un hombre que valora más el honor que su propia vida y está dispuesto a morir por sus ideales.
Junto a él y entre otros, destaca Luis Duch, un joven de familia acomodada que se siente atraído por las ideas y el empuje de Fermín Galán y que participará en la insurrección con entusiasmo.
Ya en la actualidad, conocemos a Mati, directora de una sucursal bancaria, que ha vendido preferentes incluso a su madre, cuya vida personal también es un desastre, su marido Paco, la ha abandonado para marcharse con una mujer más joven y Mati no puede superarlo.
El único apoyo de Mati es su amiga Flor, que ha perdido todos sus ahorros a manos de su amiga, y que desde que descubrió las terapias alternativas, regenta una tienda de productos naturales. Flor cree en la armonía universal y en que la vida es como un río, sin limitaciones de espacio ni de tiempo.
Mati, tiene una hija, Mar, una adolescente de 15 años, que odia ha su madre, ha perdido a su mejor amiga por culpa de una pelea, no va demasiado bien en los estudios, trabaja como gogó en una discoteca sin que su familia lo sepa y se refugia en las redes sociales para descargar su frustración y soledad.
Y también está Sam, un joven que se marcha a Benidorm un fin de semana, para ser el gigoló de una mujer mayor que le pagará dos mil euros por pasar unas horas por ella, dinero que necesita para pagar una multa o sino irá a la cárcel.
Luego en 1940, nos encontraremos al padre Casimiro, un sacerdote católico, que colaborará con los ustachas ( una organización terrorista basada en el fanatismo religioso), participará en la formación del Estado croata, un estado caracterizado por su política de diferenciación racial y en la creencia de la supremacía étnica del pueblo croata, al que consideraban germánico. El padre Casimiro destinado en el campo de concentración Jasenovac, colaborará en el asesinato de centenares de miles de serbios, judíos y partisanos, que murieron por el solo hecho de serlo.
Los tres capítulos que integran la novela muestran personajes que se ven en situaciones límite, de vida o muerte, y reaccionan con coraje, con temeridad o desesperación, o con cobardía o cautela, según sus caracteres y circunstancias personales.
En Valor, nos encontramos con lo mejor y lo peor del ser humano, con personas que son capaces de dar la vida por sus ideales y con otras que arrastradas por su ambición, su crueldad o su fanatismo cometen los actos más viles, sin importarles que otros tuvieran que pagar por ellos.