viernes, 9 de abril de 2021

Clara Usón

Volver al pasado como terapia del presente

(FIL de Guadalajara)

La hija del Este recibió en 2012 el Premio de la Crítica y lo recogió la escritora Clara Usón (Barcelona, 1961) siendo la primera mujer, en más de cincuenta años, en recibirlo. El libro es un relato basado en hechos reales sobre el suicido de la hija de Ratko Mladic, responsable de los crímenes de Srebrenica en las guerras de desintegración de Yugoslavia.

La escritora, entusiasta de la literatura rusa, suele tratar en sus obras temas dolorosos en contextos tan diferentes como la España de los años ochenta o los convulsos Balcanes de los noventa. Su estilo es directo y contundente ya que los hechos que describe son tan duros que no necesitan muchos adjetivos. Es una escritora comprometida con su relato.

Usón llegó a la literatura tras una crisis personal en la que "jugueteo" con la muerte. Su adicción a las drogas y a los fármacos la sumió en una espiral de autodestrucción que hizo que acabara internada en hospitales psiquiátricos y centros de desintoxicación. La única persona que se mantuvo a su lado fue la mujer con la que más había chocado en su vida, su madre. La que acudió a su rescate, convirtiéndose en su piedra de Sísifo. Se empeñó tanto en que no se suicidara que lo consiguió.
"Lo único que extraje de aquella experiencia fue mi determinación de no invertir ni un segundo más de mi vida en cosas que no me interesaran. Abandoné la abogacía y me hice escritora el día en que comprendí que era un milagro seguir viva."
Así que se sentó ante el ordenador y se puso a escribir con tanto ímpetu que enseguida ganó los premios Femenino Lumen (Noches de San Juan, 1998), Biblioteca Breve (Corazón de Napalm, 2009) y el Nacional de la Crítica (La hija del Este, 2012). Cuando se recuperó de la alegría de tanto premio se dio cuenta de que no sabía escribir y que tenía que aprender. A eso se dedica desde entonces.

En 2001 publica Primer vuelo (Modernos y Clásicos) donde se sirve del tema clásico de la búsqueda de la infancia perdida para retratar un insólito grupo de personajes, protagonistas de una historia tan divertida como dramática en donde también aparece la eterna comparación de los españoles con los franceses.

Gran admiradora de Chejov, en 2005 aparece El viaje de las palabras (Seix Barral), un divertido y original homenaje al escritor ruso desde el punto de vista el de una mujer de los años 80 que se despierta en la Rusia del XIX. Además de ser una conmovedora historia llena de humor, constituye una magnífica introducción a la obra de Antón Chéjov.
Siguiendo la línea de su "autor fetiche" escribe Perseguidoras (Alfaguara, 2007), una profunda y divertida reflexión sobre la vida de tres hermanas, muy distintas entre sí, pero que buscan la felicidad sin perder nunca la esperanza. La obra es un homenaje al drama "Las tres hermanas", de Chéjov, su "héroe literario particular".
"Pushkin, Bunin, Bulgákov, Gógol, que es divertidísimo, Lérmontov, Turguéniev, Tolstói y quizá el que menos me atraiga sea Dostoievski, porque a Chéjov no le gustaban sus novelas, decía que todos los personajes acababan pareciéndose y eran demasiado histriónicos. Pero estoy enamorada de la literatura rusa."
Con Valor (Seix Barral, 2015) ahonda en las heridas del pasado y en la mayor fractura del hombre contemporáneo. Tiempos, espacios y personajes se entreveran ante el asombro del lector, configurando una novela sobre la complejidad de la naturaleza humana y sus contradicciones.


En 2018 publica El asesino tímido (Seix Barral), una novela en la que entremezcla el recuerdo de sus años bajo el influjo de las drogas con las biografías de la actriz del destape Sandra Mozarowski y del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein. A través de la historia de Sandra, Usón narra también la suya: la de una joven que, como sus compañeros de generación, fue adolescente en la Transición y buscó la libertad, transgredir lo prohibido. Usón narra la historia de su caída, de sus días en el hospital, unos días que se parecieron mucho a los que pasó Sandra en coma antes de fallecer.

El suicidio aparece en todas y cada una de sus novelas. La autora vuelve a él inevitablemente.
"Es mi obsesión. Cuando tengo un problema, no lo afronto; huyo. Y la huida es la base del suicidio"
Los conflictos familiares también se tratan en todos sus libros ya que para Usón son un semillero y lo mejor y lo peor de la naturaleza humana está ahí. Para ella muchas son disfuncionales y determinan mucho nuestras acciones. Clara Usón considera que esto no es nada original ya que las tragedias griegas o las grandes novelas decimonónicas terminan siendo todas historias familiares.

Las páginas de sus libros desprenden dolor, reivindicación, protesta y reconocimiento. Una vuelta al pasado para sanar el presente. 

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