jueves, 22 de agosto de 2024

El último barco

Investigar junto a Leo Caldas
“La ciudad de Vigo, la ría, el clima, esa doble manera de ser ciudad rural y urbana a la vez, ser territorio de frontera... Todo ello hace una implosión en mi manera de escribir”

Otoño. La costa gallega se recupera de los estragos de un temporal. El inspector Leo Caldas recibe la visita de un hombre alarmado por la ausencia de su hija, que no se presentó a una comida familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.

Es la hija del doctor Andrade, Mónica, que vive en una casa pintada de azul. Un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo.

Leo Caldas pronto comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes.


En El último barco (Siruela, 2019), tercera novela de Domingo Villar y de la serie de Leo Caldas, el ritmo evoca la palabra Paciencia. La meticulosidad de este investigador, que está de vuelta de la vida, hace que todos abracemos su calma, que investiguemos con él, y el autor lo logra. Que veamos lo que él ve, nos emocionemos con ello, que nos hagamos preguntas y lleguemos a conclusiones escuchando las respuestas de los testigos, temiendo las salidas de su ayudante, dando palos de ciego, buscando nuevos caminos cuando llega a un callejón sin salida y cometiendo errores.

El escritor trabaja muy bien las piezas, las ensambla y funcionan. Autor de pocas páginas por capítulo, al que precede una palabra junto su definición relacionada con la trama del mismo, todo lo equilibra con el lenguaje desde la oralidad, una literatura que sale de la voz humana, y la musicalidad.
“Yo para estar convencido que mi texto vale se lo tengo que leer en voz alta a una persona cercana; primero durante mucho tiempo a mi padre, luego a mi mujer, luego a mis hijos. Y luego, cuando yo siento que suena, en castellano y gallego”
Nos movemos entre Vigo y una parroquia de Moaña (en la península del Morrazo). De ahí que el mar y la costa se conviertan en protagonistas. Sentiremos la brisa salina y notaremos las salpicaduras. En la playa de Videira podemos hacerles fotos a los pájaros como Walter Cope pero, sobre todo, conoceremos al gremio pesquero, los oficios artesanos y el arte, esos edificios emblemáticos que desaparecieron de un día para otro por intereses inconfesables y la descripción pormenorizada de la Escuela Municipal de Artes y Oficios de Vigo con un elemento adicional a su entorno: el vagabundo Napoleón, que suele frecuentar la Escuela y que regala a Leo Caldas citas célebres y diálogos entretenidos.

Y como bien afirma Villar, en Galicia “todo se celebra en la mesa”. Leo Caldas come, suspira y bebe vino blanco. Un personaje que escucha la conversación de los catedráticos en la existente Taberna Eligio, ubicada en en la travesía Aurora, en el número 4, y regentada por Carlos Álvarez, el yerno de Eligio. Por ella pasaron artistas como Lugrís, Laxeiro, Celso Emilio Ferreiro o Cunqueiro.

Los personajes de Domingo Villar los terminas queriendo a todos. Y lo justifica. Lo malo que hacen lo mezcla con el ambiente, siempre gallego, que le va como permitiendo lo que hace, o haciendo entender. El personaje y el ambiente se dibujan de una manera clásica en la literatura gallega desde siempre. Y para dibujos, los de Camilo. El inspector Caldas tampoco es una excepción, ya que sus historias familiares y amorosas estarán bien presentes y tendrán su influencia en el transcurrir de los acontecimientos. Por otra parte, y aunque los personajes no sean excesivamente elaborados, es capaz de sacar una sonrisa con la construcción de los mismos como el padre del inspector Caldas o su propio compañero, Estévez.

El último barco trata del lugar que nos acoge, de la naturaleza, de la vocación artesana, de la amistad, de la generosidad, de la aceptación del diferente, de la crueldad de un asesino y otra serie de valores que el texto simplemente transpira sin que nadie se empeñe en convencernos de nada. Todo ello narrado con la crudeza necesaria, sin ningún morbo añadido, sin concesiones a ningún sentimentalismo.

Colección de poetas: Luis García Montero


Luis García Montero (Granada, 4 de diciembre de 1958).

Poeta, narrador, ensayista, profesor de Literatura Española. y, desde julio de 2018, director del Instituto Cervantes.

Licenciado en Filosofía y Letras, es catedrático de la Universidad de Granada, en la que desempeñó diversos cargos como la dirección del Secretariado de Extensión Universitaria.

Representante de la tendencia lírica denominada "nueva sentimentalidad", que surge en Andalucía a finales de los años setenta, se inicia en el mundo de la poesía en 1980 con Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn.

En 1982 publica Tristia realizada en colaboración con Álvaro Salvador. En 1983 edita El jardín extranjero, Premio Adonais de Poesía en 1982, y el libro-disco Rimado de ciudad, un conjunto de poesías de musicalizadas por grupos de rock granadinos. Un año después publica Égloga de los dos rascacielos. Y en 1987, Diario cómplice y Mil novecientos diecisiete versos para los socialdemócratas. En 1991 publica el poemario Las flores del frío, al que siguieron Luna en el sur, además de Confesiones poéticas y Habitaciones separadas. Con este último obtiene el VI Premio Internacional de Poesía de la Fundación Loewe, en 1993, y el Premio Nacional de Poesía, en 1994.

Sigue publicando obra poética de forma continuada hasta la actualidad, y también ensayos sobre literatura española como El sexto día. Historia íntima de la poesía española (2000), Un lector llamado Federico García Lorca (2016) y con motivo del centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, publica La realidad de una esperanza. Galdós, la memoria y la poesía (2020)

Además ha escrito varias novelas como Impares, fila 13 (1996), escrita junto a Felipe Benítez Reyes, Mañana no será lo que Dios quiera (2009), biografía del poeta Ángel González, que recibió el Premio del Gremio de Libreros al mejor libro del año, o Una forma de resistencia (2012).

El año en que fallece su mujer, la escritora Almudena Grandes, aparece el libro de poemas No puedes ser así. Breve historia del mundo de poemas (2021)

En 2022, publica Prometeo, una propuesta de diálogo intergeneracional entre dos Prometeos: el joven, que duda del acierto de su rebelión dado el castigo que trajo consigo, y el anciano, que desde su experiencia le muestra el triunfo que conlleva siempre buscar el bien común. Ese mismo año, llega Un año y tres meses. que reúne los poemas escritos por Luis García Montero a raíz de la pérdida de su mujer. Son poemas que evocan con delicadeza y emoción contenida a veces, desatada otras, la enfermedad y la convalecencia de ella, la vivencia y la emoción de lo vivido. Ya con Almudena (2024) pone el capítulo final a una bella y larga historia de amor.

La característica más destacable de Luis García Montero es el narrativismo histórico-biográfico de sus poemas, de una estructura casi teatral o novelística con un personaje o protagonista que cuenta o vive su historia a través de la memoria, del recuerdo o del deseo.

Domingo Villar

El hombre tranquilo


Escritor y periodista español, Domingo Villar destacó por su trabajo como guionista de cine y televisión, además de por su labor realizando crítica gastronómica en radio y colaborando con varias publicaciones.

Con su primera novela, Ojos de agua (2006), logró un gran éxito, tanto nacional como internacional, siendo ganador de premios como el Sintagma, el Premio Brigada 21 o el Premio Frei Martín Sarmiento.

Traducido a más de 9 idiomas, Villar continuó con las aventuras de su personaje principal, el inspector Leo Caldas, en su segunda novela, La playa de los ahogados (2009), que supuso su consagración en el panorama internacional de la novela negra. La obra saltó al cine de la mano de Gerardo Herrero y el papel del inspector de policía fue asumido por Carmelo Gómez. Tuvieron que pasar varios años para que el escritor publicase la tercera entrega, El último barco (2019).

En sus novelas pone el acento en emocionar al lector. Colocaba de forma prioritaria la naturaleza humana para llegar a esa emoción y conectar con todos con un lenguaje elegante, pulcro, limpio, nítido.
  
Su serie de libros ha sido traducida a más de 15 idiomas y ha cosechado un gran número de premios como el Antón Losada Diéguez, Libro del Año de la Federación de Libreros de Galicia, Crime Thriller Awards y Dagger International en el Reino Unido, Premio Le Point du Polar Européen en Francia y Martin Beck de la Academia Sueca de Novela Negra, entre otros.

El 19 de mayo de 2022, Domingo Villar fallece a los 51 años a causa de un ictus. El escritor había terminado una obra de teatro y estaba escribiendo la cuarta entrega de Leo Caldas. Asimismo, se preparaba, bajo su supervisión, una serie de televisión protagonizada por su personaje y dirigida por los hermanos Coira.

En 2023 se publica Síbarís, la obra teatral póstuma de Domingo Villar sobre el éxito y la creación, que es representada por la Compañía teatral gallaga Condetrespés.

Ese mismo año, fue reconocido en su ciudad natal con el título de Vigués Distinguido, por toda su trayectoria literaria en la que Vigo siempre ha tenido un lugar protagonista. Destacaba en la construcción y descripción de atmósferas de la Ría de Vigo. Decía que escribía y creaba esas tramas porque tenía la necesidad de hacer un canto de amor a su tierra, y todo estaba orientado a eso.

viernes, 31 de mayo de 2024

El río que nos lleva

La dignidad humana

De joven, el escritor Jose Luis Sampedro quiso bañarse con su familia en el río Tajo en un embalse cerca de Aranjuez. No pudo porque estaba lleno de troncos. “Daban vueltas sobre sí mismos cuando se andaba, sin embargo, se paseaban unos hombres con unos ganchos. Iban, venían, encaminaban esos troncos y los hacían caer por un canalillo que hay en la presa del embalse y que está hecho precisamente para que puedan continuar su camino"

Los gancheros fueron unos conductores de troncos de madera cortados que aprovechaban el cauce de los ríos. En 1961, José Luis Sampedro escribió la novela El río que nos lleva donde hablaba de este trabajo que realizaban en algunos pueblos de la Serranía de Guadalajara, en el Alto Tajo.

El escritor rinde así homenaje a los gancheros del río Tajo en su labor de transportar la maderada​ río abajo, desde la Serranía Ibérica, en Guadalajara, hacia los barrancos, hitas y parameras de La Alcarria, desembocando finalmente en la vega de Aranjuez, ya en la provincia de Madrid.​

La acción, situada en España en la década de 1940, se inicia cerca del pueblo de Zaorejas.​ En los caminos que llevan a él se van a encontrar los tres protagonistas de la novela: "Todo estaba dispuesto, aunque nadie lo supiera, porque la vida no avisa..." Con esta sentencia inicia Sampedro la novela.


Recorrido de la maderada trazado por Sampedro en su novela.

El río que nos lleva es una novela de gran contenido simbólico cuyo tema último es la dignidad humana. De lenguaje áspero pero sensual, su ritmo narrativo parece acompasarse al fluir del propio Tajo, que sirve de fondo para la peripecia de esta cuadrilla de gancheros.

Sampedro organiza la novela a partir de tres hexagramas del Libro de las Mutaciones:

KAN es la montaña, la simiente, la puerta que se abre, el ave de negro pico, el árbol recio y nudoso. Es el Noroeste, es el Invierno.

TCHAN es el dragón, el violento, el camino real, el amarillo, el fuerte y el lujurioso, el bambú joven, el tambor. Es el Noroeste, trae la Primavera.

LI es el relámpago, el fuego, el sol ardiente, la lanza, la sequedad, el galope, el puñal, al alacrán. Es el Este, hacia el Verano.

El autor plantea el paralelismo entre el río (fenómeno natural) y la vida de los habitantes. La acción transcurre en el marco de la sociedad rural castellano-manchega, en la que el Tajo constituye un lugar de vida y muerte. Testigo de alegrías y tristezas, del aislamiento y de las duras condiciones de vida. La vida fluye simbólicamente del mismo modo que el río lleva los troncos, y la historia de los personajes avanza por la geografía, al mismo compás que los troncos de madera, descortezados, río abajo, dando nombre a los capítulos los lugares por los que transitan: La Escaleruela, Alpetea, Huertahernando, La Tagüenza, Oterón, Ocentejo, Sotondo, Azañón, Trillo, Viana, La Esperanza, Entrepeñas, Anguix, Zorita de los Canes, Mazuecos, Buenamesón, El Regolfo, Aranjuez. Entre tanto, por sus páginas se ha ido hilando la trama, entre la "naturaleza solidaria" y la herida incurable de "las dos Españas".

Es Roy Shannon quien va narrando esta última aventura de aquellos hombres de honor. Roy es un irlandés de 32 años que tras vivir el desastre la segunda guerra mundial ya no cree mucho en el hombre. Camino de Inglaterra visita España en busca de sus orígenes y se encuentra con Paula "una mujer envuelta en sombra", que lo lleva hasta un campamento donde están los gancheros "pastores de bosques flotantes", unos hombres primitivos, valientes y generosos comandados por un hombre al que todos llaman "El Americano", en un tiempo emigrante en el Nuevo Mundo y eje del triángulo emocional que centra la trama.

Ciertamente la historia no tendría sino la descripción de una labor de hace años, pero introduce una compleja historia sentimental que acaba con un desenlace simple, de tipo novelesco. Enfoca muy bien el tema de los celos, del amor, la atracción, la soberbia y el deseo como capricho que se convierte en un asunto de honor. En la historia rezuma la mentalidad de toda una época, con sus costumbres, miserias, formas de sentir unidas al honor y las desigualdades sociales.

Shannon, el Americano (Royo), Santiago, el Galerilla, el Chepa, Cuatrodedos, el Dámaso, el Correa, Cacholo, el Felipe, Tuerto, el Seco, el Tejedor. Y Paula. El paisaje, la comida, las conversaciones todo participa del viaje a través del cual irán aflorando las emociones, los sentimientos enfrentados.

El asunto sentimental comienza como una neblina en la novela, que irá in crescendo, hasta ser lluvia y acabar en una tormenta. Paula está con ellos. Creará tensiones pero solapadamante, en los pensamientos de cada cual. La desean cada cual a su manera. De uno en uno van hablando con ella, queriendo situarse en ella, con ella. Quieren ayudarla. Ella dice “mi vida es pa arrastrarla yo sola.” Todos tienen su historia y su manera de ser peculiar.
“El problema irá siendo peor cuando bajemos; Irán llevando más tiempo sin mujer y además se echará la primavera, con la tierra caliente. El río va más sereno, los palos bajan casi solos y hay más tiempo para pensar.”
El autor va creando una tensión emocional, hace ver que va a suceder algo. El lector ha de seguir el hilo de la novela, a la espera de acontecimientos.




El río que nos lleva fue adaptada al cine en 1989 y dirigida por Antonio del Real, con guion de Antonio Larreta supervisado por el propio Sampedro y Del Real.
En el reparto principal: Alfredo Landa, como el Americano; Toni Peck, hijo de Gregory Peck, interpretando al irlandés Shannon y Eulalia Ramón como Paula.

La historia tiene un desenlace que retrata a su autor: triunfa la dignidad y la solidaridad, que se defiende a lo largo de toda la novela.