Zacarías sufre esquizofrenia, en cambio su hijo Adrián autismo, es por ello que dicen estar malditos y
les toman por locos. Ambos, cuando están expuestos a situaciones de presión se vuelven violentos y huyen hacia las montañas. Un día, Zacarías, llevado por la locura, decide arrastrar a su hijo a una casa en lo alto de la montaña durante meses, allí todo se volverá irreparable para ellos.
les toman por locos. Ambos, cuando están expuestos a situaciones de presión se vuelven violentos y huyen hacia las montañas. Un día, Zacarías, llevado por la locura, decide arrastrar a su hijo a una casa en lo alto de la montaña durante meses, allí todo se volverá irreparable para ellos.
Adrián es un adolescente singular y diferente y es el séptimo hijo de Zacarías que a su vez es séptimo hijo. En la zona rural en la que viven les etiquetan como lobisones basándose en una oscura creencia que establece que a aquellos a los que no se le ha practicado el bautismo y si unos raros exorcismos se convierten en una especie de hombre lobo que desarrolla un gran instinto violento. El relato abarca varios periodos de la infancia y adolescencia de Adrián, principalmente su convivencia con el Zacarías Zárate, sin duda crucial; y su convivencia posterior con uno de sus hermanos, Zenón, y la novia de éste, la Choni y Compañero, un perro. Estos viven en una caravana y se dedican a negocios turbios.
Ópera prima del escritor murciano Ginés Sánchez, Lobisón (2012) es una historia de licántropos fuera de lo común, una novela con un personaje singular, disminuido psíquico y mudo, al que el autor le da la responsabilidad de contar el relato desde su perspectiva autista. La voz de Adrián construye oraciones agramaticales, repite fórmulas discursivas bastante toscas, se demora en la referencia de datos irrelevantes. El protagonista tiene un estilo simple de contar la historia que engancha al lector con su particular visión del mundo. El autor para darle dinamismo al texto incorpora otra voz en primera persona, la de Zacarías Zárate, recogida en un breve epistolario del que su hijo Celestino es el destinatario, ampliando y profundizando en la parte psicológica del personaje, contándole su día a día en la convivencia, el trabajo y sus perturbables manías.
Ginés Sánchez nos trasmite las claustrofóbicas sensaciones de sus personajes, los miedos y maltratos de Adrián a la hora de tratar relacionarse con los de su edad, o la paranoia y malestar constante de Zacarías en el momento de tratar de normalizar su vida. A lo largo de la novela se va desgranando las diferentes maneras de sufrir de todos aquellos que se cruzan con el protagonista ya que no saben cómo tratarle y es por ello que, cuando le maltratan ataca de manera desproporcionada a pesar de que trata de controlarse. Una narración inquietante y salvaje, un testimonio sobre la crueldad hacia lo diferente.
Aunque los propios personajes de este relato envuelvan los sucesos introduciendo justificaciones mágicas o míticas, lo cierto es que esta es una novela naturalista. El determinismo biológico y el medioambiental son los que explican los comportamientos extremos, deshumanizados en ocasiones, de los personajes, así como sus destinos fatídicos. El componente mágico aporta ambigüedad y estimular la imaginación del lector. Esa combinación de elementos naturalistas y mágicos, funciona.
A destacar el personaje de Zenón, único hermano que se apiada de Adrián y cuya forma de vida es relatada por el protagonista, con trapicheos de droga y escenas eróticas muy animalizadas.
Radical, original y arriesgada, Lobisón no dejará indiferente al lector con cruentas escenas que sintetizan la esencia de un mundo implacable con los seres humanos, Sin duda, un relato que removerá a los lectores más susceptibles.
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