viernes, 31 de mayo de 2024

El río que nos lleva

La dignidad humana

De joven, el escritor Jose Luis Sampedro quiso bañarse con su familia en el río Tajo en un embalse cerca de Aranjuez. No pudo porque estaba lleno de troncos. “Daban vueltas sobre sí mismos cuando se andaba, sin embargo, se paseaban unos hombres con unos ganchos. Iban, venían, encaminaban esos troncos y los hacían caer por un canalillo que hay en la presa del embalse y que está hecho precisamente para que puedan continuar su camino"

Los gancheros fueron unos conductores de troncos de madera cortados que aprovechaban el cauce de los ríos. En 1961, José Luis Sampedro escribió la novela El río que nos lleva donde hablaba de este trabajo que realizaban en algunos pueblos de la Serranía de Guadalajara, en el Alto Tajo.

El escritor rinde así homenaje a los gancheros del río Tajo en su labor de transportar la maderada​ río abajo, desde la Serranía Ibérica, en Guadalajara, hacia los barrancos, hitas y parameras de La Alcarria, desembocando finalmente en la vega de Aranjuez, ya en la provincia de Madrid.​

La acción, situada en España en la década de 1940, se inicia cerca del pueblo de Zaorejas.​ En los caminos que llevan a él se van a encontrar los tres protagonistas de la novela: "Todo estaba dispuesto, aunque nadie lo supiera, porque la vida no avisa..." Con esta sentencia inicia Sampedro la novela.


Recorrido de la maderada trazado por Sampedro en su novela.

El río que nos lleva es una novela de gran contenido simbólico cuyo tema último es la dignidad humana. De lenguaje áspero pero sensual, su ritmo narrativo parece acompasarse al fluir del propio Tajo, que sirve de fondo para la peripecia de esta cuadrilla de gancheros.

Sampedro organiza la novela a partir de tres hexagramas del Libro de las Mutaciones:

KAN es la montaña, la simiente, la puerta que se abre, el ave de negro pico, el árbol recio y nudoso. Es el Noroeste, es el Invierno.

TCHAN es el dragón, el violento, el camino real, el amarillo, el fuerte y el lujurioso, el bambú joven, el tambor. Es el Noroeste, trae la Primavera.

LI es el relámpago, el fuego, el sol ardiente, la lanza, la sequedad, el galope, el puñal, al alacrán. Es el Este, hacia el Verano.

El autor plantea el paralelismo entre el río (fenómeno natural) y la vida de los habitantes. La acción transcurre en el marco de la sociedad rural castellano-manchega, en la que el Tajo constituye un lugar de vida y muerte. Testigo de alegrías y tristezas, del aislamiento y de las duras condiciones de vida. La vida fluye simbólicamente del mismo modo que el río lleva los troncos, y la historia de los personajes avanza por la geografía, al mismo compás que los troncos de madera, descortezados, río abajo, dando nombre a los capítulos los lugares por los que transitan: La Escaleruela, Alpetea, Huertahernando, La Tagüenza, Oterón, Ocentejo, Sotondo, Azañón, Trillo, Viana, La Esperanza, Entrepeñas, Anguix, Zorita de los Canes, Mazuecos, Buenamesón, El Regolfo, Aranjuez. Entre tanto, por sus páginas se ha ido hilando la trama, entre la "naturaleza solidaria" y la herida incurable de "las dos Españas".

Es Roy Shannon quien va narrando esta última aventura de aquellos hombres de honor. Roy es un irlandés de 32 años que tras vivir el desastre la segunda guerra mundial ya no cree mucho en el hombre. Camino de Inglaterra visita España en busca de sus orígenes y se encuentra con Paula "una mujer envuelta en sombra", que lo lleva hasta un campamento donde están los gancheros "pastores de bosques flotantes", unos hombres primitivos, valientes y generosos comandados por un hombre al que todos llaman "El Americano", en un tiempo emigrante en el Nuevo Mundo y eje del triángulo emocional que centra la trama.

Ciertamente la historia no tendría sino la descripción de una labor de hace años, pero introduce una compleja historia sentimental que acaba con un desenlace simple, de tipo novelesco. Enfoca muy bien el tema de los celos, del amor, la atracción, la soberbia y el deseo como capricho que se convierte en un asunto de honor. En la historia rezuma la mentalidad de toda una época, con sus costumbres, miserias, formas de sentir unidas al honor y las desigualdades sociales.

Shannon, el Americano (Royo), Santiago, el Galerilla, el Chepa, Cuatrodedos, el Dámaso, el Correa, Cacholo, el Felipe, Tuerto, el Seco, el Tejedor. Y Paula. El paisaje, la comida, las conversaciones todo participa del viaje a través del cual irán aflorando las emociones, los sentimientos enfrentados.

El asunto sentimental comienza como una neblina en la novela, que irá in crescendo, hasta ser lluvia y acabar en una tormenta. Paula está con ellos. Creará tensiones pero solapadamante, en los pensamientos de cada cual. La desean cada cual a su manera. De uno en uno van hablando con ella, queriendo situarse en ella, con ella. Quieren ayudarla. Ella dice “mi vida es pa arrastrarla yo sola.” Todos tienen su historia y su manera de ser peculiar.
“El problema irá siendo peor cuando bajemos; Irán llevando más tiempo sin mujer y además se echará la primavera, con la tierra caliente. El río va más sereno, los palos bajan casi solos y hay más tiempo para pensar.”
El autor va creando una tensión emocional, hace ver que va a suceder algo. El lector ha de seguir el hilo de la novela, a la espera de acontecimientos.




El río que nos lleva fue adaptada al cine en 1989 y dirigida por Antonio del Real, con guion de Antonio Larreta supervisado por el propio Sampedro y Del Real.
En el reparto principal: Alfredo Landa, como el Americano; Toni Peck, hijo de Gregory Peck, interpretando al irlandés Shannon y Eulalia Ramón como Paula.

La historia tiene un desenlace que retrata a su autor: triunfa la dignidad y la solidaridad, que se defiende a lo largo de toda la novela.



No hay comentarios:

Publicar un comentario