jueves, 16 de diciembre de 2021

VIDA DE DON QUIJOTE Y SANCHO POR MIGUEL DE UNAMUNO

Matías me envía el pasaje que vino a colación por lo que ocurrió en el Capítulo IV del Quijote, De lo que sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta.

Cap. IV (final)
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Esta aventura de los mercaderes trae a mi memoria aquella otra del caballero Iñigo de Loyola, que nos cuenta el P. Rivadeneira en el capítulo III del libro I de su VIDA, cuando yendo Ignacio camino de Monserrate «topó acaso con un moro de los que en aquel tiempo quedaban en España en los reinos de Valencia y Aragón» y «comenzaron a andar juntos, y a trabar plática, y de una en otra vinieron a tratar de la virginidad y pureza de la gloriosísima Virgen Nuestra Señora». Y tal se puso la cosa, que Iñigo, al separarse del moro, quedó «muy dudoso y perplejo en lo que había de hacer; porque no sabía si la fe que profesaba y la piedad cristiana le obligaba a darse priesa tras el moro, y alcanzarle y darle de puñaladas por el atrevimiento y osadía que había tenido de hablar desvergonzadamente en desacato de la bienaventurada siempre Virgen sin mancilla». Y al llegar a una encrucijada, se lo dejó a la cabalgadura, según el camino que tomase, o para buscar al moro y matarle a puñaladas o para no hacerle caso. Y Dios quiso iluminar a la cabalgadura y «dejando el camino ancho y llano por do había ido el moro, se fue por el que era más a propósito para Ignacio». Y ved cómo se debe la Compañía de Jesús a la inspiración de una caballería.

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