martes, 31 de mayo de 2022

John Maxwell Coetzee

"La historia carece de vida a menos que le proporciones un hogar en tu conciencia"


Entre la lengua inglesa, los restos de cultura afrikaaner de su familia y el cruce de múltiples razas, lenguas y religiones de la zona semidesértica de Worcester, John Maxwell Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) levantó su primera mirada del mundo.

Coetzee estudió Lengua y Literatura inglesa y Matemáticas en la Universidad del Ciudad del Cabo; trabajó como programador de IBM en Londres; realizó una maestría en la obra de Ford Maddox Ford; hizo un doctorado en lingüística computacional en Texas, donde trabajó sobre la obra de Samuel Beckett, gran influencia de su oscura visión literaria junto a Joseph Conrad, Fiódor Dostoyevski y Franz Kafka. Fue profesor en la Universidad Estatal de Nueva York y estuvo involucrado en las protestas contra la guerra del Vietnam. Fue precisamente en este periodo que comenzó a escribir su primera novela, la cual terminó a su regreso en Sudáfrica. Además investigó literariamente en la Universidad de Adelaida, en Australia, su actual país de residencia y en el que se nacionalizó en 2006.

Aunque su formación se centró sobre todo en los aspectos científicos del estudio de la lengua más que en los estrictamente literarios, fue el azar lo que le llevó a configurar su obra: mientras buscaba en los textos del etnólogo alemán Carl Meinhof sobre lenguas sudafricanas, halló los glosarios redactados por otro viajero, Jacobus Coetzee, un antiguo antepasado suyo holandés. La reconstrucción imaginaria de ese origen conquistador da inicio a una obra en el que biografía y ficción, raza y cultura, alegoría y realismo se cruzan y discuten en un retrato tan crudo, subjetivo y comprometido de la sociedad sudafricana. Sus novelas, a menudo alegóricas o simbólicas, atacan el sistema del apartheid en Sudáfrica o echan abajo los ejemplos históricos del colonialismo. Pocos escritores sudafricanos han sabido equilibrar tan bien como Coetzee el reclamo de la justicia social con las exigencias técnicas y estéticas de la novela. Esta contundencia lo llevó a ganar dos veces el premio Booker por Vida y época de Michael K (1983), historia de un luchador por la libertad, y Desgracia (1999) y el Premio Nobel de Literatura en 2003 por su brillante análisis de la sociedad sudafricana.

Debutó como novelista con Tierras de poniente en 1974, obra que narra dos historias sobre conflictos y se hizo conocido con su segunda novela En medio de ninguna parte (1977), desarrollada en el contexto de una granja sudafricana. Por esta recibió el prestigioso Premio CNA.
Le siguieron Esperando a los bárbaros (1980), en la que se aprecia la influencia de Conrad y Foe (1986), donde recrea el famoso Robinson Crusoe de Daniel Defoe. También ha publicado varios libros de ensayos, como Doblando el cabo: Ensayos y entrevistas (1994) y la colección de ensayos Mecanismos internos: Ensayos 2000-2005 (2009)

Su novela El maestro de Petersburgo (1994) explora nuevos horizontes narrativos, haciendo regresar a un Dostoievski ficticio al San Petersburgo de 1869 desde su autoexilio de Dresden, donde se había escondido de sus acreedores rusos.

Ganador de los premios Fémina a la novela extranjera (1985) y el Premio Jerusalén por la Libertad del Individuo en la Sociedad (1987), en 2010, publicó La edad de hierro, especie de retrato sociopolítico sobre la sociedad sudafricana que tiene como protagonista a la Señora Curren, una profesora de Ciudad del Cabo con cáncer terminal. Quiso también reivindicar los derechos de los animales en La vida de los animales (1999) y ahondó sobre la esencia de narrar historias en Elizabeth Costello (2001).

Otros libros suyos son Hombre Lento (2005), reflexión sobre la vida y la vejez desde la perspectiva de un hombre en situación de discapacidad y Diario de un mal año (2007). 

Para 2013 apareció La infancia de Jesús, primera entrega de la trilogía completada por Los días de Jesús en la escuela (2016) y La muerte de Jesús (2019). Fuera de la ficción, ha escrito también algunas memorias como los libros Infancia (1997), Juventud (2002) y el aclamado Verano (2009).

Entre sus influencias literarias se encuentran Samuel Beckett, Joseph Conrad, Cervantes, Franz Kafka y Fiódor Dostoyevski, patentes en su obra.

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