Pedro Ugarte, bilbaíno, escritor y periodista, oficio éste que ahora ejerce en la Universidad del País Vasco es el último premio Setenil al mejor libro de relatos en España, que otorga el Ayuntamiento de Molina de Segura, por su obra Nuestra historia (Páginas de Espuma), en el que vuelve a un género, el cuento, en el que se desenvuelve cómodamente.
El escritor galardonado ha dedicado buena parte de su trabajo literario a la narrativa breve, con libros como Los traficantes de palabras, Manual para extranjeros, La isla de Komodo, Guerras privadas, que fue Premio NH de libros de relatos, Mañana será otro día y El mundo de los cabezas vacías.
La expedición, libro que ha conocido distintas ediciones, reúne todos sus microrrelatos.
Ha participado en las antologías más significativas de narrativa breve de las últimas décadas: Últimos narradores (1993), Páginas Amarillas (1997), Los cuentos que cuentan (1998), Perturbaciones (2009), Antología del microrrelato español (2012), Mar de pirañas (2012), Cuento español actual (2013) y Lejos de Troya (2015).
Autor también de novelas, El país del dinero (2011) y Perros en el camino (2015), algunas de las cuales han sido traducidas al italiano y al francés, Ugarte cree sentirse más cómodo en esta media distancia que son los cuentos, también porque apunta tener la sensación de que la vida de los seres humanos de este tiempo se parece más a un libro de cuentos que a una novela.
Autor también de novelas, El país del dinero (2011) y Perros en el camino (2015), algunas de las cuales han sido traducidas al italiano y al francés, Ugarte cree sentirse más cómodo en esta media distancia que son los cuentos, también porque apunta tener la sensación de que la vida de los seres humanos de este tiempo se parece más a un libro de cuentos que a una novela.
Finalista del premio Herralde, ha ganado los premios Nervión, Euskadi de Literatura, Papeles de Zabalanda, Lengua de Trapo, Logroño y Julio Camba.
La literatura en general, y la de Pedro Ugarte en particular, habla de la felicidad, una casi obsesión para los personajes de sus cuentos, que estamos obligados a buscarla por imperativo moral.
"Ser felices no está en nuestras manos, pero sí tenemos, de alguna manera, la obligación de buscarla".
"Ser felices no está en nuestras manos, pero sí tenemos, de alguna manera, la obligación de buscarla".
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