viernes, 31 de octubre de 2014

Norwegian Wood

o Tokio Blues

    Norwegian Wood (This bird has flown) (traducido literalmente al español como "Madera noruega (Esta ave ha volado)" es una canción de los Beatles que apareció por primera vez en su álbum de 1965, Rubber Soul. Aunque acreditada a Lennon/McCartney, fue escrita primeramente por John Lennon, aunque Paul McCartney contribuyó con la parte del medio. Es notable que es una de las primeras canciones pop occidentales en incluir un instrumento indio, John Lennon con su guitarra y acompañado por George Harrison en el sitar.
   Esta canción nos transporta hasta 1987, fecha de publicación de Tokio Blues (Norwegian Wood) en Japón. Hasta entonces, Haruki Murakami (Kyoto, 1949) no había rebasado el umbral de los 100.000 libros, pero con esta novela llegó a los cuatro millones. Entonces huyó de esa popularidad. Dejó Japón y se instaló primero en Europa y luego en Estados Unidos.

"No tengo interés en escribir novelas largas con estilo realista, pero decidí que, aunque sólo fuera una vez, iba a escribir una novela realista. Tokio blues fue un simple experimento. Personalmente, a mí me gusta esa novela, pero no he vuelto a leerla desde hace casi 20 años. De momento, no tengo ninguna intención de volver a escribir algo parecido. No tengo interés en el pasado. Ya no puedo sentir interés en el llamado estilo realista porque, si escribo una novela así, acabo aburriéndome", aclara. 
   Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años, escucha casualmente mientras aterriza en el aeropuerto de Hamburgo esta vieja canción de los Beatles, y la música le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los sesenta, momento histórico en que los estudiantes japoneses, como muchos estudiantes en otros países, estaban involucrados en protestas contra el orden establecido, describiendo este movimiento estudiantil en general como hipócrita. 

"La memoria es algo extraño. Mientras estuve allí, apenas presté atención al paisaje. No me pareció que tuviera nada de particular y jamás hubiera sospechado que, dieciocho años después, me acordaría de él hasta en sus pequeños detalles. [...] estaba enamorado, y aquel amor me había conducido a una situación extremadamente complicada. No, no estaba en disposición de admirar el paisaje que me rodeaba."
   
    Toru recuerda, con una mezcla de melancolía y desasosiego, a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor y único amigo de la adolescencia, Kizuki. El suicidio de éste les distancia durante un año hasta que se reencuentran en la universidad. Inician allí una relación íntima; sin embargo, la frágil salud mental de Naoko se resiente y la internan en un centro de reposo.   
Al poco, Toru se enamora de Midori, una joven pizpireta. Indeciso, sumido en dudas y temores, experimenta el deslumbramiento y el desengaño allá donde todo parece cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte. La situación, para él, para los tres, se ha vuelto insostenible; ninguno parece capaz de alcanzar el delicado equilibrio entre las esperanzas juveniles y la necesidad de encontrar un lugar en el mundo. Con un fino sentido del humor, Murakami ha escrito el conmovedor relato de una educación sentimental, pero también de las pérdidas que implica toda maduración.  
   "Yo lo único que hago es perseguir las imágenes que acuden a mi mente y, siguiendo ese flujo, voy escribiendo la historia. No sabría explicar la trama, todo viene en un paquete llamado historia, que yo presento envuelto en un texto".  
   Lo curioso de Murakami es que vive en su propia historia, su atmósfera, uno se deja llevar sin saber muy bien dónde se adentra, gracias a esa prosa directa, ágil, rica, sorpresiva en su explicitud sexual y rebosante en detalles y descripciones; que no repara en comentarnos lo que comen, piensan, se dicen, escuchan, cantan, leen... Guiños que se esconden teñidos de sentido del humor que en esta novela coge un ritmo haciéndonos creer que vamos a conocer la historia entera cuando es él quien la domina. Porque si algo no pierde Murakami es el mando en las historias que nos cuenta.
   Una obra fluida, que parece lenta pero en la que nunca dejan de pasar cosas, que engancha y que terminas con una sensación de querer indagar más en la obra de este autor. 
  Como nota curiosa comentar que ciertos fragmentos de la obra se publicaron originalmente en la colección Sauce ciego, mujer dormida con el título Luciérnaga.

Tokio Blues en milímetros

    Después de cuatro largos años, Haruki Murakami autorizó la adaptación de su libro para la película Norwegian Wood con dos condiciones. La primera que pudiera ver el guión y la segunda, saber cuál sería el presupuesto de la película antes de entregar los derechos de su cinta.
    Siendo sumamente respetuoso con la novela original, el realizador vietnamita Anh Hung Tran refleja toda la misma ordenación de acontecimientos que se suceden en el libro, permitiendo además que no echemos en falta a nadie. Pero su proposición es la del trabajo severo de lo simbólico y en esa gravedad no es casual que personajes como Tropa-de-Asalto aparezcan tan episódicamente que parecen ser un guiño al lector. Que Midori sea un pálido reflejo de original,.como también lo es Nagasawa, e incluso Reiko, los personajes con una savia más positiva.
   Ha desechado todo lo aparentemente trivial, frívolo y humorístico de la novela y ha borrado de un plumazo todo lo cotidiano y costumbrista. Hasta tal punto que este relato urbano parece haberse evaporado para dar prioridad absoluta a la naturaleza, con el consiguiente paso de las estaciones, y a los fenómenos atmosféricos. 
   No hay que muy severos con el director de la cinta porque tratándose de Murakami no lo tenía nada fácil.

Ficha técnica

Dirección: Anh Hung Tran
Reparto: Kenichi Matsuyama, Rinko Kikuchi, Kiko Mizuhara, Reika Kirishima, Kengo Kora, Eriko Hatsune y Tetsuji Tamayama
Título en V.O.: Noruwei no mori (Norwegian Wood)
Nacionalidades: Japón 

Fecha de estreno: 29-04-2011
Guión: Anh Hung Tran
Fotografía: Pin Bing Lee
Música: Ryuichi Sakamoto

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