Un escritor en su tinta
El 10 de marzo de 2011 tuvimos la suerte de contar en la biblioteca con el flamante Premio Planeta 2010, Eduardo Mendoza, por su novela Riña de gatos. Madrid, 1.936. La historia de Anthony Whitelands, un inglés que en vísperas de la Guerra Civil descubre un cuadro que atribuye a Velázquez, le ha valido a su autor en 2013, el Premio del Libro Europeo. Es la primera vez que este galardón, creado en 2007 para promover la cultura europea, recae en un español.
Mendoza realizó un encuentro con sus lectores dentro del ciclo Escritores en su tinta y repasó algunos de los personajes que aparecen en sus obras, desde el extraterrestre que busca a Gurb en Sin noticias de Gurb hasta Onofre Villa de La ciudad de los prodigios.
El escritor, traductor de profesión, saltó al mundo literario en 1975 con La verdad sobre el caso Savolta, una obra que originariamente se titulaba Los soldados de Cataluña y que hubo de cambiar su título por problemas con la censura franquista y que gracias a su tono crítico es considerada la primera novela de la transición a la democracia.
Destacó desde sus comienzos literarios por utilizar hábilmente diferentes discursos y estilos narrativos. En su primera novela obtuvo el Premio de la Crítica aunque la más galardonada de su trayectoria es La ciudad de los prodigios con los premios 'Ciudad de Barcelona', 'Mejor libro del año' de la revista 'Lire' (Francia), finalista del 'Grinzane Cavour' y finalista del Premio 'Médicis y Femina' (Francia).
Eduardo Mendoza nació el 11 de enero de 1943 en Barcelona, hijo de un fiscal y una ama de casa, tras licenciarse en Derecho en 1.965, viaja por Europa y al año siguiente consigue una beca en Londres para estudiar Sociología.
A su regreso a Barcelona en 1967 ejerce la abogacía en la asesoría jurídica del Banco Condal, que abandona en 1973 para irse a Nueva York como traductor de la ONU. En 1983, Mendoza, que sigue ganándose la vida haciendo traducción simultánea en organismos internacionales, vuelve a su ciudad natal tras varios viajes a Ginebra, Viena y otras capitales.
En 1992 publica El año del diluvio, ambientada en un pueblo catalán regido por un cacique franquista y protagonizada por la monja Constanza Briones, de la que contribuye como guionista a su adaptación cinematográfica dirigida por Jaime Chávarri.
A partir de 1995 comenzó a impartir clases en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y se convierte en un asiduo columnista del diario El País.
En agosto de 2002, repite la fórmula de Sin noticias de Gurb, publicando por entregas El último trayecto de Horacio Dos, una fábula sarcástica a modo de diario personal que recoge un viaje en el espacio.
Cuatro años más tarde aparece Mauricio o las elecciones primarias, una novela no paródica de Mendoza ambientada en Barcelona que narra una historia de amor a tres bandas con un trasfondo político posterior a la Transición Española.
Con El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008), Mendoza crea una parodia del género epistolar que narra las aventuras de Pomponio Flato, un filósofo romano, en tierras de Nazaret, donde es contratado por el niño Jesús para salvar de la pena de muerte a su padre José.
Dibujos de Eduardo Mendoza que acompañaba a la sátira La visión del Archiduque publicada en El País |
Desde su primera novela La verdad sobre el caso Savolta, Mendoza se ha afianzado como uno de los autores con mayor éxito de ventas. Ahora bien, si se quiere degustar al mejor Mendoza, invirtiendo la proporción entre broma y gravedad con tierna ironía, no dejar de leer La ciudad de los prodigios (1986), novela en que se muestra la evolución social de Barcelona entre las exposiciones universales de 1888 y 1929, considerada por la crítica literaria como su obra cumbre y llevada al cine en 1999 por Mario Camus, así como los relatos agrupados en "Tres vidas de santos" (2009).
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