En palabras de Inma Chacón, el libro de La voz dormida es de Dulce Chacón, la película de Benito Zambrano. Y es totalmente cierto porque Zambrano no adapta al cine la novela, si no que se inspira en ella recogiendo algunos retales de la misma, que giran en torno a un grupo de mujeres encarceladas en la nueva España de Franco del Madrid de 1940. Centrando la historia en dos hermanas, Pepita, una joven cordobesa que va a Madrid en la posguerra para estar cerca de su hermana Hortensia que está embarazada y en prisión. Pepita conoce a Paulino, que a pesar de la dificultad de su relación, se enamoran. Hortensia es juzgada y condenada a muerte, ejecución que no se llevará a cabo hasta que después del parto.
El director lebrijano Benito Zambrano (1965) vuelve tras la cámara, en el que es su tercer largometraje tras "Solas” (1999) y “Habana blues” (2005), para realizar un proyecto que se propuso realizar desde que leyera el libro y entablara amistad con su autora, poco tiempo antes de que falleciera.
Rodada en 2011, principalmente en la antigua cárcel de Huelva, en su reparto encontramos a María León inmensa como Pepita, en un papel que le valió la Concha de Plata a la Mejor Actriz en San Sebastián y el Premio a la Mejor Actriz Revelación en la XVII edición de los Premios Goya. También lo compone Inma Cuesta (Tensi), Marc Clotet (Paulino) y Daniel Holguín (Felipe).
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