De la mano de Cristina se descubre una Galicia rural mágica, plagada de mujeres fuertes y de historias crudas que te removerán las entrañas. Sus libros se huelen y sus historias duelen.
Escritora, crítica literaria, traductora española y nacida en Santiago de Compostela, Cristina Sánchez-Andrade es licenciada en Ciencias de la Información y en Derecho por la UNED, además de haber realizado un máster en Derecho Comunitario por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado como profesora visitante en diversas universidades estadounidenses. Compagina su labor como traductora con la escritura y la coordinación de talleres de narrativa.
Comenzó escribiendo relatos, algunos de ellos premiados, hasta que en 1999 publicó Las lagartijas huelen a hierba, su primera novela. Desde entonces ha publicado Bueyes y rosas dormían (2001), Ya no pisa la tierra tu rey (2004), Premio Sor Juana Inés de la Cruz, Las Inviernas (2014), una fábula carnavalesca divertida como engañosa, la fiesta de la inventiva Alguien bajo los párpados (2017) y Habitada (2025), donde esquiva el realismo común y da vía libre a una creatividad absoluta.
Sánchez-Andrade es también autora del libro de cuentos El niño que comía lana (2019), galardonado con el XVII Premio Setenil al mejor libro de relatos, en donde despliega originalidad, mala leche, destilados surrealistas y una mirada cáustica, del breve ensayo Fámulas y del libro de poesía Llenos los niños de árboles (2019).
Las inviernas. Dolores y Saladina. El libro más bonito del mundo
Pero esa misma noche, mientras dormían, creció un mar en la habitación de las dos mujeres
El geodestino A Terra Chá abarca los ayuntamientos de Abadín, Begonte, Castro de Rei, Cospeito, Guitiriz, Muras, A Pastoriza y Vilalba. Esta es una tierra como no hay otra igual. En contraste con el típico paisaje gallego, A Terra Chá es una inmensa llanura, la más grande de Galicia. Una llanura de prados siempre verdes surcada por numerosos ríos y lagunas, como el Miño del que unos dicen que tiene su nacimiento en la laguna de Fonmiñá en el municipio de A Pastoriza. Es topográficamente llana como indica su nombre y oscila en su mayor parte entre los 400 y 500 m de altitud. Está rodeada de conjuntos montañosos que la aíslan del mar. Este escenario rural gallego casi actúa como un personaje más. Es un mundo cerrado, con su propio lenguaje, mitos y rituales, donde lo cotidiano y lo fantástico se entrelazan.
Las Inviernas, de Cristina Sánchez-Andrade, es una novela publicada en 2014 por la editorial Anagrama. Es una obra que mezcla realismo mágico, costumbrismo rural y humor negro, con una prosa muy cuidada y una atmósfera entre lo poético y lo inquietante.
La historia comienza cuando las hermanas Dolores y Saladina, conocidas en su pueblo como las Inviernas, regresan a su aldea gallega natal después de muchos años de ausencia. Su vuelta despierta la curiosidad, el recelo y las habladurías de los vecinos, que intentan averiguar por qué se fueron y qué las trae de vuelta. A partir de este punto, la novela va desvelando poco a poco los secretos del pasado familiar, los traumas silenciados y las tensiones entre el deseo de pertenecer y la necesidad de escapar.
A través de ese regreso, la autora explora los secretos del pasado, las tensiones familiares y el peso del qué dirán en una comunidad cerrada, marcada por la superstición, la pobreza y la represión de la posguerra española.
Cristina Sánchez-Andrade tiene una escritura rica en metáforas, musical, cargada de imágenes, irónica y profundamente sensorial. La novela destaca por su lenguaje rural cargado de humor y crueldad, y por su capacidad para retratar lo grotesco y lo tierno al mismo La autora recrea con precisión el habla popular, las supersticiones y los códigos morales de una aldea gallega de posguerra. El resultado es una lectura sensorial, donde cada frase parece tener textura, color y olor.
Entre los temas principales se encuentran la memoria, la identidad, el aislamiento, el poder del rumor y de la palabra en comunidades pequeñas y la condición femenina en un entorno opresivo.
La novela fue muy bien recibida por la crítica, destacando su estilo singular y su atmósfera hipnótica. Se la ha comparado con la escritora Carmen Martín Gaite y los escritores Juan Rulfo o García Márquez, por su tratamiento del realismo mágico y su mirada sobre lo rural.
Las Inviernas es una historia sobre los fantasmas del pasado, la fragilidad humana y la dificultad de reconciliarse con uno mismo. Su lenguaje y su universo invitan a una lectura lenta, casi ritual, donde cada página revela un secreto y cada voz esconde otra debajo.


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