jueves, 26 de septiembre de 2019

Jesús Carrasco

El hombre y la tierra




Después del fenómeno de Intemperie (Seix Barral, 2013), Jesús 
Carrasco (Olivenza, Badajoz, 1972) llevó durante un tiempo una vida tranquila en Sevilla, ciudad donde trabajaba como redactor publicitario, a la vez que se dedicaba a la escritura. Actualmente reside en Escocia.
   Antes de convertirse en escritor profesional, Carrasco, que estudió INEF, fue profesor de instituto y cuando pensó que podría dedicarse por completo a la literatura, tuvo que afrontar la otra cara del éxito: los viajes, las entrevistas, las presentaciones.
   Sus manuscritos no los lee ningún escritor, sino su mujer y un amigo cercano “ellos son mi comité íntimo de lectura”. El modo en que aterrizó en la literatura, con una novela como Intemperie, pudo generar alguna desconfianza que él no percibió en absoluto. 

Me he sentido muy bien acogido por el 95% de las personas con las que he tratado desde entonces, y aquí incluyo las críticas negativas, pero razonadas, de mi libro”. ¿Y ese otro 5%? “Ahí entrarían las críticas de mala baba, que ha habido algunas, las que me atacan a mí y no a mi libro. Yo esto la verdad es que no lo entiendo. Mi persona no tiene ningún interés, ni mi bigote, ni mi aspecto físico, lo único que puede tener algo de interés es lo que escribo”.
   
   En 2016 publicó su segunda novela, La tierra que pisamos, que le valió la obtención del Premio de Literatura de la Unión Europea 2016.
   En esta obra, Carrasco explora la relación del hombre con la tierra, un asunto que aparecía en Intemperie, pero “de un modo secundario”. Estamos a comienzos del siglo XX, un siniestro imperio continental domina gran parte del mundo, incluida España, en donde los mandamases del régimen recalan en busca de esclavos y buen clima. Hay choque identitario y cultural, hay violencia y campos de concentración, ultrajes y atropellos en los territorios conquistados.

"La gente idealiza la naturaleza porque no la conoce. Me interesa mostrar una naturaleza indiferente al ser humano"

  A Jesús Carrasco le preocupa mucho el divorcio entre la naturaleza y el ser humano. “Estas relaciones se están perdiendo, al menos como las entendíamos hasta hace cincuenta años. Hay un poso milenario ahí, un vínculo de miles de años, que se empezó a perder con la emigración masiva a la ciudad, y que sigue en nosotros, aunque lo hayamos sepultado con toneladas de otras cosas. Por supuesto, a mí no se me ocurre hacer ahora un canto a la naturaleza ni tampoco es mi intención decir que hemos de volver todos al medio rural, solo trato de alertar sobre algo que me parece fundamental”.
   Aunque la naturaleza que presenta en sus libros está lejos de ser un lugar idílico al que volver. Una naturaleza indiferente al ser humano.

   Jesús Carrasco sigue escribiendo, escribiendo mucho. Confiesa que mucho material se ha quedado perdido en una papelera. Sin duda, estamos a la espera de lo próximo que quiera depositarnos en nuestras manos.

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