viernes, 13 de mayo de 2011

Kawabata, la soledad

   La vida del escritor japonés Yasunari Kawabata estuvo marcada por la soledad. Tuvo una infancia trágica, signada por la sucesiva muerte de sus familiares más próximos. Solo en el mundo a partir de los quince años, "niño sin familia ni hogar", como se autodefinía, completó su educación en un internado y luego en la universidad imperial de Tokio, donde se licenció. Su temprana pasión literaria lo llevó a participar en grupos de vanguardia como el de los neosensacionistas, que oponían el lirismo y el impresionismo al realismo social de los escritores proletarios, y fue un activo impulsor de movimientos y revistas.
   En 1925 publicó Diario íntimo de mi decimosexto cumpleaños, género muy frecuentado por los autores japoneses, pero su estilo cobró verdadera personalidad y madurez en los relatos de La bailarina de Izu (1926). Kawabata, cuya sensibilidad le permitía meterse como nadie en la piel de sus personajes femeninos; cultivó un tipo de novela breve, casi en miniatura, desgarrada y episódica.  
   Dejó escritas más de doce mil páginas entre novelas, cuentos y artículos transformándose en uno de los autores japoneses más leídos tanto dentro como fuera de su país. Trabó una profunda amistad con Yukio Mishima, de quien fue mentor y su principal difusor. En 1968 recibió el prestigioso Premio Nobel de Literatura, siendo el primer japonés que lo ganara por su "pericia narrativa, capaz de expresar la idiosincracia japonesa con enorme sensibilidad". Fue sobre todo un refinado transmisor de atmósferas y emociones, que plasmó con un lenguaje de singular belleza lírica. Sus temas intimistas, a menudo amorosos, son exploraciones de la soledad y de las delicadas relaciones del individuo con los otros y con la naturaleza. Tres años después en Zushi, contando con 72 años de edad, se suicidó sin dejar ninguna explicación.

                           
                          Ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura, 1968

   Kawabata nacio en Osaka en 1899. Esto se vería en su obra, que incluye títulos como País de nieve (1948), su obra cumbre que narra la relación entre una geisha que ha perdido la juventud y un insensible hombre de negocios tokiota, El clamor de la montaña (entre 1949 y 1954) y Bellas adormecidas (1961). El autor pretendía con su obra buscar la armonía entre la humanidad, la naturaleza y el vacío. Publicada en 1965, Lo bello y lo triste es su última novela.

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