lunes, 31 de marzo de 2025

Anne Perry

"Todos vivimos algo que nunca debimos vivir"

Pocas personas en el universo literario son tan cautivadoras, misteriosas e intrincadas como Anne Perry. Famosa por sus fascinantes narraciones que combinan tramas cuidadosamente tejidas con marcos históricamente precisos, es una maestra en su oficio. Con más de 100 obras a su nombre, ha desentrañado hábilmente las complejidades del espíritu humano en diferentes épocas y espacios, dejando una marca en las mentes y corazones de muchos lectores de todo el mundo.

Hija de un importante científico de la época, Henry Rainsford Hulme, que más tarde sería uno de los creadores de la bomba de hidrógeno, contrajo tuberculosis cuando era pequeña, y a causa de dicha enfermedad estuvo viviendo con preceptores en el Caribe y Sudáfrica con la idea de que un clima cálido sería beneficioso para su salud. Finalmente, a la edad de 13 años, se reencontró con su familia en Nueva Zelanda cuando su padre fue rector de la Universidad de Canterbury. A causa de esta enfermedad, desarrolló su pasión por la lectura de novelas de temática policiaca, convirtiéndose en una apasionada de autores como Arthur Conan Doyle o Agatha Christie.

El  verdadero nombre de Anne Perry era Juliet Marion Hulme, nacida en Blackheath, Londres en 1938, pero cambió su nombre después de cumplir una condena en Nueva Zelanda por asesinato. A los 15 años de edad, la autora y su amiga Pauline Parker fueron juzgadas y condenadas a varios años de cárcel en Nueza Zelanda por el asesinato de la madre de esta amiga, Honrah Rieper. Las dos mataron a golpes a la madre de Parker con un ladrillo en Christchurch. Más tarde, estos eventos serían la inspiración del drama psicológico del director Peter Jackson, en «Criaturas celestiales» («Heavenly Creatures», 1994).

Después de cumplir una condena de prisión de cinco años, Perry fue liberada y cambió su nombre. Con esa nueva identidad cambió su vida: trabajó un tiempo como azafata, se hizo mormona y se instaló en Escocia. Luego regresó al Reino Unido e inició su carrera como escritora.

En 1979, Perry publicó «Los crímenes de Cater Street», el primero de una serie de libros protagonizados por el policía victoriano Thomas Pitt y su esposa Charlotte. Este discreto policía londinense está destinado a desentrañar, en plena época victoriana, los horrendos crímenes engendrados por una sociedad reprimida e hipócrita. Anne Perry se consagró como consumada especialista en la recreación de los claroscuros, contrastes y ambigüedades de la sociedad victoriana. La segunda serie de novelas policiales de Perry gira en torno al detective William Monk y la enfermera Hester Latterly.
Tanto la serie Pitt, que terminó en 2016 con Asesinatos en Kensington Gardens (Ediciones B, 2019), como las protagonizadas por el comandante William Monk, son novelas de investigación de un crimen en la época victoriana. Aúnan romance, misterio y una leve crítica social. Aunque es un hombre el que da nombre a la serie, sus esposas tienen el mismo protagonismo en la trama e intervienen en las investigaciones.

En los últimos años inició una nueva serie de novelas de intriga y espionaje, ambientada en los años 30, con la fotógrafa y agente secreto Elena Standish como protagonista. Además, publicó novelas de ambientación navideña, en la Primera Guerra Mundial, y juveniles de fantasía. Mareas de sangre (la última de la serie de William Monk) (Ediciones B, 2022) es el último libro que publicó.

Anne Perry fue seleccionada por el diario The Times como una de las 100 mejores escritoras del crimen del siglo XX. Como escritora, le interesaba menos el proceso de investigación que los efectos de esta en las personas involucradas. ¿Conozco bien a los demás? era la pregunta que intentaba responder en sus novelas.

Su verdadero nombre y su pasado fueron revelados por la prensa en los años 90, cuando su historia fue adaptada a la gran pantalla. “Todo lo que había conseguido como miembro honesto de la sociedad estaba amenazado. ¿Por qué no se me podía juzgar por lo que soy ahora, en lugar de por lo que era entonces?”.

Anne Perry, que vivía en Los Ángeles desde hacía varios años, falleció en 2023. La historia recordará sus personajes excepcionales, su precisión histórica, la calidad de sus novelas policíacas y su interés por las cuestiones sociales.

William Monk, el detective amnésico

Anne Perry, maestra de la novela de intriga histórica ambientada en la era victoriana, nos transporta nuevamente a orillas del Támesis en su novela número 22 de la serie del detective William Monk.

Venganza en el Támesis (Ediciones B, 2018)

Cuando el comandante William Monk de la Policía del Támesis es convocado para investigar la aparición de un hombre ahogado en el río, que resulta ser un prisionero fugitivo, tiene que verselas nuevamente con el oficial de aduanas McNab, que alberga un amargo rencor contra Monk y que siempre intenta perjudicarlo. Monk sufre de una amnesia que no le permite hacer bien su trabajo. Esas lagunas hace que se plantee muchas prsguntas sobre su vida anterior al accidente y eso le atormenta.

Otros personajes se mueven en la trama, Berta York, el matrimonio Clive, su ayudante Hooper, entre otros.

Tras la fuga de un segundo prisionero, Owen, y a medida que las trampas de McNab se vuelven más terroríficas, Monk se verá forzado a recurrir a la ayuda de su mujer, Hester, y de su amigo el abogado Oliver Rathbone. Juntos, tratarán de desentrañar el misterio que rodea a las muertes en el Támesis y a la rivalidad enfermiza de McNab.

El Támesis victoriano



El río Támesis (Thames), conocido alternativamente en algunas partes como el río Isis, es un curso de agua que fluye a través del sur de Inglaterra, incluyendo Londres. Con una longitud de 346 km, es el río más largo de los que tienen la totalidad de su recorrido en Inglaterra, y el segundo más largo del Reino Unido, después del río Severn.

El río nace en Thames Head, en Gloucestershire, y desemboca en el mar del Norte, a través del estuario del Támesis. El Támesis también drena la totalidad del Gran Londres.

A principios del siglo XIX, el río Támesis era una alcantarilla abierta, con consecuencias desastrosas para la salud pública de la ciudad de Londres. Desde principios del siglo XVIII es posible encontrar propuestas para modernizar el sistema de alcantarillado de la ciudad; sin embargo, nunca llegaron a prosperar por sus costes. La reacción, como en tantas ocasiones, llegó de la mano de una crisis: el llamado Gran Hedor (Great Stink) de 1858, en plena época victoriana (1837-1901).

Los ciudadanos más opulentos de Londres eran muy vulnerables al cólera, lo que creaba un poderoso incentivo para resolver el problema. Los inodoros, con su origen en la época de los Tudor (1485-1603), en realidad solo adoptaron su forma actual (cisterna, codos, tuberías y válvulas en un único sistema), en torno a 1770. El retrete además comenzó a desplazarse desde el exterior al interior de las casas. Entre 1860 y 1870 comenzaron a generalizarse entre la clase media, reemplazando fosas sépticas o letrinas. Las redes de alcantarillado de principios del siglo XIX, diseñadas para desaguar el agua de lluvia al Támesis, se convirtieron en redes de transporte de aguas residuales sin tratar que eran vertidas al río. En 1830 la esperanza de vida al nacer en Londres era de 29 años. 

En 1858, en un verano especialmente cálido, el hedor se hizo insoportable, lo que explica que en 18 días los miembros del Parlamento, que llegaron a plantearse abandonar la ciudad, aprobaran la inversión en un nuevo sistema de alcantarillado para la ciudad. Comenzaba el fin de profesiones tan sórdidas como los toshers y grubbers (que recorrían las alcantarillas y otras zonas de drenaje buscando objetos de valor), mudlarks (niños que hacían lo propio en los lodos de las riberas fluviales), recogedores de excrementos y baldeadores.

miércoles, 26 de marzo de 2025

Colección de poetas: John Keats



El poeta británico John Keats (Londres, 1795 - Roma, 1821), tras la muerte de su padre, tuvo que trabajar como practicante en casa de un cirujano, para ingresar más tarde como estudiante externo en el Guy's Hospital de Londres (1815). Su afición a la lectura le descubrió el mundo de la poesía, en la que se inició bajo la influencia de Edmund Spenser. En casa de su amigo Leigh Hunt, crítico y poeta, conoció a Percy Shelley, con quien trabó amistad. 

Publicó su primer volumen de poemas en 1817 y, a pesar de su escaso éxito, decidió abandonar la cirugía para dedicarse sólo a la literatura. Al año siguiente apareció Endimión (1818), que fue mal recibida por la crítica.

Tras mudarse a casa de su amigo Charles Armitage Brown, en Hampstead, se enamoró de la hija de un vecino, Fanny Brawne, quien le inspiró la mayoría de sus poemas, recogidos en el volumen Lamia, Isabella, La víspera de Santa Inés y otros poemas (1820), que incluía además sus mejores poemas: el inacabado Hiperión, sobre la mitología griega, y sobre todo su célebre serie de odas, escritas en tan solo un mes, Oda a un ruiseñor, Oda a una urna griega y Oda a la melancolía.

Su estado de salud se deterioró por la tuberculosis, enfermedad que padecería como su madre y su hermano, por lo cual decidió embarcar hacia Nápoles, en lo que parecía la última posibilidad del poeta para sanar, aunque murió unos meses más tarde en Roma. Allí, en su último aliento, pidió esculpir en su tumba: “Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua”. El hombre que pasó por la vida de puntillas fue, además, ignorado y vilipendiado por sus contemporáneos.

Pese a tratarse del vate más joven de los grandes románticos británicos, es uno de los líricos más importantes en lengua inglesa. En 1848 aparecieron sus cartas y su diario, que completan una obra de excepcional pureza expresiva y admirable dominio poético en su aspiración por alcanzar la belleza absoluta y su aceptación trágica de la realidad. Aunque murió joven, escribió unos versos que le han sobrevivido durante siglos y que son emblema del movimiento romántico.

tumba John Keats

A la soledad

¡Oh, Soledad! Si contigo debo vivir,
Que no sea en el desordenado sufrir
De turbias y sombrías moradas,
Subamos juntos la escalera empinada;
Observatorio de la naturaleza,
Contemplando del valle su delicadeza,
Sus floridas laderas,
Su río cristalino corriendo;
Permitid que vigile, soñoliento,
Bajo el tejado de verdes ramas,
Donde los ciervos pasan como ráfagas,
Agitando a las abejas en sus campanas.
Pero, aunque con placer imagino
Estas dulces escenas contigo,
El suave conversar de una mente,
Cuyas palabras son imágenes inocentes,
Es el placer de mi alma; y sin duda debe ser
El mayor gozo de la humanidad,
Soñar que tu raza pueda sufrir
Por dos espíritus que juntos deciden huir.

Esta mano viviente

Esta mano viviente, ahora tibia y capaz
De agarrar firmemente, si estuviera fría
Y en el silencio helado de la tumba,
De tal modo hechizaría tus días y congelaría tus sueños
Que desearías tu propio corazón secar de sangre
Para que en mis venas roja vida corriera otra vez,
Y tú aquietar tu consciencia —la ves, aquí esta—
La sostengo frente a ti.

Oda a la melancolía

1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.

2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.

3
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.

Sobre la muerte

I

¿Puede la Muerte estar dormida, si la vida es solo un sueño,
Y las escenas de dicha pasan como un fantasma?
Los efímeros placeres a visiones se asemejan,
Y aun creemos que el dolor más grande es morir.

II

Cuán extraño es que el hombre deba errar sobre la tierra,
Y llevar una vida de tristeza, pero que no abandone
Su escabroso sendero, ni se atreva a contemplar solo
Su destino funesto, que no es sino despertar.

Sobre el mar

No cesan sus eternos murmullos,
rodeandolas desoladas playas,
Y el brío de sus olas
diez mil cavernas llena dos veces,
y el hechizode liécate les deja su antiguo son oscuro.

Pero a menudo tiene tan dulce continente,
que apenas se moviera la concha más menuda
durante muchos días, de donde cayó
Cuandolos vientos celestiales pasaron, sin cadenas.

Los que tenéis los ojos dolientes o cansados,
brindadles esa anchura del Janar, como una fiesta;
y los ensordecidos por clamoreo rudo
o los que estáis ahítos de notas fatigosas,
sentaos junto a una antigua caverna, meditando,
hasta sobresaltaros, como al cantar las ninfas.

jueves, 27 de febrero de 2025

Antonio Cano Gómez y su marcha fúnebre


Antonio Cano Gómez (Alcantarilla, 1981) es Licenciado en Derecho y Funcionario de habilitación nacional. Secretario del Ayuntamiento de Torre Pacheco (Murcia) desde septiembre de 2023, en 2017 publica Epitafio en la arena, donde se refunde el género policiaco con el trasfondo político de la vida española durante el franquismo.

En una mañana de enero de 1956, una playa de Mazarrón es testigo de la aparición, junto a unas rocas y sin signos de violencia, de los cuerpos de dos hermanos de mediana edad junto con tres copas de cristal. A partir del día siguiente, el comisario Isidro Gutiérrez y el juez Vicente Seguí, ambos adscritos a la policía judicial y al juzgado de Totana, inician una investigación bajo el interrogante de qué hacían dos hermanos en aquel lugar, y en esas fechas, a la orilla de la playa, así como de si ha sido asesinato o suicidio. Poco tiempo después, descubren la existencia de un tercer hermano que hizo el viaje con ellos desde popular el barrio de La Latina, de Madrid, y cuyo cuerpo no ha aparecido. Ninguno de los dos intuye en ese momento hasta qué punto el intento de resolver esa historia cambiará sus vidas.

 «No siendo una novela policíaca al uso, y con la atmósfera opresiva de un país que acaba de salir de la posguerra, Epitafio en la arena es la crónica de cómo una investigación trastorna la existencia de los implicados en la resolución del caso, todo ello con la provincia de Murcia y el Madrid típico de fondo, con los coletazos de las secuelas de una Guerra Civil que aún marca de la vida de sus protagonistas, y con el fresco de la realidad social y política de los años cincuenta en España».

En junio de 2019 publica Marcha fúnebre de violín, Premio Murcia Libro de Novela Breve. Con esta obra, el autor vuelve a mezclar una trama policial con la historia de España como fondo, intentando plasmar, a través de sus personajes, las distintas sensibilidades sociales y políticas de nuestro país durante la transición. El jurado del premio quiso resaltar de la obra que "los personajes están muy bien caracterizados y la atmósfera temporal que se recrea es digna de elogio".

Un asesinato siempre perturba a la comunidad donde se produce. Pero si esa comunidad es un pueblo pequeño (Alborada, un pueblo ficticio ubicado en La Mancha, Albacete), si todo el mundo anda nervioso por las inminentes elecciones de 1982 y si, para añadir más estupor al crimen, el asesinado es el cura de la localidad, la conmoción adquiere rango de tragedia griega.

Todos los interrogados por el comisario Galván y su ayudante parecen tener algo grave que ocultar: el alcalde Francisco, la joven Lucía, el "marqués" don Tristán, una vieja profesora amargada llamada Lola o Vladimiro, un antiguo comunista que espera el triunfo electoral de la izquierda.Todos, sin excepción, guardan secretos; e incluso algún "cadáver" enterrado en el ayer.

Antonio Cano Gómez actualmente lleva el Blog de crítica literaria – Antonio Cano Gómez.

martes, 25 de febrero de 2025

Colección de poetas: Inma Pelegrín


María Inmaculada Pelegrín López, más conocida como Inma Pelegrín, (Lorca, 1969) es una poeta que ha recibido varios premios por su obra. Desde sus primeros trabajos su poesía ha calado y triunfado en muchos foros. Ha participado en diversos eventos y talleres poéticos dentro y fuera de la Región de Murcia. Para Inma, la poesía nos ayuda, si no a hallar respuestas, a hacernos las preguntas apropiadas. Se licenció en Filosofía y Ciencias de la Educación y en Psicología. Inma Pelegrín ha recibido varios galardones como el Premio Jaén de Poesía 2022 por La teoría de las cosas o el XXIV Premio Internacional de Poesía "Antonio Machado en Baeza" (2020), por su obra Todas direcciones.

Ha publicado, entre otros, Trapos sucios (2008); Óxido (2008), Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego; Universo improbable (2009), Cuestión de horas (2012), Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez y Error de cálculo (2016)

Ganadora del Premio Pulchrum 2020 que concede la Fundación O­Lumen. Le han traducido poemas a otros idiomas pero no puede asegurar que, una vez traducidos, sean realmente sus poemas.

De ellos ha dicho: "Me gustaría que tuviera cualquier efecto, desde la alegría y la emoción estética hasta la náusea o el desconsuelo. Cualquier emoción excepto la indiferencia. Realmente me gustaría que no pudieran olvidarlos. Si he de elegir una emoción en concreto preferiría que fuesen una fuente de compañía, que al leerlo el lector dijese “esto mismo me pasa a mí”, esa sensación de pertenencia, de no estar solo, de saber que formamos parte de algo mucho más grande"

Inma Pelegrín crea unos poemas de fuerza contenida, en los que con un gran dominio del verso, la autora aborda temáticas muy variadas, ahondando en las contradicciones y controversias del discurso generalmente admitido, que desvela y denuncia con poderosas imágenes y un lenguaje comprometido y actual.

PRIMERA ENSEÑANZA

El globo se dirige,
en su ascenso imparable,
camino al firmamento.
Como si adivinara el recorrido
se balancea, toma
recodos transparentes en el aire.
Arrastra tras de sí
la cuerda que lo uncía,
se aleja y disminuye
hasta hacerse invisible.

Su determinación no entiende de nostalgias.

Atrás quedó la feria con un niño
que, al volver la cabeza, recibió
de su mano vacía
la primera enseñanza.

(De Todas direcciones)

ÓXIDO

Algo hay en el aire que enmohece,
que pinta de amarillo
los dientes de las latas,
mancilla el lavaplatos
y en las naves deshace sus epígrafes.

Ignorar las conservas,
colocar una funda al electrodoméstico,
volver a rotular “Mi Mari Carmen”,
esquivar la mirada del retrato.

Es un tiempo perdido.
Una batalla ingenua
luchar contra la herrumbre.

(De Óxido)

Cada noche olvidaba
apagar, a sabiendas,
la luz de la cocina.

Decía que al volver
podría imaginar que la esperasen,
que aquel fulgor, difuso y ambarino,
afianzaba sus pasos,
que siempre hay que dejar
un resplandor al fondo,
como quien cede un rastro de sí mismo,
y así la madrugada es más benévola.

No sé por qué senderos
derrotan sus pisadas,
si son de lucidez u oscuridad,
o si será posible
tropezarse, también, en el vacío.

A fuerza de palabras
intento desvelar su para qué,
hasta, de alguna forma,
recomponer aquel desfiladero.

Hay veces que una luz se enciende en un poema.

Uno vuelve sus ojos al final del pasillo
para salvar a alguien. Quizás para salvarse.

Uno guarda prendida alguna excusa
porque quiere creer que no está solo.

(De Cuestión de horas)

lunes, 3 de febrero de 2025

Todos los fuegos el fuego

Imprescindible


Todos los fuegos el fuego (1966), cuarto libro de relatos de Julio Cortazár, está compuesto por 8 cuentos insertos dentro del realismo mágico, con unos inesperados giros que mantienen una expectativa de lectura alta hasta el último momento y que hablan del amor, la muerte, el miedo o de las debilidades existentes en las familias. La obra nos transmite un espejo de nuestra sociedad, nos propone situaciones que nosotros podríamos protagonizar, nos hace ver la muerte como algo natural y la aborda de distintas maneras y nos hace entender el amor adolescente, el de madre, de hijos, de novia, de amante, de amigos, de hermanos. Cómo las personas amamos de tantas formas diferentes.

Cabe destacar que algunos cuentos comienzan con una cita, el fragmento de una canción o con el nombre de alguien, a modo de dedicatoria.

Los relatos presentan elementos que van desde lo real hasta lo fantástico, existiendo en algunos casos el paralelismo de historias y la dualidad de personajes. Entre los recursos literarios más visibles se encuentran el símil y la metáfora, los cuales están presentes en varios fragmentos de las historias. Asimismo se pueden observar distintas figuras narrativas, tales como la de narrador omnisciente y otras voces yuxtapuestas o en simultáneo.

Casi a punto de cumplir 60 años, el libro de Cortázar resulta muy actual. Los escenarios pueden estar separados por siglos, pero hay cierta condición difícil de describir que emparenta estos ocho relatos. Y es que, aunque puedan parecernos fantásticos, solo están a un paso de ser reales, de ser posibles. A veces un paso absurdo, una mera vuelta de tuerca virtual.

Cortázar empezó con el que, a priori, puede parecer más imposible: La autopista del Sur reúne a cientos de automovilistas parados en el clásico atasco monumental al regreso a una gran ciudad tras el fin de semana. No sabemos acerca de sus protagonistas: los nombran las marcas y modelos de sus coches, en un primer guiño brutal que habla bien claro acerca de la agudeza del autor: la persona definida a través del vehículo que conduce. Después se añadirán más. El agrupamiento en función de la cercanía geográfica, la distribución de tareas y funciones, la difícil integración con el nuevo entorno forzado.

Le siguen otros siete. Reunión nos sitúa en una eventual isla en medio de un desembarco armado. La señorita Cora, extraordinario en su sutileza, nos muestra la relación entre una enfermera y un adolescente hospitalizado. Lo más interesante de esta obra de Cortázar no solo es la manera como describe la relación entre los protagonistas, sino también que tiene un estilo único: está escrita desde los distintos puntos de vista de cada persona que aparece en el cuento, con un cambio brusco entre los interlocutores, hasta en la misma oración. La salud de los enfermos se pliega sobre sí mismo en ese nudo de sobreprotección que justifica engaños viles y mentiras piadosas. Instrucciones para John Howell, es uno de los cuentos que mejor deja entrever el gusto por el juego entre ficciones, el tema del doble y el cruce hacia lo fantástico como rasgos de la escritura de Cortázar.y La isla al mediodía retrata al hombre moderno, al asalariado que consume su jornada de trabajo ensimismado.
Y quedan dos, el que da título al libro y El otro cielo, quizás lo más difíciles por el desdoblamiento de personajes de un lugar y un tiempo a otro, pero en cualquier caso extremadamente bien escritos.

viernes, 31 de enero de 2025

Colección de poetas: Alfonsina Storni



(Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) Poetisa argentina de origen suizo. Alfonsina Storni pasó a ocupar un lugar destacado en el panorama literario hispanoamericano por la fuerza con que aparece en sus versos la afirmación de una mirada femenina sobre el mundo. Junto a la chilena Gabriela Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou, contemporáneas suyas, conformó la primera avanzadilla en la lucha de las mujeres por ocupar lugares de reconocimiento en los espacios de la literatura de América.

A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en las revistas Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.

En 1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz. Por esa época comenzó Alfonsina Storni a frecuentar los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaboró en las publicaciones Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La Nación. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda con Horacio Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios.

Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, Alfonsina Storni fue sin embargo la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el romanticismo hacia el intimismo sintomático del modernismo crepuscular para desembocar en la vanguardia. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema Tú me quieres blanca, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.

La obra poética de Alfonsina Storni se divide en dos etapas: a la primera, caracterizada por la influencia de los románticos y modernistas, corresponden La inquietud del rosal (1916), El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919), Languidez (1920) y Ocre (1920). La segunda etapa, caracterizada por una visión oscura, irónica y angustiosa, se manifiesta en Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938).

En 1938 participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetisas de América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma. Víctima de una enfermedad terminal, el 25 de octubre de ese mismo año decidió suicidarse en Mar del Plata.

La poesía de Storni se caracterizó por la simpleza y realidad que transmitía, haciendo alusión a la situación de cualquier mujer latinoamericana de aquellos años. Su figura se ha convertido en un importante símbolo, ya que desde la escritura cuestionó el lugar que ocupaba la mujer, tanto en su trabajo periodístico como en su creación poética 

Tú me quieres blanca

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada .

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:

Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

Voy a dormir

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, aéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes...

te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

¿Qué diría?

¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
Si en un día fortuito, por ultrafantasía,
Me tiñera el cabello de plateado y violeta,
Usara peplo griego, cambiara la peineta
Por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
Cantara por las calles al compás de violines,
O dijera mis versos recorriendo las plazas,
Libertado mi gusto de vulgares mordazas?
¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?
En verdad que pensarlo me da un poco de risa.

Tú, que nunca serás

Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.

No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.

Yo soy esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,

y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío.

Julio Cortázar

 Más allá de Rayuela


Conocido mundialmente por su obra Rayuela, el escritor argentino escribió diversos libros de poesía, cuento y narrativa, además de traducir la obra de Edgar Allan Poe.

Julio Cortázar nació en Bruselas en 1914. Su padre trabajaba en la embajada argentina como agregado comercial. «Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia». Su familia tuvo que refugiarse en Suiza durante la Primera Guerra Mundial y en 1918 volvieron a Buenos Aires, donde el escritor vivió hasta 1951. Años después volvería a Europa, viviría en un París vibrante y viajaría por distintos países.

En 1935, Cortázar comenzó los estudios de Filosofía y Letras y publicó distintos estudios de crítica literaria. De esta época es conocida su colección de sonetos Presencia (1938). Obtuvo un puesto de profesor que tuvo que abandonar a mediados de los años 40 por problemas políticos. El escritor hacía pública su postura antiperonista.

En un principio se dedicó a la publicación de artículos en revistas literarias y, posteriormente, consiguió el título de traductor oficial de inglés y francés y se marchó a París, donde trabajó para la Unesco. Esta faceta le ofreció uno de sus logros menos conocidos, promovido por una motivación especial: Cortázar se había impresionado durante su infancia con la lectura de los cuentos de Edgar Allan Poe y esa fascinación permaneció durante toda su vida. Tras proponer a la Universidad de Puerto Rico la traducción de los cuentos y ensayos de Poe, en 1953 recibió la aprobación del profesor Francisco Ayala. El resultado fueron más de 2.000 páginas traducidas, uno de los trabajos más importantes que se han realizado sobre el poeta estadounidense.

Además de esta labor traductora, Julio Cortázar también había seguido dando forma a sus inquietudes literarias. El surrealismo era su cimiento, pues se vinculaba estrechamente con esa ruptura de las convenciones y la experimentación con la forma que a él tanto le interesaba. Considerado como un maestro en el género del cuento, Cortázar también escribió prosa poética, narración breve y novelas, entre los que destacan Bestiario (1951), Final del juego (1956), Las armas secretas (1959), Historias de cronopios y de famas (1962), 62 Modelo para armar (1968), entre otras. En 1963 se publicó Rayuela, su libro cumbre. Esta obra se consideró revolucionaria por su fragmentación y sus juegos sintácticos y ortográficos. Le otorgó un prestigio incuestionable que desembocó en su consolidación como un clásico de la literatura en español.

¿Por qué Rayuela es la obra más famosa de Cortázar?

Escrita en París y publicada por primera vez en España en 1963, Rayuela de Julio Cortázar es considerada su obra más famosa, la cual le valió el reconocimiento internacional, formando parte del boom latinoamericano en la década de 1960.

El protagonista de Rayuela es un álter ego de Cortázar, Horacio Oliveira, quien narra el itinerario de un intelectual argentino en París en la primera parte, y posteriormente en Argentina en una segunda parte. En una tercera sección, agrega una serie de anotaciones, recortes periodísticos, poemas y citas.

Sin embargo, la característica que sobresale en esta novela es el orden para leerla: Cortázar propone dos maneras de hacerlo, de principio a fin, o intercalando los capítulos, en un orden especificado al inicio de esta.

Así, esta historia relata las desavenencias amorosas entre La Maga y Horacio Oliveira, los conflictos intelectuales de Horacio, y el choque cultural de la época. Por ello, esta novela se considera un emblema de la cultura argentina de ese momento, a pesar de las duras críticas que recibió el autor al momento de su publicación.

Como dato curioso, parte de los derechos de autor de Rayuela, fueron destinados por el autor para ayudar a presos políticos, ya que siempre se consideró a sí mismo como un revolucionario, a favor de la democracia y la libertad en su país.

A lo largo de su vida, el escritor argentino siguió experimentando con el lenguaje y los formatos, y destacó por sus «almanaques», textos donde combinaba narrativa, poesía, ensayo o crónica, como ocurre en La vuelta al día en ochenta mundos, publicado en 1967. Bebía de las relaciones que establecía con otras grandes figuras, como Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Alejandra Pizarnik, Pablo Neruda o Cristina Peri Rossi. A esta última le tuvo una especial admiración y le dedicó varios poemas.

A través del cuento fantástico, Cortázar indagaba en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano, con una singular capacidad para fusionar la realidad con la ficción, obteniendo como resultado obras ejemplares.

Tanto los cuentos como las novelas de Cortázar rompieron los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal, por lo que algunos críticos suelen clasificar su obra dentro del realismo mágico o el surrealismo.

Temáticas como el instinto, el azar, el goce de los sentidos, el humor y el juego, son parte de las obras de Cortázar, los cuales cuestionan la formulación de la propia existencia en el mundo.

El escritor murió en 1984 en París y sobre la causa de su muerte existen diferentes versiones. En ese cuestionar el mundo, Julio Cortázar se rebeló contra las estructuras literarias existentes, incorporó formas nuevas y confrontó la tradición. Lo suyo siempre fue, a fin de cuentas, una cuestión de mirada. Esa que trasciende al tiempo.

lunes, 13 de enero de 2025

Una revelación brutal

Armand Gamache en acción

Knowlton, pueblo de Cánada donde se basa Louise Perry para situar Three Pines

Una noche fría y oscura, dos hombres conversan frente al hogar de una cabaña oculta entre la espesura de un bosque de Quebec. Uno de ellos relata una historia de dimensiones casi míticas, que culmina en el caos y la violencia. Al día siguiente, la aparición del cadáver de uno de los contertulios conmociona a los residentes de la apacible localidad de Three Pines, cerca de la frontera con Vermont. Desde Montreal acude el afamado inspector Armand Gamache, jefe del Departamento de Homicidios de la Sûreté du Québec, y su equipo de colaboradores, que se encuentran con un cuerpo manchado de sangre que nadie parece reconocer. Lo último que uno esperaría en un pueblo que se diría salido de una fábula infantil.

Sin embargo, incluso en las comunidades de apariencia más cálida, solidaria y acogedora pueden esconder secretos inconfesables y episodios tenebrosos. Así pues, desvelar el reverso de la idílica postal supondrá para Gamache uno de los desafíos más apasionantes de su carrera.

Tras Naturaleza muerta, primera novela de la escritora canadiense Louise Penny, y que da inicio a la serie protagonizada por el inspector Armand Gamache, Una revelación brutal (Salamadra, 2015), quinta de la serie, tiene la ventaja de que puede leerse de forma independiente. Han pasado varios años desde los sucesos de la novela anterior, y Gamache tiene que acudir de nuevo a la localidad de Three Pines a investigar un extraño crimen.

Todos los habitantes de Three Pines tienen una caracterización muy cuidada que les da una personalidad especial, la pareja Olivier y Gabri, los artistas Claire y Peter, la familia Gilbert y el caso de la anciana Ruth, que no se conforma con una mascota normal, como un perro o un gato, sino que tiene un pato al que viste con ropa desechada de bebés. Cada uno aporta historias interesantes que enriquecen el argumento, pero Gamache es el principal protagonista, un hombre grandote de cincuenta y tantos años, con un cierto aire de distinción, que llama la atención, sobre todo, por su mirada amable, que constituye su fuerza y también su debilidad.

Serie de televisión protagonizada por Alfred Molina sobre los libros de Louise Penny

Una de las primeras lecciones que Gamache imparte a sus jóvenes colaboradores es que para atrapar al asesino hay que volver atrás, hacia el pasado, al momento en el que comenzó el crimen, para detectar aquel acontecimiento olvidado por los demás, pero que queda alojado en el interior del homicida en estado latente. Según Gamache, lo que lleva a matar no se ve, por ello resulta tan peligroso. No es un arma, ni algo que veas venir, es una emoción a la espera de una oportunidad para atacar. Al asesino le ocurre algo en un momento determinado de su vida que lo destroza. Puede ser algo aparentemente trivial pero que le va generando un resentimiento, una emoción que se vuelve maligna y se acaba desatando. Por ello, para desenmascarar a un asesino, hay que seguir no sólo las pistas, sino también las emociones que subyacen bajo tierra.

Desde el principio de la novela sabemos que la gente de Three Pines está mintiendo, aunque desconocemos si esas mentiras les involucran o no en el crimen. Y es que, según Gamache, la gente siempre miente durante una investigación por asesinato. Para él el truco consiste en distinguir las mentiras importantes de las intrascendentes, y descubrir qué encierran esas mentiras que facilitan la vida cotidiana de la gente, hasta que la verdad quede al desnudo.

Un dato a señalar es la importancia del arte en esta historia. No solo en la pintura sino también en el tratamiento de la madera. La autora es capaz de desmenuzar en detalle y con gran sensibilidad los elementos de una obra de arte, su significado, su simbolismo, las emociones que despierta, como si se tratase de un ser vivo, por su capacidad para conmover al espectador, para provocar añoranza, inquietud, esperanza o temor.

Penny introduce, además de la trama detectivesca, el misterio del terror que produce la locura y también los vastísimos espacios vírgenes canadienses y el ecologismo. 

Es importante destacar la manera en que el grupo de policías se relaciona entre sí, sobre todo en la primera parte de la novela, haciendo hincapié, sin describirlas a fondo, en las dinámicas que se crean en el grupo: sus maneras de hablar entre ellos, sus silencios, los sobreentendidos… Trabajamos al mismo tiempo junto a Beauvoir, Lacoste y Morin.

El gigantesco bosque tarda en revelar sus misterios, pero poco a poco la investigación avanza, aunque Gamache deberá pagar el precio de abrir paso al terror del pasado y de la deslealtad humana.

jueves, 2 de enero de 2025

Colección de poetas: Anne Carson


Anne Carson (Toronto, 1950) es una poeta canadiense, ensayista, traductora y profesora de literatura clásica y comparada en la Universidad de Míchigan. Está considerada por la crítica literaria como la poeta viva más importante de las letras anglosajonas.

Carson es hija de un empleado de banca que ocupó diversos puestos en diferentes poblaciones de la región de Ontario. Tenía 15 años cuando se tropezó con una edición bilingüe de los poemas de la poetisa griega Safo en una librería local, algo que marcaría su vida.
“Yo era una adolescente desafecta necesitada de estímulos. La visión de las dos páginas yuxtapuestas, una de ellas un texto impenetrable pero de gran belleza visual, me cautivó y me compré el libro. Al año siguiente destinaron a mi padre a otra ciudad igual de aburrida, pero lo que me salvó fue que en el instituto había una profesora de latín, una mujer excéntrica, que cuando supo de mi interés por aprender griego se ofreció a darme clases a la hora del almuerzo. Se llamaba Alice Cowan y le debo mi carrera y mi felicidad”.​

En 1992, a los 42 años, publicó en una editorial independiente su primer libro de poesía Short talks. Le siguieron tres años después otros dos títulos en los que según la crítica "desdibuja la distancia entre narración, poesía y ensayo: Plainwater y Glass, Irony and God."​

En 2001 publicó uno de sus libros más conocidos, La belleza del marido, obra cuyo desarrollo oblicuamente narrativo guarda cierta relación con Autobiografía de rojo. Subtitulado como “un ensayo ficticio en 29 tangos”, logró con este trabajo el Premio T. S. Eliot de poesía, concedido por primera vez a una mujer. En 2003 publicó Red Doc> por el que recibió en 2014 el prestigioso Premio de Poesía Griffin.

A lo largo de su trayectoria ha concedido pocas entrevistas, en una de ellas aseguraba que "Si supiera qué es la poesía no tendría necesidad de escribir. Es algo que busco a tientas en la oscuridad"​

En junio de 2020 fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. El jurado destacó para otorgarle el premio "su capacidad para construir una poética innovadora a partir del estudio del mundo grecolatino" y que "ha alcanzado unas cotas de intensidad y solvencia intelectual que la sitúan entre los escritores más destacados del presente"

Yo

Oigo pequeños chasquidos dentro de mi sueño.
La noche gotea su taconeo de plata
espalda abajo.

A las cuatro. Me despierto. Pensando
en el hombre que
se marchó en septiembre.
Se llamaba Law.

Mi rostro en el espejo del baño
tiene manchas blancas en la parte baja.
Me enjuago la cara y vuelvo a la cama.
Mañana voy a ver a mi madre.

Ella

Vive sola en un brezal al norte.
Ella vive sola.
La primavera se abre como una cuchilla allí.

Yo viajo en trenes todo el día y llevo muchos libros –
unos para mi madre, algunos para mí
que incluyen Las obras completas de Emily Brontë.
Es mi autora favorita.

También mi principal temor, al que trato de enfrentarme.
Cada vez que visito a mi madre
siento que me convierto en Emily Brontë,
mi vida solitaria a mi alrededor como un páramo,
mi torpe cuerpo recortándose sobre los barrizales con una apariencia de transformación
que muere cuando atravieso la puerta de la cocina.

¿Qué cuerpo es ese, Emily, que nosotras necesitamos?

Louise Penny

"Es muy fácil hacer daño, necesitas más coraje para no hacerlo"


El pasado año 2024, la escritora canadiense Louise Penny, dama del género negro norteamericano, publicó en España, El reino de los ciegos (Salamandra Black), novela de la serie del policía Armand Gamache. Esta última obra es la entrega número 14, pero en Norteamérica ya van por la 19, y para la autora «cada libro es un capítulo de una larga historia», y aunque la trama principal se cierra en cada uno de ellos, siempre quedan cuestiones pendientes por resolver.
Periodista antes que escritora, Penny ha publicado en España la primera, Naturaleza muerta, y posteriormente Salamandra ha editado, a partir de la quinta, Una revelación brutal, Enterrad a los muertos, El juego de la luz, Un bello misterio y la mencionada El reino de los ciegos, entre otras

La autora explica que el éxito de la serie viene determinado porque «hablan de la pertenencia a una familia, a la comunidad, a un grupo de amigos, sin importar donde vivas». La autora considera que «todos queremos ese sentimiento de pertenencia, buscamos esa comunidad y esa seguridad emocional, aunque no podamos garantizar de ninguna forma la seguridad física porque puede pasarnos cualquier cosa, sea una enfermedad, un accidente, un ataque terrorista o hechos inesperados».

Nacida en Toronto (Canadá) en 1958, la escritora experimentó esas mismas sensaciones pues abandonó Montreal para vivir en una comunidad más pequeña. Sin embargo, es consciente de que «en Londres, en Nueva York y en Barcelona también se produce ese fenómeno, son ciudades grandes en las que hay comunidades pequeñas, que pueden ser de tres o cuatro bloques de pisos, es decir, son pequeños pueblos que las mismas personas crean».

La mayoría de sus libros están ubicados en Three Pines, un tranquilo pueblecito de las afueras de Montreal, que al ser tan pequeño no puede ser escenario de todas sus novelas, y por esta razón cada dos libros lleva a su personajes a otro lugar, como en Un bello misterio, que está ambientando en el imaginario Monasterio de Saint-Gilbert-Entre-les-Loups.

Louise Penny es la escritora canadiense de género negro de mayor proyección internacional. Sus libros se han traducido a más de veinte idiomas y ha recibido numerosos premios, entre ellos cuatro veces el Premio Agatha a la mejor novela de misterio y dos el Premio Anthony. Con Una revelación brutal, obtuvo ambos galardones.

Después de que falleciera su marido, pensaba que no podría volver a escribir, de hecho el inspector Armand Gamache está inspirado en Michael, su pareja, pero a pesar de todo regresó al idílico pueblo canadiense escenario de sus novelas.

"Gamache se inspira en mi marido, Michael Whitehead, jefe de hematología en el Hospital de Niños de Montreal, fallecido en 2016, que trabajaba habitualmente con niños con cáncer y tenía que pasar noches enteras con niños a punto de morir", era "la persona más feliz del mundo, porque había decidido aprender de esos niños, del regalo que supone la vida", y ella decidió "infundir esa alegría de vivir a Gamache, un policía que también estaba acostumbrado a convivir con la muerte".

Vivir en el Canadá francófono siendo originaria del Toronto anglófono supone para Penny una perspectiva muy interesante, pues en Québec los anglófonos son minoría, mientras que los francófonos son minoría en el conjunto de Canadá y en Norteamérica, así que es interesante ver y observar esa dinámica y además esa interacción entre lenguas se cuela también en el lenguaje que utiliza en sus novelas.

Ella no escribe sobre asesinos en serie, sino sobre seres humanos que llegan al extremo. Lo importante no es tanto el crimen como lo que lo rodea y que el lector, si no perdonar, que llegue a entender cómo ha sucedido ese asesinato. De hecho, reconoce: "El tema del perdón está muy presente en mis libros. Es algo importante para nosotros mismos, porque cuánto tiempo puedes seguir manteniendo un odio visceral. Perdonar no lo hacemos por los demás, sino por nosotros".
Ante graves trastornos vitales, subraya la autora, nos planteamos una "encrucijada o nos encabronamos o mostramos compasión y Gamache optó por la compasión". En ese sentido, puntualiza, su Gamache se aleja de "esos policías amargados" y aparece ante los lectores como "una buena persona al que le cuesta serlo, porque la vida no es binaria, que lucha por hacer lo correcto y eso le de una confianza en sí mismo como para admitir sus errores y dudar de sí mismo".

La autora canadiense augura una larga vida a su serie: «Mientras yo pueda escribir, Gamache va a existir, me encanta su compañía y me encantan los personajes, me han dado una vida mejor de lo que yo podía esperar».